El peligro de los monos de Gibraltar: dos macacos atemorizan a un niño
El menor sufre una herida en el brazo izquierdo tras ser perseguido en la reserva natural del Peñón
Un grupo de monos ataca a un niño aterrorizado en Gibraltar
Gibraltar/Los monos de Gibraltar han vuelto a hacer de las suyas. Dos macacos han perseguido a un niño, que incluso está a punto de caer por una ladera, como se puede ver en el vídeo subido a TikTok por el usuario @il_vino__, que acumula medio millón de visitas y un buen número de comentarios. En las imágenes se ve al niño corriendo despavorido mientras los dos monos le persiguen ante la mirada atónita de las personas que se encuentran en la reserva natural del Peñón. En dos momentos ponen en peligro al niño, primero cuando está a punto de caer por una ladera y luego al saltar desde el techo de una garita con una altura considerable. Al final del vídeo se ve que el menor ha sufrido una herida en el brazo izquierdo.
Los macacos suelen estar tranquilos y se advierte en los carteles que no se les puede dar de comer. Cuando esto ocurre, los monos quieren más de lo que se les ofrece y echan mano de la comida. Los turistas suelen guardarla en una mochila y se han dado muchos casos de forcejeos para evitar que los monos se la lleven, aunque en varias ocasiones se ha visto que los monos han conseguido llevársela para conseguir su botín.
El Gobierno de Gibraltar recuerda en su web que es ilegal alimentar a los macacos y la multa por tal infracción es de 500 libras esterlinas (591,95 euros). "Por lo tanto, se hace especial hincapié en que el público no alimente a los simios. La comida que ofrecen los particulares como golosina para los simios altera su dieta y puede provocar enfermedades como la diabetes", señala.
Aunque suponen uno de los grandes reclamos turísticos del Peñón, estos macacos de Berbería, de los que viven unos 300 en Gibraltar distribuidos en seis colonias, pueden tener comportamientos puntuales agresivos, como animales salvajes que son, pero la mayor parte del tiempo se lo pasan desparasitándose los unos a los otros, saltando y jugando entre ellos, trepando por los árboles y las murallas y gritándole a los turistas para intentar quitarles la mochila en busca de alimentos.
Según los expertos hay una serie de advertencias útiles para evitar el ataque de los monos en la medida de lo posible: no llevar comida a la vista, guardar las joyas para evitar estímulos brillantes y pasar a su lado como si no estuviesen ahí, por supuesto sin hablarles ni tocarles. Hay quien asegura que también se sienten muy atraídos por la gama de colores rojos y rosados.