El tiempo
Francis, un borrasca atlántica de gran impacto, dará la bienvenida a 2026

¿Público o privado?

Mientras en los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz siguen exigiendo concreción en los pedidos anunciados, en los diques privados del Campo de Gibraltar no falta el trabajo

Corte de chapa en el astillero de Navantia Puerto Real correspondiente al proyecto eólico de Iberdrola.
F. R./ A.m. Cádiz/Algeciras

31 de mayo 2015 - 01:00

Dos tipos de astilleros y dos realidades completamente distintas. Es la radiografía del sector naval en Cádiz que, mientras en la Bahía de Cádiz sigue peleando por subsistir con carga de trabajo que le aporte tranquilidad para sólo unos años, en la Bahía de Algeciras la actividad privada no se detiene y sigue creciendo.

En los astilleros públicos de Navantia, esa realidad dice que hoy, entre las factorías de Cádiz, Puerto Real y San Fernando, hay alrededor de 1.800 empleados de plantilla. Y, también entre los tres, algo más de 800 empleados de industria auxiliar (entre los que se cuentan los operarios de mantenimiento, limpieza o seguridad). De esta manera, unos astilleros públicos que, en teoría, deberían tener la tranquilidad de depender del Gobierno, hoy están a resultas de decisiones puramente políticas que han vuelto esta semana a llevar a los tres comités de empresa a anunciar nuevas movilizaciones.

Siguen reclamando que se sustancien los anuncios realizados en plena campaña electoral que, en el caso del quinto gasero que en teoría construirá Puerto Real para Gas Natural, lleva anunciándose por parte del PP desde la campaña de las elecciones autonómicas; o el de los cuatro petroleros, para el que se han hecho públicas ya dos cartas de intenciones, pero sigue sin llegar la firma definitiva del contrato. Sin embargo, fuentes de la compañía gasística confirmaron a este periódico que, de momento, no se sabe nada al respecto: ni hay fecha de firma ni de contrato.

En el caso de la factoría de San Fernando, la mayor actividad que soporta hoy es gracias a la especialización de la División de Sistemas (FABA), donde hay contratados alrededor de 70 ingenieros. Aunque hace ya meses se realizó el corte de chapa para el primer Buque de Acción Marítima (BAM) que forma parte de la segunda serie para la Armada Española, lo cierto es que desde entonces poco más se ha hecho. Actualmente se trabaja en tres bloques del barco y en el comité esperan que en el mes de julio se dé el empujón definitivo a este barco con la entrada de un buen número de empleados de contratas. Hoy, en la factoría isleña, hay unos 990 empleados de plantilla fija.

En el caso de Puerto Real, la plantilla es de alrededor de 600 personas. Además, trabajan hoy día unos 400 operarios de industria auxiliar, de los que 300 se emplean en el único encargo que tiene este astillero: la subestación eléctrica Wikinger para el proyecto de energía eólica marina de Iberdrola. Igualmente, se espera que a lo largo de este mes se necesiten muchos más trabajadores de contratas para entrar de lleno en la construcción de la jacket.

En cuanto a Cádiz, tiene la plantilla más reducida, unos 160 trabajadores, y actualmente hay unos 300 empleados de industria auxiliar, que tienen faena en dos o tres buques que entrarán en sus diques para ser reparados en las próximas semanas. Sin embargo, la especialización de esta factoría en la mejora de cruceros tiene una doble cara: cuando hay faena son muchos los que entran (aunque este tipo de barcos ya trae a bordo una cantidad considerable de trabajadores) pero, cuando no hay ninguno (como es el caso), la sequía se nota. De hecho, no será hasta septiembre cuando vuelvan a trabajar en un crucero, en este caso de la compañía Disney, aunque aún está por confirmar qué faena se necesitará.

Lejos quedan los 'gloriosos' años que marcaron un hito histórico en los astilleros públicos, entre 2005 y 2012, cuando entre las tres factorías (especialmente Puerto Real y San Fernando, dedicadas a construcción), sacaron de sus diques los ocho buques para Venezuela (más de 1.300 millones), los dos buques para Trasmediterránea, el Buque de Aprovisionamiento en Combate (BAC), los cuatro BAM de la primera serie para la Armada, las 12 lanchas de desembarco también para la Armada Española o incluso los catamaranes para el servicio marítimo de la Junta. Entonces, además de emplear a toda la plantilla fija, entre los tres astilleros lograron dar trabajo en la Bahía de Cádiz a más de 12.000 personas. Un hito largamente recordado, añorado y difícilmente repetible en las actuales circunstancias.

Además, los astilleros públicos se enfrentan a otro problema capital: la edad de sus trabajadores. Llevan mucho tiempo reclamando la necesidad de rejuvenecer a una plantilla que, de media, supera los 56 años. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, dijo en el astillero de la capital en la campaña de las autonómicas que volverían los contratos de relevo (aquél por el que un trabajador experto pasaría sus últimos meses de vida laboral enseñando a otro joven que ocuparía después su puesto) pero, lo cierto es que nada al respecto se ha producido. Ni eso ni los cursos de formación anunciados por el novedoso Cluster Marítimo Naval de Cádiz. Esa formación se pensó para un tipo de proyecto a corto plazo (la Wikinger) y los sindicatos ya han denunciado que habrá que volver a plantearlos pensando en los cuatro petroleros, siempre que su firma definitiva sea inmediata.

La situación en el Campo de Gibraltar es radicalmente distinta. En Cernaval no falta el trabajo. El esfuerzo del carácter familiar de la empresa de Mario López por estar donde están los armadores está consiguiendo que la Bahía de Algeciras se señale en las cartas náuticas como un centro de servicios para reparaciones navales. Los resultados están ahí. En lo que va de año, sus instalaciones complementarias de Málaga y de Campamento (San Roque) han reparado 27 buques, un 25% más que el pasado año.

No hay truco. La estrategia es el interés del empresario por expandirse por el mundo y por captar a los grandes armadores para que varen en su dique seco y en los flotantes el mayor número de buques. Y está cosechando los resultados de tener presencia donde están los que tienen barcos. Cernaval tiene agentes en Italia, Mónaco, Grecia, Alemania, Turquía, Emiratos Árabes, Chipre, Noruega y Singapur. Y desde el pasado año, cuenta con oficinas propias en Holanda y en Malta.

Todo ese esfuerzo por la internacionalización está obteniendo sus resultados. Durante el pasado año dieron pasos de gigante en la fidelización de grandes clientes como Grimaldi Line y en la captación de otros como Anglo Eastern, Teekay Marine, Vroon, Green Reefer, Reederei Nord o la petrolera del gobierno de Eduacor Flopec para conseguir que sólo en la Campamento repararan 40 buques y mantuvieran una media de 120 trabajadores, con puntas de 200 y hasta 50 empleados por turno para, por ejemplo, pintar los 214 metros de eslora del ro-ro Grande Sierra Leone. Este año llevan 27 buques varados entre Málaga y San Roque, aunque ya tienen trabajo comprometido hasta el verano.

Y le falta espacio. La Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras planea invertir 25 millones de euros en alargar el muelle de Campamento para poder contar con nuevos puntos de atraque dedicados a la reparación naval. Las obras, que serán cofinanciadas con Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Feder), comenzarán este verano y supondrán alargar con cajones 412 metros el muelle norte y construir dos duques de alba. Así, habrá dos nuevos puestos de atraque para buques de hasta 300 metros. El proyecto se justifica en la necesidad de dotar al astillero de un complemento que permita preparar trabajos antes de entrar en el dique seco, o rematar a flote.

Además, Mario López tiene en mente otras propuestas. Actualmente cuenta en San Roque con un dique seco de 400 metros de eslora y 50 de manga; otro flotante de 176 por 26 y con el muelle de la dársena de Campamento adyacente, disponible, aunque no en concesión administrativa. Ese muelle forma parte de una dársena que en sus tiempos se usó para grandes proyectos como la primera terminal de gas natural licuado off-shore del mundo, que se llamó Adriatic LNG; para un dique flotante para el puerto de La Condamine (Mónaco); para los cajones del dique exento de Isla Verde Exterior y, últimamente, para construir las piezas para la ampliación del puerto de Açu, en Brasil.

Grandes proyectos, aunque puntuales. Por ello, la idea de Mario López es que la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras acceda a construir un dique seco en dicha dársena para incluirla en su concesión, y poder contar con un cajón de 500 metros de eslora por 70 de manga capaces de prestar servicio a los grandes buques portacontenedores que comienzan a copar los servicios marítimos entre Asia y Europa, y que ya escalan con regularidad en el puerto Bahía de Algeciras. El proyecto está aún muy verde, aunque Cernaval calcula que podría crear unos 1.000 puestos de trabajo de alta cualificación, además de los necesarios para la construcción.

Esa es su propuesta, pero no se queda ahí. Sus aspiraciones no se quedan en el Estrecho de Gibraltar, ahora mira hacia África Occidental. El empresario ha obtenido la concesión para poner en marcha un astillero en el puerto ghanés de Takoradi. Un proyecto que supondrá una inversión de 80 millones de euros y que contará con dique seco, flotante y rampa de varada, con la vista puesta además en la atracción del negocio de la reparación de plataformas petrolíferas.

3 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último