Piden 25 años de cárcel para el supuesto asesino de Luis Miguel Fernández

El Ministerio Fiscal solicita para el procesado, M.A.G.C, 25 años de prisión por el asesinato de Luis Miguel Fernández en la calle Góngora de La Línea el uno de febrero de 2010. La solicitud la realizó ante la sección algecireña de la Audiencia Provincial de Cádiz, que vivió ayer una jornada larga y especial. Un jurado formado por once personas es responsable de deliberar si el autor de la muerte del joven es inocente de los cargos que se le imputan o inocente.

El Ministerio Fiscal entiende que fue un asesinato pues la víctima sufrió 79 lesiones con arma blanca, un cuchillo de cocina.

Asimismo, pidió tanto una indemnización de 117.000 euros para la pareja del fallecido como la prohibición de acercarse a la familia de la víctima. La acusación particular, que también calificó la acción de asesinato, reclamó 25 años de prisión aunque aumentó la petición de no aproximarse a la familia hasta 15 años y que la indemnización para la pareja y la madre ascendiera a 225.000 euros.

El abogado de la defensa, sin embargo, expuso en su escrito de calificaciones que el acusado sufría una depresión relacionada con su dependencia de las drogas y que actuó así al pensar que la víctima iba a sacar su pistola y le iba a disparar. M.A.G.C. compraba cocaína a la víctima y conocía a su familia. El letrado del agresor defendió a colación que se trataba de un homicidio y que había circunstancias eximentes como la alteración psíquica, la legítima defensa o el miedo insuperable. Por todo ello pidió la absolución del acusado.

La magistrada-juez, que agradeció a los miembros del jurado su participación, les explicó cómo se iba a desarrollar el interrogatorio y las pruebas y que "podían pedir cualquier aclaración".

Acto seguido, el fiscal explicó que el acusado llamó a Luis Miguel y que éste acudió en el coche de su pareja a su casa. Entonces se sentó en el asiento del copiloto y acuchilló repetidamente a la víctima, que aunque intentó huir, fue perseguido sufriendo nuevas cuchilladas hasta perecer. "El relato de los hechos es dantesco y salvaje", sostuvo.

El abogado de la defensa profundizó ante el jurado que esto parece un "caso claro donde hay poco que pensar". No obstante, puntualizó que ningún caso es blanco o negro y que por eso hay que tener muy en cuenta las circunstancias.

El acusado tomó la palabra para contestar a las preguntas. Con 41 años recordó que había sido 15 años vendedor de cupones de la ONCE y que antes ejerció de carpintero. Al hilo, confesó que consumía entre uno y dos gramos de cocaína al día que le facilitaba la víctima a la que debía 500 euros cuando se produjo el suceso. "Yo le tenía miedo porque sabía las cosas que había hecho y porque en dos ocasiones me sacó la pistola", confesó. El fiscal repasó con detalle los acontecimientos de la noche del 1 de febrero en las calles Sócrates y Góngora. Asimismo, se detuvo en cómo el autor intentó borrar las huella lavando la ropa ensangrentada con lejía. Al abogado de la acusación el acusado también le detalló que del forcejeo se llevó la cara hinchada y la rodilla dañada aunque no existe parte médico al respecto. M.A.G.C., en prisión desde el 4 de febrero de 2010, explicó que él pensaba que la víctima le iba a sacar una pistola para matarle porque no le pagaba la deuda pendiente. Tras el interrogatorio participaron varios testigos sobre todo policiales y muchos lo hicieron por videoconferencia. La sesión continuará en la jornada de hoy.