30 años del IECG

Una aproximación al panorama turístico en el Campo de Gibraltar durante el periodo de entreguerras 1918-1939 (II)

El Hotel Sevilla, en el margen del río de la Miel de Algeciras.

El Hotel Sevilla, en el margen del río de la Miel de Algeciras.

La pujanza del turismo internacional

Una vez acabada la I Guerra Mundial y superados los lógicos temores de la Gran Pandemia de Gripe (1918-1919), que dio la vuelta al mundo y que en el Campo de Gibraltar tuvo una notable incidencia, entramos en los famosos años veinte. Era el momento del dólar; “su majestad el dólar” se había convertido en la divisa de referencia, en la llave maestra.

Con todo, en los principios de los años veinte la situación en España estaba bastante complicada. No fue, sin embargo, hasta la dictadura de Primo de Rivera de septiembre de 1923 cuando España empezó a verse con más simpatía en los países occidentales al entrar en una asombrosa paz social, acompañada por numerosas obras modernizadoras. El golpe de Estado que fundó el Régimen, por otro lado, tampoco fue mal visto en la comarca.

Entonces España se puso de moda. La imagen de España se plasmaba en torno de la noción “de tratarse de un país más bien africano, con tres espectáculos sin par, vistosos y con solera. A saber, 'Bull fights, processions and cuadro flamenco’, entreverado de bronco tipismo, sazonado con unas gotas musulmanistas y filocalés”. Aunque llegó la prohibición del juego: “el general Primo de Rivera decretó el 1 de noviembre de 1924 la prohibición de los juegos de azar. Un rien ne va plus visto en general con beneplácito sumo. […] Sin otra incidencia inmediata en el turismo que cerrarle al Hotel María Cristina de Algeciras el negocio de su Kursaal”.

Pero no solamente esta prohibición afectó al Kursaal de Algeciras, también el Hotel Príncipe Alfonso sufrió las consecuencias. Desde entonces “fue cada día a menos hasta su desaparición total en los años 30”.

A pesar de todo, y salvo esta piedra en el negocio turístico, la vida continuaba. En 1922 la empresa Autobuses Portillo inaugura la línea Málaga-La Línea. Ese mismo año Cruz Herrera realiza su primer cartel para las fiestas de la Velada de La Línea. Por su parte, Autobuses La Valenciana ya comenzó a realizar los servicios entre Sevilla-Jerez-Algeciras. Así mismo, en Algeciras se traslada la línea de ferrocarril desde la margen derecha del río hasta la banda izquierda, para que los trenes pudieran acceder al muelle de la Galera y a la futura Estación marítima; entonces el muelle de madera dejó de tener utilidad, por lo que en noviembre de 1927 la Compañía de Vapores La Punta de Europa trasladó la zona de atraque de sus tres vapores Margarita, Elvira y Aline al nuevo muelle. Y aprovechando esta nueva disposición de la línea férrea, en 1925 se inaugura el Hotel Sevilla en la avenida Segismundo Moret, en el margen izquierdo del río de la Miel.

Las grandes exposiciones de 1929 y el Patronato Nacional de Turismo

También en el aspecto turístico estaban cambiando las cosas en el país. El 25 de abril de 1928 se crea el Patronato Nacional de Turismo, que venía a sustituir a la Comisaría Regia de Turismo (1911-1928). Si observamos la fecha de la creación del Patronato, vemos que están muy cercanas las exposiciones internacionales de Sevilla y Barcelona. De hecho, el mismo preámbulo del Real Decreto de 25 de abril explicita la necesidad de potenciar el turismo a través del nuevo organismo, con el fin de aprovechar, de forma inmediata, el reclamo internacional que suponen las exposiciones de aquel año. Por lo tanto, el Patronato Nacional de Turismo se convierte en la plataforma ideal para la promoción turística de España. Pero también, con el PNT, aspiraba el Gobierno a asegurar el enlace entre los diferentes elementos que componían el denso entramado turístico; o lo que es lo mismo, constituyó el primer intento serio de gestión turística, con un presupuesto específico y, por eso, al Patronato se le considera el primer gran pilar del turismo moderno español.

En cuanto a su organización, el Patronato dependía de la Presidencia del Consejo de Ministros y estaba regido por un Comité directivo y ejecutivo, con residencia en Madrid y constituido por diez miembros: un presidente, tres vicepresidentes delegados generales, que tenían a sus respectivos cargos las Delegaciones de Viajes, de Arte y de Propaganda, seis subdelegados regionales y un secretario general. Territorialmente estaba dividido en seis regiones: Región Central, con sede en Madrid; Cantábrica, en Santander; Cataluña, Aragón y Baleares, en Barcelona; de Levante, en Valencia; de Andalucía, Canarias y Protectorado español en Marruecos, en Sevilla; y Occidental, en Salamanca. Por otro lado, anejo al Patronato existía el Consejo General de Turismo, con misión de enjuiciamiento, análisis y crítica respecto a la actuación de aquél.

Barcos de pasajeros en el Puerto de Algeciras. Barcos de pasajeros en el Puerto de Algeciras.

Barcos de pasajeros en el Puerto de Algeciras.

Uno de los principales objetivos del Patronato, además de ofrecer la monumentalidad, el exotismo, las bellezas paisajísticas o las bondades del clima, era mostrar una imagen moderna de España que se había configurado durante estos últimos años, a través del desarrollo industrial, del crecimiento de las ciudades y de la construcción de numerosas infraestructuras, entre las que van a destacar, en lo tocante a la cuestión turística, los albergues, las hospederías y las carreteras.

Para poder anunciar al mundo toda esta oferta turística, en aquellos momentos, la tarjeta postal, el folleto, el cartel, los libros y el emergente documental cinematográfico fueron, sobre todo, los medios indiscutibles de propaganda; por lo tanto, el Patronato se volcó en la edición y difusión de estos medios.

Y para informar y ayudar a los turistas, el Patronato abrió una red de oficinas por todo el país. En la provincia de Cádiz, instaló una oficina en el Muelle Reina Victoria de la capital y otra en el puerto de Algeciras.

Con respecto a la caseta del Patronato Nacional de Turismo, en la sesión ordinaria del 29 de abril de 1929 se autorizó la instalación de una caseta del Patronato de Turismo en una parcela de unos 100 metros cuadrados situada en el muelle de la Galera, en un lugar próximo a la Caseta de Aduana. El edificio, de planta cuadrada y amplios ventanales, era de mampostería con cubierta a dos aguas disimulada por un pretil construido sobre cornisa. Según lo recogido en la sesión del día 22 de agosto de aquel año, la Oficina de Información que el Patronato Nacional de Turismo tenía instalada en el puerto empezó a funcionar el día 5 de agosto de 1929.

También el Patronato instaló otro punto de información en el Kursaal. El 25 de octubre de 1929, El Luchador decía cuál era el objetivo de esta oficina: “La Exposición de Arte Industrial Español, organizada por el Patronato Nacional de Turismo, se inaugurará en el mes de Noviembre, y a fin de recabar la asistencia del mayor número de expositores de ésta Región, se invita a todos los artistas y fabricantes de objetos españoles a que envíen sus artículos a la Exposición de Algeciras”.

Exposición en la que insistía la Revista África y América en enero de 1931: “En el antiguo Kursaal cedido por el Ayuntamiento, [el Patronato expondrá] artículos representativos del arte español de cada región”. No obstante, este punto de referencia y exposición no tuvo mucha vigencia, pues en el folleto de Algeciras que edita el Patronato republicano ya no aparece el Kursaal. Como se cita en la propaganda del Patronato, la oficina del puerto de Algeciras contaba con un intérprete: “NOTA: Las poblaciones señaladas con asterisco cuentan en su oficina con servicio gratuito de intérpretes uniformados, que concurrirán a la llegada de trenes, ‘autos’ y vapores de interés turístico”.

Anuncio del Hotel Príncipe Alfonso. Anuncio del Hotel Príncipe Alfonso.

Anuncio del Hotel Príncipe Alfonso.

En efecto, una de las novedades más interesantes del Patronato fue el denominado servicio de información, responsable de la reglamentación del Servicio de Guías, Intérpretes y Correos, “aprobada el 21 de noviembre de 1929, creando los primeros profesionales en el país, aunque existió como precedente, la Real Orden Circular de 17 de marzo de 1909. Desde entonces no se había vuelto a legislar nada. Lo verdaderamente innovador fue que el Patronato organizó la profesión de guía turístico, definiendo las actividades y horarios, así como las tres categorías que lo integraban”.

Además, todos “deberían estar uniformados y debidamente identificados con una insignia redonda de metal y para optar al cargo debían pasar un examen demostrativo. Esta importante novedad hizo que los guías se convirtiesen en personajes habituales en el paisaje del turismo”.

La apertura de las oficinas en el extranjero, por su parte, estaba debidamente justificada: Si se piensa en que hasta hace unos meses España ha estado ausente turísticamente de las grandes capitales extranjeras, resulta incomprensible que haya podido venir a España el escaso turismo de estos últimos años. Sólo el Museo del Prado y las bellezas de Granada difundidas en América por Washington Irving habían creado unas corrientes muy débiles de un turismo tradicional en el que por conexiones directas unos turistas habían atraído a otros.

El río de la Miel, zona hotelera de la Algeciras antigua. El río de la Miel, zona hotelera de la Algeciras antigua.

El río de la Miel, zona hotelera de la Algeciras antigua.

En el extranjero no existía centro alguno donde quien quisiera ir a España pudiera preguntar nada sobre el viaje. Por el contrario, los centros de información general daban siempre informes en contra de nuestro país.

Así pues, se instalaron oficinas en algunas de las principales ciudades europeas y americanas: Munich, Londres, Buenos Aires, Nueva York, París, Roma y Gibraltar, siempre en lugares céntricos y emblemáticos. Con respecto a la oficina de Gibraltar, que estuvo en un principio dirigida por Luciano López Ferrer, el cónsul de España en la colonia se denominaba The Official Spanish Travel Bureau, y estaba situada en Main Street, 63 a 67, la calle más icónica y comercial.

En cuanto a la propaganda, el Patronato publicó en la provincia de Cádiz diversos materiales, como revistas, guías, folletos y un cartel de Cádiz, centrándose, sobre todo, en la capital provincial, además de la construcción del icónico Hotel Atlántico, inaugurado el 3 de noviembre de 1929.

También hubo algunas iniciativas privadas como Guía de Cádiz, 1930 de Salvador Repeto, además de la Guía de la provincia de Cádiz o la Guía de Andalucía, editadas por el Patronato.

Sobre el Campo de Gibraltar, además de la publicidad que aparece en algunos capítulos de las citadas guías y artículos periodísticos, lo más singular y específico fue la publicación de un folleto-cuadernillo, de parecida factura y contenido a los que editó el Patronato de las ciudades más importantes de España.

Para que no figurara el nombre de Campo de Gibraltar, regalándole así propaganda a la competencia, se tituló Algeciras y sus alrededores. Se trata de un folleto-cuadernillo de 16 páginas, unido por una grapa y sin paginar de 16,5 x 12 cm. Editado en color marfil y con tinta de color sepia. En él figuran nueve fotografías de la comarca (ninguna de Gibraltar) y un plano de Algeciras. Se hacen algunas anotaciones geográficas e históricas y aparece el listado de hoteles y fondas de Algeciras: Reina Cristina (que se encontraba en reconstrucción), el citado Anglo-Hispano, Londres, Madrid, Ritz, Sánchez, Marina Victoria, Fonda Española, Hotel América, Hotel Sevillana, Hotel España y Francia, Fonda la Sevillana, Hotel Andaluza, y Fonda Económica. Además, figuraban una serie de indicadores de centros oficiales, garajes públicos y talleres de reparaciones, autos de alquiler, que tenían las paradas en el Puerto y en la calle Castelar, y bancos.

La guía 'Algeciras y sus alrededores'. La guía 'Algeciras y sus alrededores'.

La guía 'Algeciras y sus alrededores'.

Igualmente, el folleto sugiere una serie de excursiones por los alrededores: a Tarifa, al Cobre y las Chorreras, al Pelayo, a San Roque-La Línea-Gibraltar, a Castellar por la Almoraima, a Castellar y Ronda, a Los Guijos, el peñón del Fraile, las playas de Getares y el Rincón. Así mismo, informa el folleto sobre los servicios de los Autos La Valenciana, Automóviles Portillo y El Rápido Algeciras-Sevilla, además de las comunicaciones ferroviarias y marítimas. En este sentido, la Compañía Trasmediterránea ofrecía un servicio a Ceuta, que partía a las 15 horas, y otro a Tánger, que salía a las 14 horas, en las modernas motonaves Primo de Rivera y General Sanjurjo, que habían entrado hacía poco tiempo en servicio, además de los servicios Algeciras-Gibraltar (cinco diarios y cuatro los domingos) en los citados vapores. Igualmente, en el folleto se dedica algunas páginas a los diferentes servicios de las compañías navieras que efectuaban enlaces marítimos con Gibraltar.

Cabe mencionar que, en este folleto, destaca la labor de Otto Wunderlich (1886-1975), un fotógrafo alemán que llegó a España en 1913 y trabajó para diversas empresas, revistas y el Patronato Nacional de Turismo.

Por otro lado, aunque no aparece en el folleto, la empresa Transportes Generales Comes empezó a ofrecer sus servicios, al serle asignada la concesión de la línea exclusiva de transporte de pasajeros y correspondencia sobre la ruta Cádiz- Algeciras-La Línea de la Concepción, otorgada por la Junta Central de Transportes Mecánicos Rodados a Alejandro Ivison Pastor, con fecha de abril de 1927.

Parecía que se estaban viviendo unos momentos realmente de bonanza, que quedó certificada por la visita del rey Alfonso XIII el 5 de octubre de 1927 a Algeciras, cuando iba de camino a Ceuta y al Protectorado, que supuso de nuevo un eco de alegría para ciudad: “el momento fue de impresionante grandiosidad”. ¡La paz había llegado al Protectorado!, inaugurándose la primera estación marítima de Algeciras al año siguiente.

En el otro extremo de la comarca, en 1929 se abría al tráfico el puente de Guadiaro, sustituyendo a la barcaza que retrasaba notablemente el recorrido, por lo que el único tramo que quedaba pendiente de la carretera general de Málaga a Cádiz quedó concluido.

Aprovechando este impulso, en el mes de junio de 1929, la empresa de automóviles Portillo inaugura la línea Málaga-Algeciras, ampliando la que mantenía desde 1922 con la ciudad de La Línea, con el objetivo añadido de enlazar los correos marítimos de Ceuta y Tánger con el de Melilla. Mientras tanto, el Hotel Reina Cristina seguía cumpliendo un magnífico papel acogiendo a ilustres viajeros y a todo tipo de celebraciones, como el homenaje que se le tributó el 2 de julio de 1929 por la noche a los tripulantes del hidroavión que se había estrellado cerca de las Azores y que habían sido recogidos por el portaaviones inglés Eagle, que los trasladó a Gibraltar.

Artículo publicado en el número 53 de Almoraima, Revista de Estudios Campogibraltareños (octubre de 2020).

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