El fútbol cruza los dedos

Aún conmocionado, el mundo del fútbol cruza los dedos por la recuperación del centrocampista del Bolton Fabrice Muamba, que sigue luchando entre la vida y la muerte tras sufrir el sábado un ataque al corazón en pleno partido.

"Es muy grave. Necesita la ayuda de Dios", dijo ayer Owen Coyle, entrenador del prometedor centrocampista inglés de origen congoleño. Muamba, de 23 años, se desplomó el sábado sobre el césped, sin que mediara contacto alguno con un jugador rival, poco antes del descanso del partido de cuartos de final de la copa inglesa en el campo del Tottenham.

Varios médicos intentaron reanimarle en el terreno de juego. Jugadores, técnicos y espectadores siguieron consternados por las dramáticas escenas. Hasta que Muamba no se hallaba camino del hospital su corazón no volvió a latir, aseguraron los médicos. El partido fue suspendido poco antes del descanso con 1-1.

El presidente de la FIFA, Josep Blatter, escribió vía Twitter. "Mis pensamientos están con él y su familia". Colegas profesionales de Muamba apelaron a rezar por el jugador, que fue internacional sub 21 con Inglaterra.

"Pienso que hablo en nombre de todos los futbolistas del mundo. Estamos contigo Fabrice Muamba", escribió también Kevin-Prince Boateng, del Milan. "Cuando de pronto el fútbol es secundario", tituló el diario inglés The Sun.

El partido de la Premier League entre el Manchester United y el Wolverhampton Wanderers comenzó ayer con un minuto de aplausos por Muamba, que por lo menos hasta hoy seguirá en coma inducido bajo la atención de médicos especialistas en la unidad de cuidados intensivos del The London Chest Hospital.

Al mismo tiempo, el trágico incidente planteó la cuestión de cómo es posible que sucedan cosas así a deportistas sometidos a una intensiva supervisión médica. En la memoria de todos estuvo el caso de Marc-Vivien Foe. El camerunés falleció en 2003 a consecuencia de un paro cardíaco en un partido de la Copa Confederaciones.

La estrella de los Spurs Rafael van der Vaart aseguró después del partido en su cuenta de Twitter: "Todos rezamos por él". El delantero internacional de Inglaterra Wayne Rooney escribió: "Sigo aún conmocionado". Vincent Company, del Manchester City, también con raíces congoleñas, opinó: "Demasiado joven para morir".