Lo que ocurrió ayer por la mañana en el campo principal de la ciudad deportiva Luis del Sol (Sevilla) es, sencillamente, para echarse las manos a la cabeza. Fue lo que llevó a la Unión Deportiva Los Barrios a destituir a su entrenador, David Gutiérrez Guti, a última hora de la tarde. La Unión encajó, a manos del Betis Deportivo, una de las más encandalosas y sonrojantes goleadas que se le recuerda al conjunto de la Villa. 7-0, ni más ni menos. Este resultado impulsó al club gualdiverde a romper la vinculación con el técnico algecireño, tras cuatro derrotas en cinco partidos y solo tres puntos en el casillero. El bochornoso revés de ayer fue la gota que colmó el vaso.

Los, hasta ayer, hombres de David Guti, tenían como misión sacar algo positivo de su tercer desplazamiento del curso ante un rival complicado, pero terminaron por desaparecer al completo en un segundo tiempo lamentable ante el filial bético. En el peor de los casos, parecía impensable que la Unión hiciese un ridículo como el de ayer, y más viendo el primer tiempo que cuajaron los barreños.

5Goles en el segundo tiempo. La Unión desapareció ante el vendaval verdiblanco

El delantero bético Nané firmó un triplete, Edgar, Robert y Escardó marcaron un tanto y Álex Vázquez también contribuyó a la goleada, anotando en propia portería el segundo tanto verdiblanco, con algo de mala suerte, todo hay que decirlo.

La Unión se mantuvo viva hasta poco después de comenzar el segundo acto, e incluso en la primera parte Alan pudo recortar distancias con un remate de cabeza que se topó con el travesaño, después de un disparo de Luisma en el que puso más alma que todo lo que se vio posteriormente de sus compañeros. Y aquí se acabó el partido de los visitantes.

A la vuelta de vestuarios, pese a que los gualdiverdes parecían estar dispuestos a meterse de nuevo en la contienda, el Betis aprovechó la fragilidad y la inocencia de un equipo que se dejó llevar en cuanto le pusieron el pie en el cuello. Desajustes defensivos, indecisiones de los foráneos y huecos abiertos a golpe de asistencias a la carta terminaron por comer muy pronto la moral de los visitantes, que vieron como eran superados con la relativa facilidad por un rival inspirado, que apuntó alto y se encontró con las puertas abiertas de par en par.

En los segundos cuarenta y cinco minutos, la escuadra bética fue anotando uno tras otro hasta alcanza la cifra final, pero pudieron ser ocho si el colegiado no hubiera anulado un gol de los locales por posición antirreglamentaria, que las imágenes de televisión demostraron ser legal y, además, muy claro. Precisamente, hasta el trencilla del encuentro decretó el pitido final cuando se cumplió el minuto 90' con rigurosidad, en vista de que ya no había en juego un partido, sino una debacle.

Sin excusas, los barreños desconectaron cuando más se les necesitaba. Ayer se alinearon los astros para que al Betis le saliera el mejor partido que se le recuerda y la Unión, que no quiso afrontar el problema que se le planteó, acabó firmando uno de los peores enfrentamientos de su corta historia.