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El Málaga ni chuta a portería en Getafe

El francés Yoda, uno de los mejores jugadores del Getafe ayer, intenta robarle un balón a Juanmi.
Roberto Morales (Efe) Getafe

29 de septiembre 2014 - 05:02

El Getafe resucitó ante un Málaga irreconocible que ni chutó a la portería rival, y conquistó su segundo triunfo de la temporada con un solitario tanto de Míchel en una mañana de recital de Pablo Sarabia (1-0).

La necesidad marcaba el estado del Getafe. Cosmin Contra revolucionó su once a la desesperada, buscando soluciones de urgencia que cambiasen la peligrosa dinámica. Un solitario triunfo y apenas dos goles a favor en cinco partidos eran factores de peso para un inicio repleto de ansiedad. El Málaga, con la seguridad de haber empatado con el Barcelona, saltó al césped con mayor firmeza.

La final que había anunciado Contra la tendrían que jugar sus hombres sin el empuje de una grada semivacía. Lento e impreciso arrancó el duelo. Miedo al fallo en el pase que empujaba al error por los locales y demasiadas faltas en su empuje buscando la reacción. Ninguno de los dos equipos encontraba el camino adecuado al área rival.

Todo el fútbol comenzaba a pasar por las botas de Sarabia, el futbolista con mayor calidad técnica en el terreno de juego, que a cada acción fue ganando en confianza. Encontró siempre espacios para crear y hacer daño entre líneas. Lideró el juego ofensivo del Getafe, nutriendo a sus compañeros de pases repletos de criterio. Yoda, que siempre encara al rival, chutó desviado con la zurda y Kameni vio lo que le venía salvando un nuevo error por la banda derecha de su equipo.

En un minuto el duelo quedó marcado. A los 24 Sergio Sánchez perdonaba la única acción de peligro de un Málaga que no disparó a puerta en el primer acto. Completamente libre de marca en el segundo poste, su testarazo lo quiso ajustar tanto que se le marchó por centímetros. Aún se lamentaba de la ocasión perdida cuando una acción rápida acabó en el gol que decidió el duelo.

Sarabia, como no, veía el pase al hueco al desmarque de Yoda, que aguantaba bien y servía atrás a la llegada de Míchel. De zurda, en carrera, chutó con potencia al cuerpo de Kameni que no pudo quitarse de encima el balón y acabó entrando en su portería.

El tanto era una liberación a la presión que sentía el Getafe. El premio a su personalidad para levantarse y dominar. Con ventaja supo manejar el partido los jugadores de Contra. Javi Gracia busco soluciones en la segunda parte, pero con lluvia se fue despidiendo un encuentro que se afeó al final con un codazo de Weligton a Yoda.

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