Iván Ania ya puede tachar una asignatura que tenía pendiente con el Algeciras CF. El entrenador asturiano logró en la victoria en Ceuta del pasado domingo su primera remontada al frente de los albirrojos. Sí, puede parecer extraño pero Ania no había conseguido hasta ahora voltear un marcador adverso desde que aterrizó en el Nuevo Mirador en el verano de 2021 para pilotar el proyecto algecirista en la Primera Federación.

El mismo técnico se cercioró de ello en la rueda de prensa posterior al triunfo en las pistas de atletismo ceutíes. Lo dijo sin estar muy convencido pero lleva razón. La primera remontada llegó en el 45º partido liguero oficial de Ania con el Algeciras (el 46º si se cuenta el encuentro que disputó el pasado año en la Copa del Rey).

Los números de Iván Ania como técnico albirrojos están ahí y los puede corroborar cualquiera. El asturiano firmó en su primera temporada 16 victorias, 11 empates y 11 derrotas en el campeonato regular, más una derrota en el torneo del KO (Ante Unionistas, el rival del próximo domingo). Unos resultados con los que el Algeciras estuvo a punto de clasificarse para el playoff de ascenso a Segunda. Hay quienes entienden que debió lograrlo si no hubiese sido por la controvertida decisión de la Federación por la alineación indebida del Castilla en la penúltima jornada.

En el presente curso, Ania suma tres victorias, un empate y dos derrotas, y tiene al equipo séptimo a un solo punto de la cuarta plaza. Pocas quejas entre la hinchada, por no decir ninguna.

El Algeciras de Ania de la 21-22 y, hasta ahora, el que se fragua en la 22-23 arrastraba un pero cuando se veía por detrás en el marcador y es que no era capaz de sobreponerse para voltear un resultado adverso. Las sensaciones, compartidas en el algecirismo, eran que cuando este equipo se ponía por delante, casi siempre sumaba, pero cuando se veía contra las cuerdas, parecía incapaz de dar revertir la situación.

Algo parece que ha cambiado en esa evolución que el Algeciras está experimentando esta temporada. Lo ocurrido en Ceuta, más allá de lo anecdótico, puede marcar un antes y un después en la mentalidad de un vestuario que está demostrando tener personalidad y pegada. Si este Algeciras, naturalmente atrevido, consigue endurecerse frente a los golpes puede convertirse en un enemigo muy a tener en cuenta en cualquier plaza.

Un visitante temible

Las dos victorias consecutivas a domicilio del Algeciras, en Badajoz y en Ceuta, refrendan la dinámica que el conjunto de Ania potenció al final de la pasada andadura cuando arrancó cinco triunfos en sus últimas siete salidas.

Lo de Fuenlabrada parece que que fue un accidente o más bien, como muchos lo vieron, los albirrojos llegaron al estreno liguero aún con el chip de la pretemporada y en modo rodaje. La imagen en los dos desplazamientos más recientes se acerca más a lo que el Algeciras desprendió en el último tercio de la 21-22, coronado con el triunfo final en Sabadell, donde los albirrojos hicieron su parte y dejaron sin playoff a los locales.

Parte de ese cambio fuera de casa de los algeciristas llegó con la variante de los tres centrocampistas, un esquema que curiosamente está volviendo a funcionar ahora. Da la sensación de que a los de Ania les sienta mejor estar algo más arropados con una zona ancha trabajadora que le permite al ataque poder desplegar todo su poderío cuando tiene la oportunidad.