Juan Alfaro, un familiar en el rival

Juan Alfaro, jugador ahora de la Palma Club de Fútbol, vuelve el sábado a un Nuevo Mirador que fue su casa. Es literal, pues en Algeciras vivió momentos de inmensa alegría como el ascenso de la 2006/2007, pero también la cara amarga de los encierros. Asegura que es muy especial volver a un estadio en el que vivió tanto y enfrentarse a amigos y compañeros en el que prevé será su último año futbolista. El de La Palma asegura que el partido es "David contra Goliat" y considera que "tiene que pasar una catástrofe para que el Algeciras no ascienda".

Juan, hermano del pichichi algecirista el pasado curso, Jesús Alfaro, ahora en el Alcoyano, dice estar "encantado de volver" al Nuevo Mirador. "Después de lo que uno pasó allí, de los amigos que he dejado y que aún tengo, gente como empleados, pues es un partido muy bonito", aseguró el onubense, que coincidió con Iván Turrillo, Álvaro Benítez (ambos muy jóvenes), Mario, Máiquez y Javi Chico. "De Algeciras me fui por el tema económico, que era un desastre, pero hubiese echado más años allí", asegura el palmerino.

El partido del sábado entre el Algeciras y La Palma, su equipo, lo define con tres palabras: "David contra Goliat". "Para qué vamos a engañar. No es porque sea el Algeciras pero es el mejor equipo, la mejor plantilla y el mejor club. Tiene que pasar una catástrofe para que el Algeciras no sea primero y no suba". Por el interés de su equipo, La Palma, espera "que se confíen un poquito".

"Yo aquí estoy bien, en casa, este es mi último año, me pidieron jugar porque era el año del centenario pero el 80% somos del pueblo, y es complicado, y también tengo que mirar por la salud, después de la lesión de las las rodillas, y por la familia. La edad no pasa el balde", asegura Juan Alfaro (33 años).

"El triunfo del pasado domingo fue importantísimo y la verdad es que esperemos que sea el punto de inflexión lo que pasa que le partido que tenemos ahora no es el más idóneo. Para nosotros, un punto sabría a victoria", reconoce Juan Alfaro, que la pasada temporada era un habitual en el Nuevo Mirador para ver a su exequipo y a hermano. Fue un sufridor más. "La verdad que una permanencia casi lograda, se le fue complicado y luego te toca un Valencia B que es un gallito. Hablaba con mi hermano y él me decía: 'la tenemos en la mano'; y yo le decía: 'en la mano pero no la cogéis' y al final se escapó", relata. Juan apuesta por la vuelta a Segunda B.