El universo de Óliver

Mucho más que los Goonies en el Campo de Gibraltar

  • El algecireño Alexis Morante preestrena este sábado en el Florida una película para niños y adultos "inteligentes" en la que la comarca es "un personaje más"

  • "A todos los que tenemos ya edad para la tercera vacuna, rondando la madurez, nos va a traer muchos recuerdos", afirma el actor Salva Reina 

Alexis Morante y Salva Reina, en el Rinconcillo este viernes.

Alexis Morante y Salva Reina, en el Rinconcillo este viernes. / Erasmo Fenoy

Muchas noches, entre el 19 de abril y el 28 de mayo, cuando la luna se esconde, el cielo del Campo de Gibraltar se llena de unas extrañas luces. Son los restos del cometa Halley, que solo se deja ver cada 76 años pero cada primavera lanza fuegos artificiales para aventurar la llegada del verano. La última vez que pasó el astro fue en 1986, cuando el director de cine Alexis Morante y el actor Salva Reina iban a 2º de EGB. Quizás este sábado encuentren un momento, ya de madrugada, para buscar en la noche de Algeciras los destellos del cuerpo celeste que inspira la historia de El universo de Óliver, el primer largometraje de ficción del cineasta algecireño y la segunda vez que trabaja con el canario-malagueño tras el corto Bla Bla Bla. Ambos están en Algeciras para presentar en el teatro Florida la película, rodada en su mayor parte en el Campo de Gibraltar, una semana antes de su estreno en cines. 

"Habla de una época muy concreta y a todos los que tenemos ya edad para la tercera vacuna, rondando la madurez, nos va a traer muchos recuerdos", explica Salva Reina (El mejor verano de mi vidaAntes de la quema, Adiós), encantado con una película "con muchos guiños al cine de los ochenta, al de los Goonies y Cuenta conmigo, pero ambientada en la realidad que conocemos, cuando un partido de fútbol se hacía con dos mochilas, llevábamos el chándal lleno de parches, jugábamos hasta que se escondiera el sol y venían los del otro barrio a por nosotros", continúa.

"Toda esa experiencia que vivimos de pequeños se ve muy bien reflejada, pero no es una película para puretillas, sino que va a gustar a toda la familia, porque está tratada de una manera muy moderna", apostilla el intérprete, que acompaña a Morante en este preestreno algecireño antes de veladas de promoción en Sevilla, Madrid, Barcelona y Málaga hasta desembocar el viernes 13 de mayo en el estreno, que vivirán en el Odeón de Los Barrios. "Es un cine muy especial que nos apoyó mucho", explica el director, "muy contento", con su primer trabajo largo de ficción.

Alexis Morante y Salva Reina hablan con vecinos del Rinconcillo. Alexis Morante y Salva Reina hablan con vecinos del Rinconcillo.

Alexis Morante y Salva Reina hablan con vecinos del Rinconcillo. / Erasmo Fenoy

"Está como yo quería que estuviera", manifiesta. "Muy bien acabada, porque se le ha dedicado mucho cariño. Se fue consiguiendo cada vez más presupuesto para hacer la película que queríamos y se fueron sumando los mejores profesionales que yo quería tener, sobre todo en la postproducción, el montador (José M. G. Moyano), el compositor (Julio de la Rosa)… por lo que todo ha ido cuajando hasta tener una obra muy compuesta. Ahora hay que ver cómo reacciona el público, pero yo de momento estoy orgulloso", afirma este premiado director de documentales (Camarón: flamenco y revolución, Héroes: Silencio y rock and roll) y de cortos (VolteretaBla Bla Bla) que encontró la historia de Óliver y su familia en un libro, entonces no publicado, de Miguel Ángel González. 

Desde un primer momento, Morante tuvo claras dos cosas. Primero que quería hacer una película con niños pero no solo para ellos y, sobre todo, no para mojigatos, sean de la edad que sean. "Le dije a los productores que quería tratar a los niños como personas inteligentes, no como tontos. Es una película para niños que saben entender las cosas y además tiene otras capas en las que el adulto va a realizar otras lecturas. Es transversal y muy coral, con tramas de personas de todas las edades, por lo que cualquiera se va a sentir identificado, ya sea con el padre, con su relación con la madre, con el abuelo, el protagonista, los amigos", relata. 

El universo de Óliver está dirigida a todos los públicos, aunque ha sido catalogada como no recomendada para menores de 12 años, "quizás por el lenguaje que usan los chicos". "Es una película muy realista, no de estas que se hacen ahora que son solo para niños y están triunfando como Padre no hay más que uno o Los futbolísimos. Es muy al estilo de los ochenta, cuando se hacían con niños pero también para los adultos. No nos hemos cortado a la hora de que hablaran como lo hacen en realidad, por eso quizás nos han dado esa calificación", manifiesta. 

El universo de Óliver. El universo de Óliver.

El universo de Óliver. / E.S.

Lo segundo que Morante tenía claro es que quería que el Campo de Gibraltar fuera "un personaje más". "Así estaba concebido en el guion y lo he intentado cumplir. He impregnado la película de ese paisaje especial de naturaleza comida por la industria. Es una cosa que la hace única visualmente no a la película, sino a nuestra zona. Es lo que recuerdo de niño, calcular qué viento hace por el humo de las chimeneas y tener los pies llenos de alquitrán en una playa maravillosa. Hay una escena en la que los niños entran en un búnker, no sabes muy bien lo que es eso pero te enteras de que era de la guerra, son cosas muy interesantes de la comarca que he intentado que salgan. Hay un momento clave en una azotea de noche en la que Óliver y su abuelo están viendo estrellas y se ve la bahía completa", resume.

Con una seña tan marcada de la comarca, era lógico "buscar actores de la zona", una decisión de la que el director se considera orgulloso. "Sergio Ramos, Elsa Benítez y Antonio López están en la pandilla de Óliver y en la de los malos, los que vienen a quitarles el campo, están Yerai y Ismael Heredia, que son dos hermanos del Saladillo, buscábamos gitanos y los encontramos en el colegio. Son todos magníficos actores. Es la base. Después tenemos un par de actores que son un poquito más profesionales, Lorca Gutiérrez Prada y Roberto Campillo, y por último, Óliver, que sí lo encontramos en Madrid", narra.

Salva Reina resta importancia a la falta de experiencia de estos jóvenes actores. "Es solo una condición que depende de con quien lo compares. Trabajar con ellos ha sido muy gustoso. Rubén (Fulgencio) y Iván (Renedo), que son los que más he compartido el rodaje porque hacen de los hijos de María León y mío, son unos auténticos profesionales del cine, saben perfectamente como tienen que comportarse y cuáles son sus funciones. Iván es más pequeño y quizás un poco más travieso, pero Rubén es un chico excepcional y un actor como la copa de un pino que se lleva la película a cuestas y canaliza toda la emoción de la historia", afirma.

El actor habla con pasión de su personaje, que le ha servido para rendir un tributo muy especial. "Me encantó desde un primer momento. Es un hombre que sale huyendo del barrio con intención de comerse el mundo y se comió una esquina, tiene que volver con el rabo entre las piernas y dos niños", describe. "Me gustó mucho reflejar una realidad de una generación de nuestros padres, que crecieron en una época complicada, con más miseria y más falta de cosas, que querían lo mejor para sus hijos, arrastrados por una forma de hacer las cosas como tenía que ser así y tus sueños y tus expectativas quedaban en un segundo plano. La familia tenía un peso fuerte. Para María (León) y para mí ha sido muy bonito interpretar a dos personas de esta generación y lo tomamos como un homenaje al esfuerzo y a la lucha de nuestros padres", apostilla.

Todo esto ha derivado en una película que Morante considera "única" en la que se "se mezclan las influencias del cine de los ochenta, como ET, Regreso al futuro o Cuenta conmigo" que le marcaron mucho en su infancia y adolescencia, "con una historia de realismo social de nuestra zona". 

Salva Reina está de acuerdo y señala al director como responsable. "Es una película muy bonita, entrañable, que va a gustar a todo el público y en la que Alexis demuestra todo el potencial que tiene. Creo que va a seguir creciendo hasta convertirse, si no lo es ya, en uno de los grandes cineastas de este país", asevera.

"Yo lo conocía del cortometraje y había visto sus documentales, fundamentalmente sobre música. La primera impresión que me causó es la que mantengo hasta ahora. Es un tipo afable, muy normal, cercano, fácil de tratar, para nada pierde los nervios y siempre intenta estar a favor de obra, intentando que haya buena relación en el equipo, armonía entre los actores para que todos remen hacia el mismo sitio. En este rodaje, con tanto niño, ha sido fundamental ese talante. Se ha convertido casi en su monitor, jugando con ellos y haciendo que se convirtieran en una auténtica pandilla. El trabajo con él siempre es muy gratificante porque además sabe crear esa energía positiva, que te lleva a tratar bien a la historia y a los personajes", argumenta.

"En la peli son una pandilla de amigos y lo han hecho de verdad. Eso se transmite, se traspasa a la pantalla para que el espectador viva esta aventura sobre hacerse mayor", añade.

Morante, después muchos documentales, videoclips, anuncios publicitarios, afrontó su primer largo de ficción en plena pandemia. "Hacer una película es un milagro siempre por muchos factores. Tienen que juntarse mucha gente loca que van a por algo imposible, y más cuando es tan complicada como esta. Yo he encontrado ese tipo de personas, empezando por los productores, que me han apoyado hasta conseguirlo. Con la pandemia fue más difícil todavía, pero cuando tienes gente detrás que confía y va a por todas sale adelante. Tuvimos que rodar con mascarillas y haciéndonos test cada dos días, pero ha merecido la pena porque había rodarla en ese momento".

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