El Estrecho de Gibraltar sigue siendo un campo de batalla contra el narco un año después de la tragedia de Barbate

La muerte de dos guardias civiles en 2024 sacudió a España, pero las narcolanchas continúan operando con impunidad en la zona

Un reciente incidente en Tarifa confirma que la lucha sigue siendo desigual

La Asociación Unificada de la Guardia Civil reitera "la peligrosidad" que los agentes viven ante el narco y carga contra Marlaska

Concentración frente a la Comandancia de Cádiz por el aniversario de la muerte de dos guardias civiles en Barbate.
Concentración frente a la Comandancia de Cádiz por el aniversario de la muerte de dos guardias civiles en Barbate. / Julio González

Tarifa/El Estrecho de Gibraltar sigue siendo un escenario de guerra contra el narcotráfico. Un año después de la muerte de dos guardias civiles embestidos por una narcolancha en el puerto de Barbate, la lucha contra las redes del hachís y la cocaína en el sur de España sigue marcada por la falta de medios, la impunidad de las mafias y el alto riesgo para las fuerzas de seguridad. La reciente muerte de un presunto narco en aguas de Tarifa, en plena persecución, vuelve a poner en evidencia la crudeza de este conflicto.

La tragedia de Barbate

La noche del 9 de febrero de 2024, seis narcolanchas habían quedado atrapadas por el temporal en el puerto de Barbate. Su presencia, a plena luz del día y sin oposición, simbolizaba una preocupante sensación de impunidad. Aquella misma jornada, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había presentado en Algeciras el balance del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar, un programa que definía como "un éxito" en la lucha contra el narco.

Poco después, los mandos de la Comandancia de Cádiz ordenaron un operativo para interceptar a los tripulantes de estas embarcaciones. Las patrulleras de mayor potencia no pudieron llegar por las condiciones meteorológicas, así que se envió por carretera a Barbate una zódiac del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. Los seis agentes a bordo pronto se vieron rodeados por las narcolanchas. En apenas tres minutos, sufrieron siete embestidas. "¡Dios, dios! Van a por nosotros. ¡Disparad al aire!", fueron las últimas palabras que se escucharon en la comunicación antes del impacto mortal. Miguel Ángel González y David Pérez Carracedo murieron en el acto.

Los detenidos inicialmente resultaron no ser los autores del atropello. La investigación posterior permitió identificar al marroquí Karim El Baqqali como el piloto que causó la muerte de los agentes. Huyó a Marruecos, pero se entregó en septiembre. Junto a él, sus compinches Yassine E.M. y Mohamed L.M. también fueron detenidos y permanecen en prisión. Sin embargo, la justicia aún debate si calificar los hechos como asesinatos o como homicidios imprudentes.

Al mismo tiempo, el procedimiento judicial contra los mandos responsables del operativo ha sido archivado, lo que ha generado indignación entre las asociaciones de guardias civiles y la familia de las víctimas. "Yo quiero justicia para mi hijo, para los que lo ejecutaron, pero también para los que lo mandaron a la muerte", clama Paqui Gómez, madre de Miguel Ángel.

Paqui Gómez, madre de uno de los agentes fallecidos en Barbate.
Paqui Gómez, madre de uno de los agentes fallecidos en Barbate. / Julio González

Un nuevo incidente en Tarifa reaviva la alerta

En la víspera del aniversario de Barbate, el 7 de febrero, una patrullera de la Guardia Civil localizó este viernes una embarcación recreativa sospechosa a diez millas de Tarifa. En plena persecución, uno de los ocupantes comenzó a lanzar fardos de hachís al mar. El piloto, al intentar huir, realizó una maniobra brusca y colisionó con la patrullera. El acompañante falleció y el conductor resultó herido. Ambos eran vecinos de Barbate. Los agentes salieron ilesos.

Desde 2018, el Ministerio del Interior ha reforzado la seguridad con un incremento del 11,8 % en las plantillas, una inversión de 61 millones de euros en material y la incautación de 2.000 toneladas de droga en 34.000 operaciones. Sin embargo, el narcotráfico no ha desaparecido: simplemente se ha desplazado. Las redes han ampliado sus rutas a Huelva, Almería y el río Guadalquivir, donde ahora también introducen cocaína.

"Si antes ya era difícil luchar contra el hachís, ahora la situación puede ser incluso peor", alerta Francisco Mena, presidente de la Coordinadora Antidroga del Campo de Gibraltar. "La cocaína mueve mucho más dinero y los narcos harán lo imposible por proteger sus cargamentos".

El Estrecho sigue siendo una línea de combate. Un año después de Barbate, la historia se repite.

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