Tractorada de los agricultores

Pedro Navarro: "Estábamos defendiendo nuestro futuro, no paseando a los Reyes Magos"

Pedro Navarro, promotor de la tractorada del Valle del Guadiaro, en su finca de Jimena.

Pedro Navarro, promotor de la tractorada del Valle del Guadiaro, en su finca de Jimena. / Erasmo Fenoy

Hace ya bastante tiempo que las cuentas no salen en el campo. Los altos costes de la electricidad y el gasóleo, los precios a la baja que pagan los intermediarios y la fuerte competencia de Marruecos mantienen en una situación límite a buena parte del sector agrícola español. La crisis se ceba especialmente con los pequeños productores, con un margen de maniobra todavía más bajo.

"El campo es un trabajo muy sacrificado. Sufrimos una invasión de productos de Marruecos mientras soportamos unos costes de producción muy altos y muchos impuestos. Ya hay quien prefiere dejar las naranjas en los árboles porque no es rentable recogerlas", asegura Pedro Navarro, un joven agricultor de 26 años que se puso el pasado martes al frente de la tractorada de protesta en el Campo de Gibraltar.

Movilizados a través de las redes sociales, los agricultores de todo el país salieron en caravana a las carreteras para clamar por el abandono del campo, el exceso de burocracia y la falta de agua por la sequía. Tres días después, centenares de vehículos agrícolas aún permanecen bloqueando vías de comunicación en prácticamente todas las regiones.

Navarro es hijo y nieto de agricultores. Junto con su padre Javier, lleva desde los 16 trabajando en Jimena de la Frontera en la explotación ecológica familiar de unas 25 hectáreas de regadío -entre terrenos propios y arrendados- en la fértil ribera del río Guadiaro que forma parte de la Cooperativa Campo Guadiaro. En la finca brota la alfalfa, maíz, aguacates y naranjas. También explotan unos terrenos de secano situados en San Roque.

El joven agricultor subraya la fuerte inversión en maquinaria que requiere esta actividad junto con unos costes que se han disparado frente a los precios bajísimos a los que se paga la producción en origen. El gasóleo B (agrícola) se despacha en La Estación de Jimena, la gasolinera más cercana, a 1,30 euros el litro mientras que el tractor Massey Ferguson (valorado en 150.000 euros) consume unos 200 litros por jornada de trabajo, a razón de 17 litros cada hora. "Y este mes nos ha llegado una factura de 7.000 euros de agua, con una estimación, cuando apenas hemos regado. No sé qué nos va a venir en verano", lamenta, haciendo suyo el sentir de todo el sector. 

Pedro Navarro, junto a su tractor en Jimena. Pedro Navarro, junto a su tractor en Jimena.

Pedro Navarro, junto a su tractor en Jimena. / Erasmo Fenoy

Las naranjas apenas se pagan a céntimos el kilo. El aguacate resulta más rentable, pero también requiere más cuidados y atención. "Para nosotros, el principal problema es la llegada de productos de Marruecos, donde el precio de la mano de obra está por los suelos. La gente en los mercados solo mira el precio, no la calidad o el origen.

Somos familias trabajadoras, hacemos un gran esfuerzo en inversiones y no sacamos mucho más que un sueldo. No nos salen los números", reitera el portavoz del colectivo.

Denunciados por la Guardia Civil

Pedro Navarro trató de canalizar el malestar latente de los pequeños y medianos agricultores del Valle del Guadiaro para sumarse a las tractoradas que se estaban organizando a través de las redes sociales. Lanzó la convocatoria el lunes por la noche con un WhatsApp a 170 compañeros y logró que a la mañana siguiente una veintena se echara a la carretera desde Jimena con el objetivo de llegar al Puerto de Algeciras, el canal de entrada de cientos de camiones con productos hortofrutícolas del vecino país norteafricano. Pero no lo lograron. "La Guardia Civil nos puso toda clase de pegas", critica.

La tractorada partió desde Jimena hacia la venta Los Timbales, en la Estación de San Roque. Desde allí, la comitiva salió a la A-7 unos tres kilómetros hasta Los Cortijillos. En su ruta, tuvieron que bordear Los Barrios por la Carretera Vieja hasta entrar en Algeciras por La Granja. La marcha acabó en San José Artesano, cuando el colectivo tuvo que darse la vuelta entre la impotencia y la resignación.

"Estábamos defendiendo nuestro futuro, no paseando a los Reyes Magos. Solo el hecho de ponernos en la carretera ya suponía perder un día de trabajo y un buen gasto en combustible. Finalmente, nos han denunciado a todos. Nos tomaron fotos de la matrícula por obstaculizar la autovía", relata el agricultor.

La tractorada de agricultores del Valle del Guadiaro, en la A-7 el pasado martes. La tractorada de agricultores del Valle del Guadiaro, en la A-7 el pasado martes.

La tractorada de agricultores del Valle del Guadiaro, en la A-7 el pasado martes. / Erasmo Fenoy (Los Barrios)

Navarro insiste en que la Subdelegación del Gobierno en Cádiz no les contestó a la solicitud de permiso para la tractorada, por lo que entienden que estaba amparada por el "silencio administrativo positivo". Pese a lo agridulce de la experiencia, mientras que los compañeros de otros puntos de Andalucía y el país siguen en las carreteras, el colectivo agrícola del Campo de Gibraltar baraja movilizarse de nuevo; aún sin una fecha definida.  

Las protestas carecen del apoyo de las principales organizaciones agrarias, algo que tampoco entiende el joven. "Deberíamos tener más apoyo en estos momentos. Hacer fuerza", demanda. Asaja y otros colectivos agrarios han convocado movilizaciones para el próximo 21 de marzo que, en el Campo de Gibraltar, volverán a tener el Puerto de Algeciras como objetivo.

Una explotación agrícola en Jimena. Al fondo, La Estación de Jimena. Una explotación agrícola en Jimena. Al fondo, La Estación de Jimena.

Una explotación agrícola en Jimena. Al fondo, La Estación de Jimena. / Erasmo Fenoy

Navarro mira hacia las matas de aguacate, recolectadas recientemente en su primer año de plantación. Este invierno, las suaves temperaturas han mantenido el cultivo sin apenas sobresaltos por las heladas. Aunque no tiene hijos, le gustaría que la saga familiar de los Navarro tuviera continuidad. "Me gustaría que mi hijo se dedicara al campo. Pero el futuro está complicado", concluye. 

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