La Línea tendrá una 'tocaya' en Arabia Saudí
La Línea
El Príncipe heredero, Mohamed bin Salman, proyecta The Line, una ciudad futurista
Un millón de personas habitará un municipio sin calles ni coches
Está La Línea de la Concepción, la nuestra, la de toda la vida, el Alto de La Línea, conocido en medio planeta por ser el escenario de un durísimo final de etapa en la Vuelta ciclista a Colombia y dentro de poco más o menos un año existirá otra La Línea, esta vez en Arabia Saudí. Un proyecto que suena a ciencia ficción, sin calles ni coches, de nada menos que 170 kilómetros en línea (ésta en minúsculas) recta que recorrerá el noroeste del país y que está basado en la inteligencia artificial. The Line la llama el príncipe heredero, el treintañero Mohamed bin Salman, el artífice de la obra... y de su nombre.
El diario El Mundo detalla este fin de semana los detalles de una nueva La Línea, que estará a más de siete mil kilómetros de la que vio nacer el genuino Domingo Rociero, la que lleva como apellido a su patrona, la Inmaculada Concepción y la que tiene entre sus motivos de debate a su Balona.
“La nueva urbe –que comenzará a construirse este año entre los pliegues de Neom, la región del futuro que Arabia Saudí proyecta desde hace tres años– promete erigirse en tiempo récord en rigurosa línea recta a lo largo de 170 kilómetros, cruzando los valles y cimas de una geografía agreste, hasta ahora habitada por una tribu condenada al destierro”, explica el rotativo.
“The Line ofrecerá hogar desde las orillas del Mar Rojo hacia el interior del país para un millón de almas a través de una sucesión de comunidades en anillos sin coches, calles ni emisiones de carbono”, recalca.
“¿Por qué deberíamos sacrificar la naturaleza en beneficio del desarrollo? ¿Por qué siete millones de personas mueren cada año por la contaminación?”, se interroga el que está llamado a ser el próximo rey de Arabia Saudí, al que se le reconoce ser una persona tan reformadora como autoritaria.
"A falta de carreteras, un tren de alta velocidad autónomo conectará bajo tierra las comunidades situadas en la línea en un tiempo máximo de 20 minutos. Los servicios básicos esenciales como escuelas, clínicas, instalaciones de ocio y espacios verdes estarán a una distancia de cinco minutos a pie”, promete Mohamed bin Salman.
La perspectiva del régimen saudí es que el proyecto genere 380.000 empleos en un país necesitado de dejar atrás décadas de adicción al petróleo. La iniciativa, cuyo coste se sitúa entre los 100.000 y 200.000 millones de dólares, ha sido recibida con el mismo escepticismo y críticas que alumbró Neom, el sueño urbanístico de Bin Salman con luna y lluvia artificiales, vigilancia extrema y robots con forma humana.
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