La casa encantada
El Algeciras saldó con éxito sus cuatro últimas fases de ascenso, las tres últimas en un estadio Nuevo Mirador que vivirá la próxima con la vitola de infalible
Lo encontrará usted en el polígono industrial de La Menacha, entre el río Palmones y La Granja, detrás de la antigua fábrica de Celupal. Le parecerá sólo un estadio de fútbol, pero es algo más, es la casa encantada del algecirismo, un lugar que es también su arma secreta, su talismán infalible. Se llama estadio Nuevo Mirador y desde que es su hogar el Algeciras Club de Fútbol ha disputado en él tres fases de ascenso. Todas las terminó descorchando botellas de cava. Ahora se dispone a vivir la cuarta.
El Algeciras obtuvo el pasado domingo con una victoria en San Juan el pasaporte para la ansiada liguilla que llevaba buscando tres temporadas. Desde que se trasladó del viejo al Nuevo Mirador esto es sinónimo de ascenso.
En realidad los algeciristas llevan cuatro fases de ascenso exitosas, porque en 1998, todavía en el antiguo campo, consiguieron dar el salto a Segunda B en aquella recordada liguilla que le midió al Mérida, el Granada 74 y, sobre todo, al Hellín Deportivo. Los entonces entrenados por Gabriel Navarro Baby subieron después de una larga y polémica liguilla. En Hellín el Algeciras empató a uno, pero el criticadísimo arbitraje y el trato recibido allí por los algeciristas calentó el encuentro de vuelta, que era además el definitivo. Con más de 11.000 personas en las gradas, el Algeciras el choque se suspendió cuando iba 1-1 faltando 23 minutos. Hubo una trifulca entre jugadores, empezaron a caer objetos al campo, el árbitro se asustó y el equipo visitante simuló lesiones para no tener que volver al césped cuando se lo pidieron. Jugaban en aquel Algeciras Fito, Bumbún, Juan Antonio, Báez, Gallego, Gregorio, Raúl Molina, Paco Ramos, Huyos, Sixto, Johny, Juan Antonio García Cazorla, etcétera. Dos semanas después, el 11 de julio, el se completó el encuentro a puerta cerrada (con 6.000 personas en la puerta) y el Algeciras logró mantener el resultado y celebrar el salto.
En el verano de 1999 el Algeciras había bajado de nuevo a Tercera, tras las eliminatorias de permanencia con Aurrerá de Vitoria y Caudal de Mieres que supusieron la triste despedida a El Mirador. Pero llegó Quico Álvarez y el algecirismo olvidó pronto las penas. Tras una campaña brillantísima y una liguilla irregular ante Maracena, Don Benito y Torpedo de Cebolla, un gol de penalti de Batista al primero de estos tres equipos casi en el último minuto del partido decisivo dio el ascenso a los algeciristas. Empezaba la leyenda del Nuevo Mirador.
En la 2002-03 se confirmó. El Algeciras estaba en Segunda B y, a las órdenes de José Luis Montes, había protagonizado una espléndida temporada que terminó jugando la liguilla como campeón. Fue ante el Zamora, el Burgos y el Bilbao Athletic. Contra este equipo, en la penúltima jornada, un empate le bastó a los Iñaki, Ortiz, Armada, Bayarri, Pavón, Espejo, Chico Pérez, Aito Santos, etcétera para hacer que el Algeciras volviera a la categoría de plata veinte años después.
Segunda liguilla, segundo éxito. Pero todavía quedaba una más. En la 2006-07 regresó al Algeciras el barbateño Manolín Núñez y el Algeciras volvió a realizar una gran campaña que terminó primero. Con Félix Romero, Máiquez, Curro, Rico, Jorge Zamora, Alexis, Serrano, Mario, Alfaro, May, Francis Flores, Juampe, Manu Barreiro, Chumi y, sobre todo, un extraordinario Manuel Ángel, el conjunto albirrojo se enfrentó primero al Sangonera. Empató a uno allí y aquí ganó por 2-0. Luego le tocó el Toledo, que temporadas atrás había sido su verdugo en otra liguilla. En el Salto del Caballo ganaron los albirrojos por 0-1 y aunque el decisivo encuentro en el Nuevo Mirador se le puso cuesta arriba con un gol de Jacinto Cabrera en el 15', el local Curro cabeceó el empate en el 56' y sirvió de nuevo el ascenso a un Algeciras que ya definitivamente había convertido el Nuevo Mirador en su gran teatro de los sueños.
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