La distancia entre un punto y tres no son dos, sino solo cuestión de tiempo. Cuando los aficionados seguían lamentando el empate del Linares Deportivo, cuando el partido se prolongaba cinco minutos por encima del tiempo reglamentario, un balón largo de falta que sacó el portero Lucho García -esta vez titular en el Algeciras Club de Fútbol- terminaba llegando después de un cabezazo de Admonio a las botas de David Martin, que lo eleva por encima de las estirada de Samu Casado. El balón, tras dar en la parte inferior del larguero cayó dentro de la meta del Linares. Era el 2-1. La alegría llegaba en el añadido al Nuevo Mirador.

Los dos equipos estaban empatando no solo a goles, sino a casi todo. Incluso los dos llegaron a reclamar penaltis por derribos en las áreas, el primero en el minuto 85 que habría cometido Diori sobre Hugo Diaz y otro sobre Javi Cueto en el 93 de Fran González. El árbitro no los pitó. El planteamiento de los dos entrenadores era ofensivo, con balones largos y movimientos rápidos. Quienes acudieron al Nuevo Mirador pudieron disfrutar un partido intenso, que parecía que languidecía acercándose a su final, con un único gol del Algeciras, obra de Zequi en el minuto 62, pero un cabezazo preciso de Rafa Llorente, cruzando el balón hacia la escuadra izquierda de la portería algecirista, ponía las tablas en el minuto 90.

Los rivales dedicaron a estudiarse el primer cuarto de hora, sin llegar a generar ocasiones dignas de mención. El balón circulaba con rapidez, pero sin peligro hasta que el Linares trenzó una jugada en el minuto 16 que terminó con disparo a bocajarro de Berlanga, ya en el centro del área, que Lucho García paró en dos tiempos.

El Algeciras respondió cuatro minutos después con un balón que Dani Merchán elevó largo y salió por lo alto de la portería defendida por Samu Casado. La buena llegó para el conjunto de La Menacha en el minuto 24, con tres disparos consecutivos a la puerta azulina, dos de Zequi y uno de Mario García, que rechazaron Casado y su defensa. El pase largo y fácil para el control había sido de Eric Montes.

Se estaban jugando los minutos más intensos de la primera parte. Acto seguido, Berlanga de nuevo, profundizó por banda izquierda y lanzó un balón que se envenenó pero que logró atajar Lucho García sobre la línea de meta.

Los errores en el manejo de balón, sin llegar a ser tan peligrosos como los de hace una semana en Ibiza, siguieron existiendo. El Algeciras ofrece oportunidades o facilita el juego del contrario por imprecisiones. Mario García se llevó una expresión de malestar de algunos aficionados por este motivo, aunque no fue el único que se equivocó o anduvo lento a la hora de recoger el pase de un compañero.

A pesar de 1-0, la locura se desencadenó entre los últimos cinco minutos. La dinámica del Linares, esa que le había hecho ganar cuatro de los cinco partidos precedentes, se estaba imponiendo. y de hecho parecía que iba a sacar resultado positivo en Algeciras. Pero esa locura se resolvió de otra forma. La felicidad cayó  del lado del Algeciras y de su afición, que también se merecía la alegría de una victoria que, más que alejarle del riesgo de descenso, lo que hace es acercarle al play-off por una plaza en Segunda división. Aunque queda mucho por disputar. De hecho, la semana que viene espera nada menos que el Málaga.