El acuerdo sobre Gibraltar dará transparencia a la actividad en la base militar del Peñón, aunque ningún control por parte de España
España accederá por primera vez a los datos sobre los movimientos de buques y aviones, superando uno de los principales “irritantes” del Gibrexit
La cooperación estratégica en defensa entre Londres y Bruselas y la nueva sintonía política, claves para desbloquear un pacto con un fuerte trasfondo geoestratégico
Cronología de la negociación entre la Unión Europea, Reino Unido y España del acuerdo sobre Gibraltar para la era post Brexit
El acuerdo político entre la Unión Europea y Reino Unido para establecer el marco de las relaciones de Gibraltar con el ámbito comunitario, alcanzado el pasado junio, pretende ser un punto de inflexión en la relación del Peñón con los Veintisiete al incorporar, por primera vez, referencias explícitas a su dimensión estratégico-militar. España aspira a tener acceso a información completa sobre las personas y mercancías que entren o salgan de la base militar de la colonia como un punto destacado del acuerdo, a falta de plasmarse en el Tratado que ponga negro sobre blanco todas las condiciones de la relación futura entre Gibraltar con España y el conjunto de la UE.
La falta información sobre las actividades militares en Gibraltar era de uno de los llamados "irritantes" que mantenían encallada la negociación del Gibrexit, que se desarrolló entre el 5 de octubre de 2021 y el 11 de junio de este año. Esta vertiente —tradicionalmente ausente del debate público— fue uno de los aspectos que contribuyeron a retrasar las negociaciones durante un tiempo mucho más prolongado de lo inicialmente previsto.
Londres y Bruselas reconocen que “comparten la responsabilidad de la seguridad en Europa” y que su seguridad y prosperidad “son interdependientes”
Aunque las conversaciones oficiales giraban en torno a la movilidad de las personas y mercancías; el paso fronterizo y la cooperación económica, la cuestión militar permanecía siempre como un elemento que condicionaba cualquier avance. Así lo analiza el periodista experto en defensa Luis Romero Bartumeus en el artículo La vertiente estratégico-militar del Acuerdo UE-Reino Unido de 2025 sobre Gibraltar publicado en la revista Cuadernos de Gibraltar, que edita la Universidad de Cádiz.
Un componente estratégico silenciado
Romero Bartumeus desgrana en su artículo los momentos clave relacionados con la defensa y Gibraltar que permitieron allanar el camino hacia el acuerdo. Para Romero, las declaraciones del 11 de junio de 2025, en las que las partes afirmaron que el acuerdo se alcanzaba “como compromiso compartido con la seguridad europea”, revelaron por primera vez la existencia de un componente estratégico hasta entonces silenciado. Ese mismo día, Londres enfatizó que el pacto garantizaba “la soberanía británica, la autonomía militar del Reino Unido y […] el futuro económico de Gibraltar”, situando igualmente la cuestión defensiva como una prioridad.
El experto en defensa sostiene que la verdadera muestra de un cambio de postura, mantenida durante y después de la negociación del Brexit, fueron las consecuencias de la cumbre entre Reino Unido y la Unión Europea celebrada el 19 de mayo de 2025. De aquella cita salieron dos documentos muy relacionados entre sí, la Asociación Estratégica RU-UE y la Asociación en Seguridad y Defensa. Según Romero Bartumeus, estos textos “muy bien podrían haber abierto la puerta definitivamente y despejar el camino hacia el Tratado en cuestión”. En ellos, Londres y Bruselas reconocen que “comparten la responsabilidad de la seguridad en Europa” y que su seguridad y prosperidad “son interdependientes”, introduciendo bases de cooperación en ámbitos como la movilidad militar, la industria de defensa, la ciberseguridad y la gestión de crisis.
Uno de los elementos más sensibles fue precisamente la movilidad militar, cuya participación británica en la Cooperación Estructurada Permanente de la UE (PESCO, por sus siglas en inglés) llevaba años bloqueada por España debido al estancamiento sobre Gibraltar. El autor recuerda que “las dificultades para alcanzar un acuerdo bilateral” sobre el acceso de militares británicos a instalaciones del Peñón se habían convertido en un obstáculo central. Esto incluía la discusión sobre cómo aplicar los controles Schengen al personal militar, un punto en el que el Reino Unido se negó a aceptar “cualquier tipo de cortapisa a su plena libertad de acción”.
El Peñón, un hub estratégico
El segundo hito clave fue la Revisión Estratégica de la Defensa británica (SDR-2025), publicada el 2 de junio, apenas una semana antes del acuerdo político. Londres reafirmó allí su visión de Gibraltar como un activo esencial: un hub estratégico en la entrada occidental del Mediterráneo, crítico para operaciones navales, protección de rutas marítimas y apoyo logístico. El documento subraya “la importancia de mantener la presencia militar del Reino Unido en Gibraltar” y vincula de forma directa la defensa del Peñón con la protección de los territorios británicos y con la capacidad de proyección global del país.
El 11 de junio, esa dimensión quedó incorporada al discurso público. El Foreign Office señaló que las “instalaciones militares del Reino Unido en Gibraltar conservarían plena autonomía operativa”, mientras que la secretaria de Estado británica confirmó ante el Parlamento que las fuerzas desplegadas “continuarán operando sin interferencias ni interrupciones”.
El Tratado definitivo (todavía pendiente) incluirá disposiciones sobre la base británica y el acceso del personal militar
El pasado 8 de octubre, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que España tendrá acceso a información completa sobre las personas y mercancías que entren o salgan de la base militar, lo que permitirá aplicar el acervo Schengen “también en relación con la base”. "Eso va a permitir una transparencia como no la ha habido antes", sostuvo. Por contra, España carecerá de control sobre todo lo que se cueza en la base.
La buena sintonía política entre Pedro Sánchez y Keir Starmer permitió cerrar los últimos flecos. El Marco Estratégico Bilateral firmado el 3 de septiembre, tres meses después del acuerdo, no menciona a Gibraltar, pero —como señala el autor— “no habría sido posible si no se hubiera producido primero el acuerdo del 11 de junio”. Este marco amplía la cooperación en seguridad y defensa, prevé un futuro memorando de entendimiento en materia militar y consolida la nueva etapa de cooperación bilateral.
A la vista de estos hechos, Romero Bartumeus concluye que la presencia militar británica continúa siendo una prioridad estratégica para Londres “por encima de cualquier otra”, y anticipa que el Tratado definitivo (todavía pendiente) incluirá disposiciones sobre la base británica y el acceso del personal militar. La negociación demuestra que cualquier acuerdo sobre Gibraltar está profundamente influido por su valor geoestratégico, un factor que, aunque durante años permaneció en segundo plano, ha acabado siendo determinante para alcanzar el consenso.
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