La primera estocada a la Ruta del Toro

Aquellos siete primeros kilómetros de autovía supieron a gloria en la Villa. La variante de Los Barrios sacó a los camiones de gran tonelaje del casco urbano de la localidad, dio pie a una profunda remodelación de la antigua travesía de la comarcal 440 y supuso el principio del fin de la Ruta del Toro. La circunvalación barreña fue el primero de los ocho tramos de la A-381 en ver la luz, en 1997, hace 15 años. Hoy, la autovía que une Jerez con la Villa (87,8 kilómetros) es la principal vía de comunicación entre las dos bahías gaditanas, con más de 15.000 vehículos al día.

No fue fácil que el centro de Los Barrios dejara de ser paso obligado para camiones de mercancías y conductores a los que nada se les había perdido en el municipio. A mediados de los 90 el tráfico por el centro de la localidad provocaba molestias, ruidos y vibraciones. No fue fácil porque entre el 11 de marzo de 1994 y el 29 de enero de 1997, fechas de la firma del contrato de obras y de entrada en servicio, numerosas modificaciones provocaron retrasos en la ejecución del proyecto. La empresa Laín, encargada de la construcción del tramo, entregó la obra con un coste final de 27.942.760 euros (4.649.284.127 pesetas).

Laín empleó 13.754 metros cúbicos de hormigón, 762.032 kilogramos de acero, 305.205 kilos de acero galvanizado y un equivalente a 3.425 metros lineales de pilotes y otros 3.572 metros de vigas. Unas cifras de vértigo para construir una carretera de doble plataforma, con dos calzadas por carril y mediana de ocho metros, que comenzaba (o acababa) en las inmediaciones de la venta El Frenazo y venía a unirse mediante una conexión en diamante con la autovía a Algeciras. 7.365 metros, exactamente. La ilusión pasajera de que Jerez estaba más cerca, pero sólo un poquito.

Tras unas obras que en Los Barrios eran seguidas con impaciencia, la carretera fue estrenada a principios de aquel 1997. Estaba previsto que la autovía entrara en servicio en el verano de 1996, pero la enésima modificación y las lluvias de aquel invierno (con fuertes riadas) supusieron la puntilla a un rosario de retrasos. Finalmente, aquella mañana de enero las autoridades de la Junta de Andalucía encabezadas por el entonces presidente Manuel Chaves cortaron la cinta en compañía del alcalde barreño Alonso Rojas.

La apertura de la circunvalación también permitió imprimir un cambio radical en la imagen del municipio. El mismo día de la entrega de la obra el Ayuntamiento y la Junta firmaron un convenio por el que la entidad local se hizo cargo de la gestión de la hasta entonces travesía de la C-440. Dicho convenio también supuso el compromiso para la reforma del tramo urbano, cuyas obras fueron pagadas en un 70% por la Junta con una estimación inicial de unos 4 millones de euros (682 millones de pesetas, según el acuerdo). Con ellas apareció el actual panorama de rotondas, medianas de ladrillo visto y desaparecieron tanto las vaguadas de los márgenes de la carretera como el semáforo junto al Paseo de la Constitución.

Dentro de ese paquete de inversiones también se construyó el acceso central al casco urbano, el ramal más utilizado actualmente y que permite llegar a Los Barrios entrando por la avenida Carlos Cano, junto al recinto ferial. La obra estuvo culminada casi en el cambio de década. Hasta ese momento, para salir de Los Barrios hacia la flamante autovía había que dar un rodeo que supuso una incomodidad transitoria.

Y ya en 2006 la variante quedó coronada con la construcción del nudo de enlace con la A-7. Una conexión a través de pasarelas en lugar de la vetusta unión en diamante en el que la transición de una autovía a otra apenas es perceptible. Muy atrás quedan ya los sinuosos viajes por la Ruta del Toro.