La denuncia de una abuela francesa a Israel por genocidio tras la muerte de sus nietos en Gaza se hace viral gracias a un tuit de Almudena Ariza
Jacqueline Rivault, de 71 años, ha presentado una denuncia en París por la muerte de sus nietos franceses, de 6 y 9 años, en un bombardeo israelí. El caso, ya admitido a trámite, podría sentar un precedente judicial histórico en Europa
Almudena Ariza rompe su silencio sobre Gaza en un mensaje que se hace viral: “No voy a ser neutral ante la barbarie”
Una abuela contra el mundo: Jacqueline Rivault, una mujer francesa de 71 años, ha iniciado una causa judicial que podría sacudir los cimientos del derecho internacional. Ha denunciado al Estado de Israel por genocidio y asesinato tras la muerte de sus dos nietos, ciudadanos franceses de 6 y 9 años, en un ataque aéreo israelí sobre Gaza. La denuncia, ya admitida por la sección de crímenes contra la humanidad del Tribunal Judicial de París, abre una vía inédita en la justicia europea.
El caso ha trascendido gracias al testimonio de la periodista Almudena Ariza, una veterana reportera de Televisión Española con raíces en el Campo de Gibraltar, que ha narrado la historia en un hilo de gran repercusión en redes sociales que ya suma casi 40.000 likes. Ariza, premiada por sus coberturas en zonas de conflicto, ha recordado que solo los periodistas palestinos que permanecen atrapados en la Franja desde octubre de 2023 pueden contar lo que allí ocurre, dado que Israel impide el acceso a corresponsales extranjeros.
Un refugio que no fue seguro
Los pequeños Abderrahim y Janna Abudaher murieron el 24 de octubre de 2023 cuando dos misiles lanzados por cazas F16 impactaron en la casa donde se refugiaban con su familia, entre Faluja y Beit Lahia, al norte de Gaza. Habían huido dos días antes de su propia vivienda, buscando un lugar más seguro. No lo encontraron.
Según la denuncia de 48 páginas presentada por el abogado Arie Alimi, uno de los proyectiles atravesó el techo y el otro cayó directamente sobre la habitación donde se encontraban los niños. Abderrahim murió en el acto. Janna falleció poco después, camino del hospital. Su hermano Omar resultó gravemente herido, pero sobrevivió. Hoy sigue viviendo en Gaza con su madre, Yasmine Z., una ciudadana francesa previamente condenada en rebeldía por la justicia gala por financiación de grupos armados palestinos.
La justicia francesa asume el caso
El hecho de que los menores tuvieran nacionalidad francesa permite a la justicia del país investigar el ataque. El tribunal de París ha admitido la denuncia y ha abierto una investigación penal. Y no es una formalidad: por primera vez, un sistema judicial europeo podría pronunciarse sobre si las acciones del Ejército israelí en Gaza constituyen un acto de genocidio.
La denuncia señala al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, a su gobierno y al Ejército como responsables directos del bombardeo. Aunque formalmente no se han identificado nombres, el escrito los menciona explícitamente.
Este proceso se suma a otras investigaciones abiertas en Francia. Fiscales antiterroristas han iniciado una causa por "complicidad en genocidio" contra ciudadanos franco-israelíes que presuntamente participaron en bloqueos de ayuda humanitaria destinada a Gaza.
Desde el inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza —tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023— la palabra "genocidio" ha flotado con fuerza en el debate internacional. Naciones Unidas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han publicado informes demoledores: hablan de destrucción sistemática de infraestructuras civiles, de hospitales arrasados y de actos "consistentes con características genocidas".
En marzo de 2024, una investigación de la ONU concluyó que Israel había cometido "actos genocidas", incluyendo la destrucción de la principal clínica de fertilidad de la Franja. Y en tres resoluciones consecutivas, la Corte Internacional de Justicia ha instado a Israel a prevenir el genocidio en su campaña militar. Aun así, ningún tribunal ha dictado una sentencia definitiva.
La Corte Penal Internacional ha dado pasos: ha emitido órdenes de detención contra Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad. También dictó órdenes contra altos cargos de Hamás. Pero el crimen de genocidio sigue siendo la acusación más escurridiza y simbólica, la que ningún poder se ha atrevido a firmar.
La historia de Jacqueline Rivault tiene la fuerza de quien ha perdido lo más valioso y decide hablar cuando todos callan. Con el respaldo de organizaciones de derechos humanos y de su abogado, ha logrado lo que ningún líder occidental se ha atrevido a hacer: interpelar directamente a la justicia en nombre de las víctimas más pequeñas del conflicto.
“Será la justicia quien hable. Tal vez, quien diga lo que todavía el mundo no se atreve a decir”, ha escrito en su hilo Almudena Ariza, quien pasó parte de su infancia en Los Barrios, donde siguen viviendo su hermana, su sobrino y algunos amigos de juventud.
Y si lo consigue, el eco de esa voz —una abuela francesa en duelo— podría marcar un antes y un después en la historia del derecho internacional.
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