La Comisión Europea y el Reino Unido retomarán los días 13 y 14 de diciembre, en Londres, la negociación del tratado sobre Gibraltar, que aspira a regular la relación de la colonia británica con el bloque comunitario que, desde el 1 de febrero de 2020, comienza en La Línea.

La 14ª ronda de conversaciones servirá para abordar "algunos de los pilares principales del próximo acuerdo" -según confirmaron fuentes comunitarias- y llegarán ocho meses después de que fueran aplazadas debido a los procesos electorales emprendidos en España y Gibraltar.  

Gibraltar no está incluido en el gran acuerdo de retirada acordado por Bruselas y Londres en 2020. Requiere de una solución pactada aparte que necesita el visto bueno de España. Esto es lo que se negocia con el objetivo último de crear una "zona de prosperidad compartida" entre las dos regiones y "derribar" la Verja, lo que situaría en el puerto y en el aeropuerto llanitos los controles Schengen. 

La negociación se realiza sobre la base del llamado Acuerdo de Nochevieja, un pacto no vinculante pero esencial que España y Reino Unido alcanzaron para cimentar el futuro tratado, que comenzó a negociarse en octubre de 2021.  

La 14ª ronda llega después de que las urnas hayan revalidado los gobiernos socialistas a ambos lados de la Verja, lo que allana el camino a continuar donde lo dejaron, según defienden las dos partes, que andaban enfrascadas en buscar una solución a la petición de España de que establezca el uso conjunto del aeropuerto de la Roca, uno de los grandes obstáculos para cerrar el pacto. 

El pasado lunes 4 de diciembre, los equipos negociadores de España y Reino Unido se reunieron en Málaga para encarrilar la vuelta de las reuniones. Fue una semana después de que los ministros de Asuntos Exteriores de España y Reino Unido, José Manuel Albares y David Cameron, se reunieron por primera vez y trataran este asunto. Albares apuntó tras esa cita al uso conjunto del aeropuerto de Gibraltar como punto de fricción con Reino Unido para alcanzar un acuerdo sobre la relación entre la Unión Europea y el Peñón, aunque afirmó que ve muy cerca el acuerdo, al que le quedan “aspectos específicos, puntuales”, sin un horizonte temporal definido a corto o medio plazo.

El divorcio al que los gibraltareños se vieron abocados en contra de su voluntad expresada en las urnas el 23 de junio de 2016 -en Gibraltar, el no al Brexit se impuso por un 95,91% (19.322 votos) frente a un exiguo 4,09% (823 votos) favorable a la salida- generó, para empezar, un periodo transitorio de 11 meses que culminó el 31 de diciembre de 2020. Durante ese periodo el Derecho de la Unión siguió aplicándose en y al Reino Unido, con determinadas excepciones, para dar tiempo para prepararse a los ciudadanos, a los actores económicos y a las administraciones, "así como proporcionar un marco de estabilidad para la negociación de un acuerdo sobre la relación futura entre la Unión Europea y el Reino Unido". En ese tiempo, como ahora, el Brexit apenas tuvo consecuencias en Gibraltar y la comarca, al menos que pudieran sentirse por los ciudadanos. Sobre todo después de que el Gobierno de España estableciera medidas transitorias para que no se alterara nada entre tanto se alcanzaba un acuerdo sobre la relación futura de Gibraltar con la UE, que está todavía pendiente de cerrarse.

Las conversaciones se desarrollan en dos escenarios de forma paralela y casi simultánea. Por un lado están las reuniones en las que Bruselas y Londres aborda el acuerdo marco en torno a cuestiones como la seguridad, el medio ambiente, la nivelación de los tributos o el control del contrabando de tabaco, entre otras. En otro, se sientan España y Reino Unido, con Gibraltar con voz propia, en los que se trata de desentrañar cómo sería la puesta en práctica en el día a día de esos futuros compromisos, entre los que se encuentran por ejemplo, cómo activar la presencia de la Policía Nacional, la Guardia Civil y Aduanas en el puerto y el aeropuerto del Peñón.