Un promotor de viviendas en Algeciras y Sotogrande se libera de más de cinco millones de euros en deudas gracias a la Ley de Segunda Oportunidad

Un juez de Sevilla ha concedido la exoneración de más de cinco millones de euros en deudas personales a un empresario andaluz de 70 años con estrechos lazos en el Campo de Gibraltar. La resolución se ha producido en el marco de la Ley de Segunda Oportunidad, una herramienta jurídica que permite a personas físicas cancelar sus deudas y comenzar de nuevo.

El promotor, cuya identidad preserva su bufete de abogados y comparte por ello sus iniciales (J.L.F.), había desarrollado una notable actividad inmobiliaria en la zona, especialmente en Algeciras y Sotogrande, donde fue promotor de proyectos residenciales emblemáticos como los apartamentos de La Marina. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 truncó su trayectoria profesional y personal, llevando a su empresa a concurso en 2009 y comprometiendo también su patrimonio familiar, ya que había avalado con sus bienes personales.

El procedimiento ha sido liderado por el bufete Necker Abogados, dirigido por Teresa Budiño Benítez y Guadalupe Pérez de Vargas Giner, ambas algecireñas. Desde su nueva sede en Palmones, este despacho ha logrado la exoneración de más de 30 millones de euros a través de la Ley de Segunda Oportunidad, tramitando actualmente cerca de 400 expedientes en todo el país.

Las letradas subrayan el componente humano de estos procesos. “Es una labor jurídica compleja, pero sobre todo profundamente emocional. Muchas veces, nuestros clientes tienen que pedir permiso judicial hasta para comprar un abrigo”, explican. Para Budiño, el caso tuvo además un valor personal, ya que el empresario había trabajado con su padre. “Sentí que no era un expediente más. Había un vínculo emocional que lo hacía especial. Haber conseguido este resultado para él y su familia ha sido una satisfacción muy profunda a nivel profesional y personal”, explica la abogada.

El propio J.L.F. expresó su gratitud al equipo legal, destacando su profesionalidad y cercanía. “Gracias a la Segunda Oportunidad puedo volver a emprender, recuperar la ilusión, generar empleo y demostrar a mis hijos que fui un empresario que luchó hasta el final. No quiero que recuerden un fracaso, sino una lección de vida", concluye el empresario.