Semana Santa de La Línea 2020

Carta abierta de Elena Greandia a todos los linenses

  • La soprano, cuyo nombramiento para pregonar la Semana Santa ha sido revocado, expone su visión en esta carta

Elena Greandia.

Elena Greandia.

Queridos linenses, porque os merecéis saberlo de primera mano, me dirijo a vosotros para compartir la situación que he estado sufriendo estos últimos meses a raíz de mi nombramiento como Pregonera de la Semana Santa linense el 1 de octubre del año pasado y su publicación en medios de comunicación y prensa ese mismo día. Una situación que he estado viviendo en la más absoluta decepción. Así que os expondré lo vivido de forma cronológica.

Acepté con humildad y respeto dicho nombramiento, esperando dar lo mejor de mí a mi ciudad, con el apoyo de mi marido, de mi hijo y del resto de mi familia.

Desde el día siguiente a la publicación de mi nombramiento en los medios de comunicación y prensa, ha sido un verdadero calvario el que he tenido que sufrir, con ataques injustificados e indagaciones sobre mi vida privada que ponían en tela de juicio si yo era merecedora o no de dar este pregón.

El 2 de octubre del año pasado, me comunican por teléfono que no puedo dar el pregón por haber sido divorciada y que debo pedir la nulidad eclesiástica de mi primer matrimonio para poder dar el pregón, cosa que no es posible puesto que estos procesos duran sobre un año. Mi perplejidad y asombro es enorme, ya que, si existe algún tipo de reglamento para este tipo de situaciones, no me corresponde a mi saberlo, sino a las personas que me nombraron y aprobaron mi propuesta como Pregonera.

"Si existe algún tipo de reglamento para este tipo de situaciones, no me corresponde a mi saberlo, sino a las personas que me nombraron y aprobaron mi propuesta"

Intentando buscar una solución, busqué información y encontré un Exhorto del Papa del año 2016, denominado "Amoris Laetitia", en el cual el Papa, respecto a los divorciados vueltos a casar, remarca la importancia de hacerles sentir que son parte de la Iglesia y abre la posibilidad de que la Iglesia los acoja, pudiendo ser una solución a este tema. Lo envío por email el 3 de octubre a la persona de la Permanente que me había informado verbalmente de la situación.

Unos días más tarde, me comunican por teléfono que el Exhorto Papal podía dar solución a mi situación, pero días después me vuelven a llamar por teléfono para decirme que no contemplan dicho exhorto y que no puedo realizar el Pregón pero que se siguen efectuando gestiones en el Obispado de Cádiz.

Ante esta falta de claridad y seriedad, enviamos un burofax a nombre del presidente del Consejo de Cofradías y Hermandades de la Línea de la Concepción, con fecha de envío 2 de diciembre de 2019, para que me aclarasen la situación, ofrecer soluciones y que, en caso de confirmarse mi veto, por favor me enviasen notificación por escrito del cese y el motivo del mismo, ofreciendo hacer una nota de prensa conjunta y explicar lo sucedido. Dicho burofax no fue recogido por el presidente del Consejo, persona a la que iba dirigido como responsable máximo del mismo, caducándose el envío el 3 de enero de este año. Así que ese mismo día envié dicho burofax mediante WhatsApp al teléfono privado del presidente del Consejo.

Dada la situación y por respeto a los linenses, decidí enviar a principios de enero una carta dirigida a su Santidad el Papa Francisco explicándole la situación y solicitando su intercesión y bendición.

A partir del 18 de enero recibí varias llamadas telefónicas del presidente del Consejo y finalmente, ayer 22 de enero, recibo por WhatsApp una carta en la que me comunican literalmente mi cese como Pregonera de la Semana Santa de la Línea manifestando que: “por causas totalmente ajenas a nuestra voluntad no es del todo imposible seguir manteniendo tu nombramiento como Pregonera Oficial de nuestra Semana Santa 2020”.

Sirva como referencia, que este tipo de veto no se produjo en el caso de pregoneros varones, alguno de ellos altamente conocidos, que, ostentando el estado civil de divorciado, sí pudieron pregonar en su momento en la Semana Santa andaluza.

Cabe decir, que el personaje de Elena Greandia que encarno ha visto dañada su imagen y reputación, y como persona física he visto vulnerado mi derecho a la intimidad y privacidad, teniendo que hacer público mi estado civil pretérito.

Al margen de las implicaciones legales, bajo mi punto de vista, la gestión de todo este asunto ha carecido de humanidad, respeto y empatía, pero sobre todo ha estado sometida a una arbitrariedad moralizante y discriminatoria que no es propia del siglo XXI.

"La gestión de todo este asunto ha carecido de humanidad, respeto y empatía"

Esta situación me ha provocado el sentimiento de verme involucrada, sin buscarlo, en una lucha de hermanos cofrades contra hermanos cofrades, sintiéndome utilizada por unos y otros. Situación que como resultado ha provocado la dimisión de su cargo como vicepresidenta del Consejo a la persona que me propuso como pregonera, siendo otra víctima injusta de este asunto.

Cabe recordar, que los linenses os merecéis un pregón a la altura de vuestra Semana Santa, todo un referente en Andalucía, y que este asunto totalmente ajeno a mi persona, ha hecho que hayan transcurrido más de tres meses sin que haya habido una aclaración oficial a esta situación. En ningún momento en esta situación he visto que se tomase en cuenta lo realmente importante, que son las personas, es decir vosotros, por ello quiero despedir esta carta con un fragmento del que iba a ser mi pregón dedicado a todos vosotros:

En mi cabeza no llevé capirote

Tampoco una túnica ni una capa

No sentí en mis carnes el dolor costalero

Ni entiendo de chicotá ni de bandas

Tampoco me puse mantilla

A excepción de una vez y por una causa,

la de unas mujeres que en San Pedro

Me dijeron: “¿te vienes hermana?”

Mi Semana Santa era otra

La de las historias vivas

La de la compra de los claveles qué la ofrenda necesita

La de un Miércoles Santo

Y del brazo de mi madre detrás del Medinaceli estaba la obra de arte

“¿Cómo estás Antoñita?”

“¡Cuánto tiempo!, ¿Cómo está tu padre?“

Pues a eso vengo, con mi promesa de que la vida otro año le aguante

Pues yo vengo rogando,

al Cristo su voluntad y con fe

que este año a mi niño el cáncer

lo quiera dejar en paz.

Yo vengo por mis cinco hijos

pues lo tengo tos en el paro

a ver si tenemos fe

y este año encuentran trabajo.

Yo solo estoy deprimida

y aquí encuentro consuelo

Por eso cada año en penitencia

acompaño a mi hijo de nazareno.

Y delante iba la imagen

y detrás la fe llevaba

Y ambas no eran conscientes

de cuánto se necesitaban

La imagen se fue alejando

con una banda por medio

La fe se fue disipando

y en su esencia, se fue muriendo.

La fe es la verdadera razón de ser de la Semana Santa y la que nos da esperanza, por eso seguiré pensando que los jóvenes linenses representan el cambio de paradigma necesario que La Línea necesita, aportando una mentalidad abierta e integradora, con bondad y corazón, para ser capaces de no juzgar a los demás”.

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