QuirónSalud Campo de Gibraltar

Superar el coronavirus: un relato desde la experiencia de un hospital

  • La enfermedad ha supuesto un reto organizativo y de entrega del personal sanitario

  • Manuel Carrillo, director gerente de QuirónSalud Campo de Gibraltar, resalta la importancia de mantener las medidas para evitar un repunte

  • "Todo depende ahora mismo de lo responsables que seamos", resume

Un paciente es atendido en la zona de cirugía del hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar.

Un paciente es atendido en la zona de cirugía del hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar. / Nacho Marín

Trabajo, esfuerzo, entrega, dolor y esperanza son algunos de los sentimientos que se agolpan estas semanas en cualquier centro sanitario. El coronavirus, visto desde dentro de un hospital, ha supuesto todo un reto organizativo y una prueba a la capacidad de reacción del personal asistencial con la misión de siempre: curar y salvar vidas. Pero esta vez, frente a una enfermedad nueva y con numerosos matices que aún se escapan a la ciencia.

Manuel Carrillo es el director gerente del Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar, uno de los tres centros hospitalarios de la comarca en los que se ha atendido a pacientes con la covid-19 y que ha accedido a abrir sus puertas a Europa Sur. Para los gestores sanitarios, la declaración de la pandemia supuso una preparación ante una patología de la que ya había llegado información desde China.

“Afrontamos el momento con vigilancia y cierta preocupación. Ya sabíamos lo que había pasado en China y lo que estaba comenzando a ocurrir en Italia. Nosotros esperábamos que de un momento a otro llegara a España. En el Campo de Gibraltar hemos podido ir aprendiendo de lo que sucedía en China, en Italia, en Madrid o en Málaga. El virus llegaba como una onda expansiva, pero lo cierto es que aquí lo ha hecho con menos fuerza que en otros territorios”, detalla Carrillo.

La experiencia de otras comunidades permitió preparar el centro hospitalario y a su personal, con cuantiosa formación e información. “Para que cuando llegase el momento, todos estuviésemos preparados”, resume Carrillo. “La pandemia ha llegado a Cádiz con bastante menos fuerza y lo hemos podido llevar en el hospital con relativa serenidad”, enfatiza Carrillo.

Un sanitario se equipa con todos los medios de protección en el Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar. Un sanitario se equipa con todos los medios de protección en el Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar.

Un sanitario se equipa con todos los medios de protección en el Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar. / Nacho Marín

El Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar suma aproximadamente 190 profesionales en plantilla más un centenar de colaboradores. “La plantilla ha estado al cien por cien. Todo el mundo ha estado dispuesto por si hacía falta. La actividad hospitalaria prácticamente desapareció. En nuestro caso, ha sido prácticamente del 20% dado que la Consejería de Salud decidió y obligó a desprogramar la actividad no urgente y no oncológica. Para atender la covid-19, todas las áreas del hospital han intervenido y varias han estado en primera línea: urgencias, la UCI, medicina interna y neumología”, resalta el director del centro.

El centro mantiene desdoblada el área de Cuidados Intensivos. “Tenemos un circuito para pacientes covid y otro para pacientes sin la enfermedad. Preparamos también una planta, con un ala entera, para los pacientes con covid y separada del resto”, explica Carrillo. El director de QuirónSalud destaca que durante toda la crisis han tenido suministros regulares de medios de protección.

Entre los tres hospitales del Campo de Gibraltar, de las casi 300 personas a las que se les ha detectado la enfermedad, un centenar ha requerido de asistencia hospitalaria. Y, de ellos, aproximadamente un 20% han tenido que ser ingresadas en las UCI. Tras nueve semanas de estado de alarma, el Área Sanitaria de la comarca lleva días sin pacientes ingresados bajo cuidados intensivos.

El hospital de Palmones atendió su primer caso de hospitalización con la covid-19 el 24 de marzo, diez días después de declararse el estado de alarma. “Lo que refleja que a la provincia la enfermedad llegó más tarde”, apunta el director. El último alta se produjo el 29 de abril. “Llevamos más de dos semanas sin pacientes con covid. Los que han llegado desde entonces con sospechas han dado negativo. No bajamos la guardia. El coronavirus convive con nosotros y va a convivir bastantes meses, por lo que mantenemos las mismas precauciones y el dispositivo”, relata Carrillo.

Una enfermera atiende a una paciente. Una enfermera atiende a una paciente.

Una enfermera atiende a una paciente. / Nacho Marín

El periodo medio de hospitalización de los pacientes con la enfermedad ha sido de unas dos semanas. Y de los ingresos, en torno a un 15% han tenido que pasar por cuidados intensivos. “Se trata de una enfermedad con un periodo de incubación de entre cinco y seis días, por lo general. El tiempo desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación suele ser de 14 días en los casos leves y entre tres y seis semanas los graves. Los síntomas son: fiebre, tos seca, astenia, expectoración, dolor de garganta, cefalea, escalofríos, nauseas... Un 15% suelen tener un curso clínico grave con infiltrado pulmonar, insuficiencia respiratoria, disnea o baja saturación. Los grupos de riesgo son los mayores de 60, enfermedades cardiovasculares, hipertensos, enfermedades pulmonares crónicas y cancer”, precisa.

Poco a poco, gracias a los esfuerzos, comenzaron a llegar las altas. Un pequeño tiempo para la celebración por la victoria frente al enemigo invisible. “En todas las altas hemos hecho una despedida especial. Hacíamos el típico pasillo por el que el paciente pasa antes de marchar a casa. Han sido momentos muy emotivos. Los pacientes lo han valorado muchísimo. La primera persona que se dio de alta fue el momento más emotivo de todos. Estábamos en un momento en el que todavía no sabíamos cómo iba a evolucionar la situación. Supuso un alivio y una gratificación para todo el personal comprobar que se puede vencer a la enfermedad, que podemos con ella con cuidados y atención médica. Fue un espaldarazo para todo el personal”, reconoce el director.

Carrillo insiste en que el personal del hospital permanece volcado en atender la emergencia sanitaria. “El equipo humano ha sido de lo mejor que tenemos. Todo el mundo se ha volcado y estado dispuesto, en primera línea. Estoy orgulloso de ellos”, valora.

Seroprevalencia y desescalada

En plena desescalada, el reciente estudio nacional de seroprevalencia elaborado por el Gobierno central ha demostrado que apenas un 5% de la población española ha padecido la enfermedad y generado anticuerpos. Muy lejos del umbral que requeriría la generación de la idealizada inmunidad de grupo y, por descontado, con un precio en vidas demasiado alto. En el caso de Cádiz, la estadística apunta a un 1,7% de población afectada, incluso algo más bajo en el Campo de Gibraltar.

“El porcentaje de afectación de la población tiene una vertiente positiva y otra negativa. Por un lado, parece que la capacidad de contagio no es tan alta como se pensaba pero, por otra, aún puede haber un pico. Hay tantísima gente que no está inmunizada, por lo que hay riesgo de que vuelva a haber una subida”, detalla.

Manuel Carrillo: "Si seguimos siendo responsables y nos mantenemos en los niveles en los que se encuentra, podremos manejar el virus como lo hemos ido haciendo hasta ahora"

Manuel Carrillo, director gerente del Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar, en su despacho. Manuel Carrillo, director gerente del Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar, en su despacho.

Manuel Carrillo, director gerente del Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar, en su despacho. / Nacho Marín

Ni de lejos está la situación ganada. El virus convivirá aún bastante tiempo hasta que pueda darse con la vacuna y con tratamientos eficaces. Tocará compatibilizarlo con la vuelta progresiva a la normalidad, pero sin bajar la guardia para evitar un repunte. “Da la sensación de que la gente se ha relajado mucho. Y es un problema. Todo depende ahora mismo de lo responsables que seamos, de nuestra actitud frente al coronavirus. Si seguimos siendo responsables y nos mantenemos en los niveles en los que se encuentra, podremos manejar el virus como lo hemos ido haciendo hasta ahora. Si actuamos irresponsablemente, podríamos tener un pico y ya hemos visto las consecuencias tan importantes que tendría sobre la economía y la vida de las personas. Este es, sin duda, el momento de ser responsable, de mantener las medidas que ya conocemos: la distancia de seguridad, la higiene de manos y las mascarillas”, insiste Carrillo.

Las tres curvas del coronavirus

Mucho se ha hablado de la curva del coronavirus. La que permite trazar la evolución de los casos y la capacidad de respuesta del sistema sanitario. Tiende a la baja, pero no se puede cantar victoria. “El sistema hospitalario español tiene la capacidad que tiene. Y ante un repunte hay riesgo de colapso. Aunque ya estamos más preparados que hace dos meses, cuando vino la primera ola. Pero si viniera un repunte fuerte, podría poner al sistema sanitario en tensión”, alerta el gestor.

Hay dos curvas más. La económica, en la que se refleja el destrozo generado por la inactividad, el desempleo y el cierre de empresas, y otra más, la que recoge los efectos sanitarios sobre otras enfermedades que quedaron en segundo plano y cuyos efectos saldrán a relucir con el tiempo.

Una consulta, bajo medidas de distanciamiento social. Una consulta, bajo medidas de distanciamiento social.

Una consulta, bajo medidas de distanciamiento social. / Nacho Marín

“Hay que tener siempre en cuenta el coste de salud que tiene haber parado la sanidad en Andalucía. Al final puede tener unos efectos sobre la salud de las personas que puede ser muy importante. Reactivar la sanidad es importante. Si no, el agravamiento de muchas patologías puede ser importante”, apunta Carrillo.

Sobre la económica, Manuel Carrillo insiste en los graves perjuicios que generaría una segunda oleada del virus si, como apuntan los expertos, hubiera una nueva propagación en otoño. “Ya lo hemos visto. Ya hemos visto cómo una epidemia puede afectar tan duramente a una economía. Si volviese a surgir, si hubiese un repunte, generaría aún más daños. La crisis que se nos viene va a ser muy dura. Todavía no la estamos percibiendo porque estamos en mitad del proceso, pero dentro de unos meses será palpable. Es un doble motivo por el que debemos tener especial atención y responsabilidad. Es una crisis sanitaria y otra económica”, recalca.

Rumbo a la nueva normalidad

El Hospital QuirónSalud Campo de Gibraltar lleva semanas sin casos de enfermos por la covid-19 ingresados y ha restablecido la actividad asistencial. Sin embargo, sigue habiendo miedo a ir al médico, aunque acudir a un centro sanitario a día de hoy es más que seguro.

Marca de seguridad en el suelo del centro. Marca de seguridad en el suelo del centro.

Marca de seguridad en el suelo del centro. / Nacho Marín

“Ha habido una desescalada coordinada. No todo el mundo quiere venir. Sigue habiendo cancelaciones de cirugías programadas, resonancias y otras pruebas. Es normal. Debemos mandar un mensaje de tranquilidad. En los hospitales seguimos a rajatabla todos los protocolos para que la gente pueda venir en condiciones de total seguridad”, remacha el director de QuirónSalud Campo de Gibraltar.

Todo el personal del centro ha sido analizado, los circuitos diferenciados se mantienen y las medidas siguen en vigor. “Tenemos que asegurar la seguridad del paciente y de nuestro personal. Toda persona que acude a una cirugía, por ejemplo, es sometida a los test y debe ser negativo”, concluye Carrillo.

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