Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Elecciones en Extremadura
María Guardiola se mantendrá en la Presidencia de Extremadura. El PSOE se hunde de forma inmisericorde, con el agravante de que sube de forma importante el otro partido de la izquierda, Podemos, que agrupaba a otros partidos, pero no a Sumar. Vox, como se preveía, ha logrado un resultado espectacular, dobla el número de escaños y se convierte en una fuerza clave en la Asamblea extremeña.
En estas elecciones se ha dado una situación desconocida hasta ahora: la subida de todos los partidos excepto uno, el PSOE; no es un asunto menor, el PSOE es uno de los dos grandes partidos españoles, y gobierna en estos momentos. Ha perdido votos a su izquierda y a su derecha, la fuga ha sido una de las mayores conocidas. Para mayor escarnio de los socialistas, el fracaso se debe al empecinamiento de Pedro Sánchez de presentar a un candidato de segunda categoría que no contaba con el apoyo de los dirigentes regionales; un candidato procesado –primera vez en la historia–, de mediocre biografía política, y cuya fuerza se centraba exclusivamente en que su situación judicial la compartía con el hermano del jefe del Ejecutibvo, y Sánchez necesitaba que Gallardo tuviera escaño en el Parlamento autonómico para conseguir así el aforamiento del que se beneficiaría su hermano David.
Para Sánchez el resultado es demoledor, aunque no se va a inmutar, nunca lo hace. Pero es de dominio público, y lo saben perfectamente en su partido, que es el principal responsable del hundimiento del PSOE. Se acaba de ver en Extremadura y puede ampliarse en próximas elecciones regionales. El golpe del 21-D es brutal para los socialistaas: el PP nunca había ganado en Extremadura, y lo acaba de hacer por amplia mayoría. Es la consecuencia del rechazo generalizado hacia un candidato que no estaba a la altura de lo que merecen los extremeños; pero rechazo también a un dirigente que, como jefe del Ejecutivo nacional, no ha demostrado en estos siete años excesivo interés hacia una región que se siente abandonada, mal tratada.
Muy importante el crecimiento de Vox, es su primer gran triunfo electoral. Se ha llevado parte del voto del PP. Se ha visualizado por primera vez que militantes y simpatizantes habituales del PSOE no han dudado en expresar su absoluta disconformidad con la deriva impuesta por Sánchez, echando por tierra señas de identidad del PSOE para echarse en brazos de socios que gran parte de los socialistas son detestables. Unos se han ido a Vox porque sienten profunda animadversión al PP y se sentían menos incómodos votando a un partido al que todavía no conocen bien, aunque saben que pertenece a la ultraderecha. Pero hasta ahora no se ha contaminado de los males de una mala gestión o de caer en la corrupción, porque nuca ha tenido responsabilidades de Gobierno.
Vox presentó un candidato absolutamente desconocido, Óscar Fernández, que acertó renunciado a presentar grandes propuestas, centrando su campaña en denunciar un día y otro que el PSOE presentaba a un procesado. Contó con la ayuda inestimable de Santiago Abascal, que manda poco en Vox, pero es la figura líder del partido y acumula las simpatías de militantes y votantes.
Guardiola quiso centrar en ella misma la responsabilidad casí absoluta de la campaña, para lo bueno y para lo malo. Feijóo, por decisión de ella, apenas participó en un par de mítines, y la popular también decidió que prefería no contar con la compañía de otros compañeros del partido. Ha sido muy criticada en sus años de Gobierno por sus declaraciones de escasa simpatía a Vox, por romper el Ejecutivo y convocar elecciones. Decidió en esta campaña que los errores que pudieran producirse eran suyos, no permitiría que contaminaran a nadie.
Guardiola no debería tener problema para mantenerse en el Gobierno. Ella sola, el PP, ha tenido más escaños que la suma de la izquierda. Está en condiciones de gobernar en solitario, aunque no ha llegado a los 30 escaños a los que aspiraba. Habrá que ver cómo se porta Vox. Parece impensable que vote con la izquierda para impedir la investidura de Guardiola, pero sí es perfectamente pensable que haga todo lo que esté en su mano para amargarle las iniciativas parlamentarias. Aunque sólo podría hacerlo aliándose con PSOE y Podemos. Así que... atentos a la jugada.
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