El túnel que unirá Europa y África: el sueño de cruzar en tren el Estrecho de Gibraltar bajo el mar, con estación en Vejer
El Colegio de Ingenieros de Caminos Madrid analiza la viabilidad del enlace fijo entre España y Marruecos, un proyecto que prevé unir ambos continentes en 30 minutos a través de dos túneles ferroviarios submarinos
Transportes destina 1,6 millones a un nuevo estudio del túnel bajo el Estrecho que convertiría a Algeciras o Tarifa en puerta de entrada a Marruecos
El viejo sueño de unir Europa y África bajo las aguas del Estrecho de Gibraltar vuelve a cobrar fuerza. El pasado lunes, 20 de octubre, la Demarcación de Madrid del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos celebró una jornada técnica dedicada al futuro enlace fijo entre España y Marruecos, una obra que aspira a convertirse en el túnel submarino más ambicioso de Europa.
Bajo el título Túnel para el enlace fijo Europa–África. Estrecho de Gibraltar, el encuentro —organizado por el Grupo de Trabajo de Ingeniería del Futuro— reunió a expertos de ambos países para analizar los últimos estudios de viabilidad, los desafíos geotécnicos y las soluciones técnicas del proyecto.
La decana de Caminos Madrid, Lola Esteban, inauguró la sesión subrayando la importancia de reflexionar sobre “los grandes proyectos de ingeniería que marcarán el futuro de la profesión”.
Entre los ponentes participaron José Luis Goberna Caride y Federico C. Fernández Alonso, presidente y secretario general de Secegsa (Sociedad Española de Estudios para la Comunicación Fija a Través del Estrecho de Gibraltar); Hanane Bounjoum, de la Sociedad Nacional Marroquí para el Estudio del Estrecho (SNED); y Iago Barreiro Tacón, responsable del Área de Ingeniería de Secegsa.
Un túnel bajo 475 metros de agua, desde Vejer
Todos coincidieron en que el proyecto es "técnicamente viable". El diseño contempla la construcción de dos túneles ferroviarios de vía única, dedicados al transporte de pasajeros y mercancías, junto a una galería de servicio y seguridad.
Uno de los principales retos, advirtieron, es el desconocimiento del terreno a nivel geológico y geotécnico, lo que obligará a ejecutar una galería submarina de reconocimiento que podría tardar entre seis y ocho años en completarse.
El trazado alcanzaría una profundidad máxima de 475 metros y permitiría recorrer los 14 kilómetros que separan Tarifa y Tánger en apenas 30 minutos. Además, el nuevo plan prevé reubicar la terminal ferroviaria en Vejer de la Frontera, un enclave estratégico dentro del futuro corredor euromediterráneo.
Un proyecto relanzado en 2023
Tras el relanzamiento del proyecto en 2023, actualmente se desarrollan los estudios de prefactibilidad, con una duración prevista de tres años. Su objetivo: actualizar los análisis técnicos, ambientales y económicos de una infraestructura llamada a cambiar la movilidad entre ambos continentes.
El Estrecho de Gibraltar, segundo paso marítimo con más tráfico del mundo, representa un desafío de ingeniería sin precedentes, pero también una oportunidad histórica para fortalecer la conexión entre Europa y África.
La idea de unir ambas orillas no es nueva. Desde la Antigüedad, el Estrecho ha sido un punto de separación y de encuentro entre civilizaciones. Para griegos y romanos era el límite del mundo conocido, marcado por las columnas de Hércules, y ya en la Edad Media historiadores árabes soñaban con tender un paso entre continentes.
Hoy, aquel sueño legendario comienza a tomar forma sobre planos y simulaciones. Marruecos ha avanzado con nuevas infraestructuras —como el tren de alta velocidad, los puertos de Tánger Med o las zonas francas industriales—, mientras que el Campo de Gibraltar se perfila como el gran beneficiario español, al integrarse en los corredores ferroviarios europeos que deberán conectarse con África a través del túnel.
Un salto económico y social
La conexión fija entre Europa y África no solo transformaría la movilidad, sino que impulsaría la economía, el empleo y la integración regional. Según los ingenieros de Caminos Madrid, esta infraestructura sería un eslabón esencial de la red de transporte euromediterránea, capaz de generar una “aceleración cuantitativa y cualitativa” de la economía a ambos lados del Estrecho.
En palabras de los organizadores, “el futuro ya está en marcha: se trata de convertir un mito en una obra de ingeniería del siglo XXI”.
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