La tensión entre la dirección de Acerinox Europa y los representantes de los trabajadores se ha acrecentado a pocos días de que se cumplan dos meses de la huelga indefinida convocada como medida de presión para negociar el cuarto convenio colectivo para la factoría de Palmones y poco antes de que el viernes tenga lugar una nueva reunión entre ambas partes para desbloquear la negociación.

El hecho de que el pasado lunes la primera cita con la mediación del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) se saldara sin avances, con un nuevo cruce de declaraciones entre ambas partes, fue el detonante para que el martes los huelguistas cortaran la A-7 durante toda la mañana, bloqueando el arco de la Bahía de Algeciras. La empresa, por su parte, informó de que había sufrido un sabotaje en sus instalaciones y de que iba a presentar una denuncia por lo penal contra el comité de huelga por impedir la entrada de los servicios mínimos en el turno de la mañana. Por estos motivos anunció que se estaba planteando el cierre patronal de la factoría.

El pasado lunes tuvo lugar la primera reunión en la que ambas partes se sentaron con la mediación del CARL para comenzar a desbloquear la negociación, pero ni la patronal ni la parte social salieron satisfechos de esa cita. La empresa afirmó que la negociación "ha sufrido un retroceso a niveles de abril de 2023", mientras que el comité de huelga respondió así: “Involucionista es una empresa que trata de esclavizar a sus obreros”.

Tras este desencuentro, a primera hora del martes se celebró una asamblea de trabajadores, que a renglón seguido cortaron la autovía A-7 durante más de cinco horas, colapsando todo el arco de la Bahía de Algeciras, con miles de personas atrapadas en la carretera.

Por la tarde, Acerinox informó de que se estaba plantea el cierre patronal de la planta de Palmones después de que las instalaciones sufrieran un incendio que fue denunciado ante la Guardia Civil. La compañía cargó duramente contra el comité de huelga, al que ha denunciado por la vía penal por “no permitir la entrada de los servicios mínimos del turno de mañana”, y contra los huelguistas que participaron en el corte de la A-7 durante toda la mañana, un "acto de violencia" para Acerinox, que por estos motivos también valoraba un cambio en el modelo a seguir en la negociación del convenio colectivo.

La empresa explicó que en la madrugada del martes las instalaciones de Palmones fueron “asaltadas y, de modo intencionado, se ha provocado un incendio en el centro de papel". "Al detectar este suceso, la brigada contra incendios de Acerinox Europa procedió a sofocarlo, evitando con ello graves perjuicios para el patrimonio de la compañía. De forma simultánea, el comité de huelga ha impedido la entrada de los servicios mínimos del turno de mañana a la fábrica. Esta situación ha obligado a los trabajadores que estaban prestándolos a mantenerse en sus puestos hasta que se ha desbloqueado el incidente a las 14:00, cuando el comité de huelga ha permitido la entrada de los servicios mínimos del turno de tarde", indicó la compañía.

La empresa denunció "tanto los actos de violencia contra sus bienes y los perjuicios provocados contra la ciudadanía, que se ve afectada por el vandalismo de los cortes de carretera, como el incumplimiento de los deberes de diligencia del comité de huelga, al no respetar ni procurar el cumplimiento de los servicios mínimos".

Cierre patronal

La normativa española solo prevé la activación de un cierre patronal, como el planteado por la dirección de Acerinox Europa para su planta de Palmones, en Los Barrios, en situaciones excepcionales y durante periodos de tiempo determinados. Básicamente, deben darse uno de estos dos requisitos o ambos a la vez: que peligre la integridad física de los trabajadores o que esté en riesgo la propia factoría. La norma añade un tercer condicionante: que el cierre patronal se prolongue únicamente durante el tiempo en que se den dichas situaciones, de tal forma que una vez despejada la posible situación de peligro debe ponerse punto final al cierre patronal.