España permite el desvío de nueve vuelos de Gibraltar a Málaga pese a que había previsión de mal tiempo

British Airways y EasyJet mantuvieron el despegue de sus aviones contando con el Ruiz Picasso como pista auxiliar

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Un avión de EasyJet, aterrizando en el aeropuerto de Gibraltar.
Un avión de EasyJet, aterrizando en el aeropuerto de Gibraltar. / Andrés Carrasco
Javier Chaparro

11 de marzo 2025 - 04:01

Algeciras/La excepción se ha convertido en norma una vez más. España volvió a permitir entre los pasados días 4 y 9 de marzo el aterrizaje o despegue del aeropuerto de Málaga de nueve aviones programados inicialmente en el aeropuerto de Gibraltar. Dichos vuelos, pertenecientes a las compañías British Airways y EasyJet, se llevaron a cabo pese a que mucho antes de despegar se conocía que las malas condiciones meteorológicas iban a hacer prácticamente imposible que el aeródromo del Peñón estuviese operativo en esas jornadas.

Con una pista de solo 1.852 metros de longitud, azotado por fuertes rachas de viento y una orografía compleja, el aeropuerto gibraltareño presenta evidentes limitaciones que condicionan su utilización cuando el mal tiempo se hace presente en las previsiones meteorológicas.

En teoría y únicamente bajo circunstancias adversas sobrevenidas, los vuelos programados con destino o despegue desde la Roca pueden ser suspendidos o derivados al aeropuerto o aeropuertos alternativos que deben aparecer de forma obligada en cada plan de vuelo. En el caso de los vuelos civiles que operan en Gibraltar suelen ser los aeródromos de Tánger, el más cercano al Peñón, y el de Málaga.

Cuando las inclemencias del tiempo hacen imposible aterrizar en la colonia, las compañías aéreas citadas derivan sus aviones al aeródromo Pablo Ruiz Picasso de la capital malagueña, distante 124 km por autopista de la colonia británica. Eso les evita afrontar los altos costes de los pasajes en ferry –si los barcos estuviesen operativos– desde Tánger hasta Gibraltar y una burocracia más lenta. Si optasen, por contra, a cancelar el vuelo, deberían afrontar igualmente costes indeseables, al tener que devolver el importe de los billetes a los pasajeros o, incluso, pagarles comidas, alojamientos e indemnizarles.

En cualquier caso, solo hay una excepción admisible para que los vuelos de Gibraltar se desvíen a Málaga u otros puntos: cuando haya causas realmente sobrevenidas y exclusivamente por razones de seguridad aérea. En el día a día no es así. Es más, se ha acentuado en las últimas fechas coincidiendo con la suspensión de empleo y sueldo durante cinco meses y medio del inspector jefe de la Policía Nacional a cargo del Puesto Fronterizo de Gibraltar, quien precisamente ha denunciado a sus superiores por tratar de hacer más laxos los controles en ese punto y no cumplir con ello lo fijado en el Código de Fronteras Schengen.

Los polémicos vuelos

El pasado 4 de marzo y pese a las previsiones de tormentas sobre Gibraltar, British Airways desvió dos vuelos a Málaga (los aviones fueron el BA490 y BA491), mientras de EasyJet hizo lo propio con otros dos (EZY8791 y EZY8792). Lo mismo ocurrió los días 6 (EZY8791 y EZY2267), 8 (BA493, con destino Londres, y EZY8791, destino Gibraltar) y 9 (BA490 destino Gibraltar).

Este lunes, 10 de marzo, los dos vuelos que estaba previsto que aterrizasen en Gibraltar -el BA490 procedente de Heathrow y el EZY8791, de Gatwick- llegaron a la Roca con normalidad. En cuanto a los despegues, el BA491 salió con un retraso de 40 minutos a las 11:48 hacia Heathrow y el EZY8792 partió casi en hora a las 13:00.

“El caso es que, en muy repetidas ocasiones, casi como una rutina, los vuelos civiles del Reino Unido con destino a Gibraltar, no es que utilicen el aeropuerto de Málaga como alternativa ante cualquier incidencia durante el vuelo que le haga imposible o desaconsejable aterrizar en Gibraltar, es que salen del Reino Unido con destino, ya directo, al de alternativa cuando el cierre del aeródromo de Gibraltar se ha producido antes del despegue, horas e incluso días. Es decir, el de Málaga está siendo utilizado por los británicos como si se tratase de una pista auxiliar del aeródromo militar de RAF Gibraltar”, denunciaba ya al respecto en septiembre de 2023 el capitán de navío retirado Ángel Liberal, experto en cuestiones relativas a Gibraltar, en un artículo publicado en Europa Sur.

Como añadido y en múltiples ocasiones, en esos vuelos, el control de pasaportes de los pasajeros pertenecientes a terceros países se desarrolla sin que se cumplan los requisitos que exige para entrar en España el Código de Fronteras Schengen y sin que exista capacidad para controlar que todos ellos van de aeropuerto a aeropuerto, a bordo de los autobuses dispuestos para los traslados.

“Para mayor inri”, apuntaba Liberal en ese mismo artículo, “los requisitos de entrada en Schengen (entre otros, pasaporte y en su caso visado) se aplican con una flexibilidad de niveles cósmicos, como es habitual cuando se trata de cuestiones relacionadas con Gibraltar. Una vez que los pasajeros con sus equipajes están en tierra y han superado felizmente los controles de entrada, les esperan sus autobuses y gozosos se dirigen a Gibraltar sin que nadie pueda controlar eficazmente si suben a ese autobús o se quedan distraídamente en España, territorio Schengen, y con acceso ilimitado a toda Europa”.

De la urgencia, a la rutina

“No se discute la necesidad de atender las emergencias aeronáuticas", añadía LIberal, "como en el siglo XIX no se discutió la necesidad de atender las emergencias sanitarias, las que –con el paso del tiempo- dieron lugar a la ocupación ilegal de la mitad sur del istmo. Ahora bien, conociendo un poco de historia, no se nos oculta que de la emergencia se pasa con facilidad a la rutina (que es lo que estamos viendo) hasta el punto de que, muchas de ellas, podríamos considerarlas como emergencias rutinarias. Después, la rutina se convierte en precedente; a partir de ahí, el mantenimiento o repetición de una situación de hecho genera un argumento de derecho, como con cualquier okupa que, en definitiva, es lo que son. En cualquier caso siempre les queda apelar a las razones humanitarias y a los gestos de buena voluntad que tan buenos resultados suelen dar por la receptividad sublime de nuestras autoridades. No deberíamos olvidar que el engaño por parte de los británicos y su abuso de nuestra indestructible buena fe es algo normal en el trato con ellos desde 1704”.

El aeropuerto internacional de Málaga y en este contexto, describía el capitán de navío retirado, funciona en la práctica “como una pista auxiliar del aeropuerto militar de la RAF" en el Peñón y permite a este su supervivencia económica, "al aceptar vuelos civiles que no deberían haber salido del Reino Unido, máxime cuando existen líneas aéreas que vuelan directamente desde el Reino Unido hasta Málaga y hasta Jerez de la Frontera”.

"Los EEUU pagan por el uso de Rota y Morón en forma de convenio con España. El Reino Unido no sólo no paga nada por usar el de Gibraltar, que está en territorio español, sino que, además, ese aeródromo okupa sobrevive económicamente gracias a España", concluía Liberal.

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