Gibraltar

Las casas de apuestas gibraltareñas denuncian la nueva tasa británica

  • El Gobierno de Cameron quiere que a partir del día 1 paguen el 15% de los beneficios que obtengan a través de clientes de Reino Unido

Gibraltar Betting y Gaming Association (GBGA), el colectivo que representa a las empresas con licencia en el Peñón dedicadas a las apuestas a través de internet, ha presentado una demanda contra el plan del Gobierno británico de gravar con un impuesto del 15% sobre los beneficios que se deriven de clientes del Reino Unido.

La demanda se presenta unos días después de las empresas del juego on line con sede en la Roca perdieran una batalla legal distinta para detener el nuevo régimen de licencias de Gran Bretaña (el llamado Gambling Act), que entrará en vigor el 1 de noviembre.

La asociación busca ahora una revisión judicial de los planes del Gobierno británico para el punto concreto del impuesto al consumo de los juegos de azar a distancia.

En un desayuno de trabajo en Londres, el ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, aseguró que hay más empresas que desean establecerse en la Roca y que el gobierno está dispuesto a conceder licencias. El jefe del Gobierno 'yanito' dijo que la inversión seguirá asgegurada mientras que haya suficiente generación de energía, telecomunicaciones fluidas y espacio para permitir que la industria crezca de forma orgánica.

Picardo manifestó que un 10,3% del crecimiento del PIB de Gibraltar lo colocaría en el tercer puesto a nivel mundial, y que este crecimiento está impulsado por las empresas de juego con base en Gibraltar.

En la actualidad, un gran número de los operadores de apuestas por internet funcionan a través de jurisdicciones offshore, lo que les permite acogerse a los beneficios que les conceden las normas establecidas por las autoridades locales, como es el caso de Gibraltar.

Estos operadores offshore, por ejemplo, pueden hacer publicidad de sus actividades en el mercado británico en virtud de una laguna en la Ley del juego de 2005, que permite a los operadores establecidos en el Espacio Económico Europeo, incluyendo Gibraltar y otros territorios, anunciar sus servicios en el Reino Unido. La Ley del juego pretende colmar esta laguna y requerir que cualquier operador que realice publicidad para clientes en el Reino Unido, no sólo se eva obligado a obtener una licencia británica, sino también que pague un impuesto sobre los beneficios que se derivan de clientes del Reino Unido que realizan sus apuestas en lugares de fuera del mismo que están sujetos, por tanto, a otras normativas.

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