La huelga del transporte desata la "tormenta perfecta" en los supermercados

Problemas de abastecimiento

La protesta de los camioneros ralentiza la cadena de suministro a las tiendas, que notan la escasez de productos frescos

La confederación que integra a Mercadona, El Jamón, Covirán, Saavedra y Ruiz Galán pide al Gobierno "medidas urgentes"

Palés vacíos de frutas y verduras en un supermercado de la comarca esta semana.
Palés vacíos de frutas y verduras en un supermercado de la comarca esta semana. / E.S.

Estanterías y bandejas vacías cada día más pronto. Ese es el panorama que muchos ciudadanos del Campo de Gibraltar se encuentran cuando llegan a su supermercado habitual al cumplirse el quinto día de la huelga indefinida del transporte por carretera, que causa problemas de abastecimiento sobre todo en productos lácteos y en otros como el pescado, la fruta y las verduras. En definitiva, los frescos, que son los que hay que reponer con más asiduidad y que no llegan a las tiendas con la frecuencia que demanda el mercado.

El paro de los camiones se nota en los supermercados de la comarca prácticamente desde el primer día. Sobre todo, al medio día y a última hora. Faltan productos y otros suben de precio. La situación es más insostenible y, si se tiene en cuenta que llega en medio de una pandemia y con una guerra en Europa. Esta "tormenta perfecta" requiere de soluciones inmediatas, según explica Álvaro González Zafra, el director general de la Confederación Andaluza de Empresarios de Alimentación y Perfumería de Andalucía, Ceuta y Melilla (CAEA). En este colectivo se integran, entre otros, Mercadona, El Jamón, Covirán, Saavedra y Ruiz Galán, es decir, la gran mayoría de los establecimientos del Campo de Gibraltar.

"La cadena alimentaría sigue sin fluir y los productos, sin llegar desde los puntos de origen a las plataformas y por tanto no pueden ser después repartidos en las tiendas ni el canal Horeca (el sector industrial que prepara y sirve comidas y bebidas adquiridos previamente)", explica González Zafra, que indica que "el problema se agrava cada día que pasa sin solución". "Se ha instaurado el miedo y los transportistas no quieren salir, aunque no secunden la huelga, ante el temor a la violencia extrema de los huelguistas y a los actos vandálicos que están sufriendo. Palizas a los conductores, apedreamiento de lunas, rotura de los conductos de freno, camiones sacados de la carretera...", continúa.

La situación contrasta con el mercado de abastos de Algeciras, que aguanta la huelga de camioneros y opera prácticamente con normalidad. Solo se nota la falta de algunos productos puntuales. La mayor parte de puestos ha funcionado con normalidad este viernes, quinto día del paro patronal del sector del transporte, aunque algunos llevan días sin poder abrir por falta de género, como algunas pescaderías. En algunas fruterías no se encuentran plátanos, porque se está tirando de productos almacenados en cámaras, y en las carnicerías cuentan con en torno el 80% de los productos habituales.

Un puesto del mercado de Algeciras este viernes
Un puesto del mercado de Algeciras este viernes / Erasmo Fenoy

En muchos establecimientos de la comarca es habitual ver desde hace días las estanterías vacías de aceite de girasol, aunque en este caso no es por la huelga, sino porque este producto ha sufrido una demanda anómala tras salir a la luz pública que Ucrania y Rusia son los dos principales productores del planeta.

A esto se ha sumado en las últimas horas los problemas en los productos lácteos. Las fábricas han visto interrumpido el suministro de los ingredientes necesarios para su elaboración y también el traslado del producto terminado a las cadenas de distribución, por lo que se ha anulado la capacidad de envasado y de almacenamiento y gestión de un alimento que es altamente perecedero y esencial para el consumo diario.

La patronal subraya que la huelga "no justifica en ningún caso la violencia con la que se está actuando" y que "está permitiendo el bloqueo de la cadena de suministro". "No se nos permite hacer nuestro trabajo, garantizar el suministro de productos en este caso básicos de alimentación y primera necesidad a la población", manifiesta.

"El derecho de huelga debe ser en todo caso compatible con el derecho al trabajo y al abastecimiento de la población, que no tiene por qué sufrir las consecuencias de la tormenta perfecta que estamos viviendo", insiste.

CAEA insta al Gobierno a tomar "medidas urgentes para restablecer el orden y el correcto funcionamiento de la cadena de valor", pero también a "buscar soluciones a la espiral inflacionista, provocada fundamentalmente por los incrementos exponenciales de carburante y energía que estamos sufriendo todos los eslabones de la cadena, no sólo el transporte".

El abastecimiento del pescado también se está resintiendo, aunque en este caso influye el precio del combustible, que hace insostenible la actividad de algunos pescadores

"Nosotros estamos sufriendo un incremento de la energía del ochenta por ciento y tenemos que tener las máquinas de refrigeración de nuestros frescos tanto en plataforma como en tienda veinticuatro horas al día conectadas. Por tanto urgen soluciones y soluciones ya; el día veintinueve es tarde", finaliza.

Algunos supermercados están buscando otras vías para abastecerse, como sortear a los piquetes con furgones propios para trasladar toda la mercancía posible desde los camiones.

Azúcar, lentejas o harina son otros de los productos que empiezan a escasear y se teme que en próximos días puedan faltar en supermercados, aunque la mayoría de marcas garantizan que hay género en almacén para los próximos diez días.

El abastecimiento del pescado también se está resintiendo, aunque en este caso de nuevo influye el aumento del precio del combustible, que hace insostenible la actividad de algunos pescadores. "El precio del gasoil hace inviable salir a faenar, sobre todo, al segmento de flota de arrastre y de cerco, que son los que utilizan en su jornada diaria más combustible, por lo que se le hace irrentable las pescas", subraya la presidenta de la Federación de Cofradías de Pescadores de la provincia de Cádiz (Fecopesca), Manuela Leal, que explica que el jueves faenaron muy pocos barcos en la provincia: "En La Atunara no ha salido ninguno; ni en Tarifa; en Conil, de 50, han salido seis; Barbate está amarrado; la lonja de Cádiz se ha quedado desierta de productos; y Sanlúcar está amarrada desde el pasado miércoles".

La protesta se traduce en la escasez en los mercados de boquerones, sardinas, caballas y jureles. El pescado que llega ahora a la provincia procede de empresas marroquíes que faenan en Tánger, Larache y Kenitra, además de la zona de Mauritania que se embarca a través de Canarias.

Para la flota de pesca artesanal, el precio del gasoil representa, en cambios, un problema secundario comparado con el del paro de los transportistas porque depende directamente de la cadena logística, de manera que si hay incertidumbre en cuanto al destino de las capturas, los patrones de los barcos se pensarán sin salen o no a faenar.

Este viernes, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha hecho una llamada a la responsabilidad en relación a la huelga de transporte por carretera y al "grupo de personas" que "están boicoteando y llevan a cabo acciones violentas", además de "perturbar" la distribución en España de muchas mercancías, básicamente del sector agroalimentario.

Planas ha recordado que los piquetes que impiden que pequeños ganaderos entreguen su leche, que las frutas y hortalizas lleguen a los mercados o que los barcos puedan salir a faenar, realizan "una acción ilegal e inmoral" frente al trabajo que llevan a cabo estos profesionales.

Así, ha pedido "responsabilidad" en los actos y sus consecuencias, al tiempo que ha lanzado un mensaje de "seguridad y tranquilidad" porque el Gobierno de España y los 23.600 miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que están movilizados en este conflicto, "van a hacer todo lo que esté en su mano para imposibilitar que este grupo bloquee y perturbe el normal funcionamiento de nuestra sociedad".

"La provisión de alimentos y de servicios básicos no es una cuestión baladí; es una cuestión constitucional en relación con la libre circulación, y en este país todos podemos expresar nuestros puntos de vista y nuestras reivindicaciones de forma pacífica, pero no podemos utilizar acciones y violencia frente a nadie, porque es el conjunto de la sociedad el que pierde", ha concluido.

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