El Algeciras CF ambiciona su propia ciudad deportiva. El club ha asumido que el crecimiento profesional de la institución pasa por dotar de más y mejores instalaciones al primer equipo, a las categorías inferiores y a todo el entramado de conjuntos convenidos que forman parte de la familia rojiblanca como el Algeciras FS femenino o el CD Apadis.

El proyecto del Algeciras CF va a cobrar una nueva dimensión con el aterrizaje formal -ya operativo- de Mac Lackey y Ramón Robert, de momento y hasta nuevo aviso con Félix Sancho como compañero de viaje de una Sociedad Anónima Deportiva que afronta un verano fundamental para marcar el rumbo.

La planificación deportiva para la temporada 2023/24 en Primera Federación lo centra casi todo y consume la mayoría de los miradas de los abonados, pero paralelamente la cúpula del Algeciras está dando los últimos trazos a lo que Ramón Robert denominó un plan estratégico a medio plazo. En esa estrategia, los accionistas de la casa albirroja quieren marcar pautas y objetivos a cumplir al margen de los resultados deportivos.

Una de las prioridades del Algeciras es disponer de campos de entrenamiento de uso propio. Más que una prioridad es una necesidad, reconocen en el entorno del club. Por eso, la propiedad planea impulsar una nueva ciudad deportiva que permita a los equipos de la entidad ir más allá del uso de los anexos al Nuevo Mirador, de titularidad municipal y absolutamente colapsados la gran mayoría de los días por la multitud de niños que juegan a la pelota en la ciudad.

El proyecto de ciudad deportiva iría ligado lógicamente al de las academias de formación que patrocina Mac Lackey con el desafío de conectar el Algeciras CF con Estados Unidos en una conexión de dos sentidos. El stage que un grupo de futbolistas estadounidenses realizará el próximo mes de julio en la ciudad supondrá el punto de partida de esta iniciativa que el americano presentó en su día y calificó como un proceso a cuatro años.

La construcción de esta ciudad deportiva academia podría desarrollarse por fases con una primera para cubrir las necesidades básicas del primer equipo y que otorgase algo de oxígeno al trasiego diario de La Menacha. La residencia para la academia sería otro de los aspectos de primer orden para ir dando cuerpo a una instalación que aspiraría a parecerse a la ciudad deportiva de cualquier club profesional de España.

El primer paso es la elección de la localización. Los rumores apuntan a la zona de Botafuegos, un emplazamiento que quedaría a tiro de piedra del Nuevo Mirador a pocos minutos por la carretera vieja de Los Barrios.

El Algeciras ha tenido endémicamente un problema con el asunto de los campos de entrenamientos. El césped del Nuevo Mirador requiere de unos cuidados continuos, de resiembras y de reposo. Los anexos artificiales de La Menacha están, como se ha explicado, saturados y el césped de La Pradera, conseguido tras la llegada de Félix Sancho, es un mínimo desahogo para un club que aspira a ser profesional.

El fin de esta meta es que el Algeciras pueda ejercitarse diariamente en unas instalaciones con libre disposición y solo pisar el césped del Nuevo Mirador los días de partido. El disponer de una ciudad deportiva academia permitiría también potenciar la convivencia de los equipos en un entorno en el que poder celebrar desayunos y almuerzos e incluso concentraciones en verano o antes de citas especialmente importantes. Un universo de posibilidades se abriría en caso de que este proyecto, aún en estado embrionario, pudiese ver la luz.