Explosión del Petrogen y el Camponavia

35 años de la gran catástrofe de la Bahía de Algeciras

  • El 26 de mayo de 1985, una explosión concatenada en el Petrogen One y el Camponavia dejó más de 30 muertos y 70 heridos

Un remolcador participa en la extinción del fuego tras la explosión del Petrogen y el Camponavia en el pantalán de Cepsa

Un remolcador participa en la extinción del fuego tras la explosión del Petrogen y el Camponavia en el pantalán de Cepsa

El 26 de mayo de 1985, a las 11:10 de la mañana, el Campo de Gibraltar quedó paralizado. Una fuerte detonación que se escuchó hasta en Estepona seguida de una imponente columna de humo y fuego encendió todas las alarmas: acababa de producirse uno de los mayores incidentes industriales (o marítimos, según se mire) del país. Todavía hoy, 35 años después, cada campogibraltareño recuerda qué estaba haciendo en el momento aciago de la explosión en el Petrogen One y el Camponavia, que causó la muerte de 33 personas y heridas a otras 70. La gran catástrofe de la Bahía de Algeciras.

"Yo estaba desayunando en la terraza de mi casa en Algeciras y de pronto escuché la detonación. Inmediatamente acudí a refinería y por el camino iba viendo la columna de humo y la llama, pero no podía identificar de dónde era", recuerda Nicolás Barroso, entonces jefe de Formación de la refinería. Cuando llegó se encontró las puertas abiertas y con el jefe del departamento de Servicios, Enrique Díaz Méndez. "Él tenía una gran experiencia y cuando le pregunté qué podíamos hacer me dijo una sola palabra: refrigerar. Nos pusimos en la fila de mangueras".

Esa es la historia de las cientos de personas (trabajadores, cuerpos de seguridad y de emergencias) que acudieron aquel día al observar una columna de humo que se acercó a los 100 metros de altura. El panorama que se encontraron era dantesco. Los dos buques siniestrados estaban operando en uno de los laterales del pantalán de Cepsa en la Bahía de Algeciras cuando el Petrogen One explotó ante una posible entrada en contacto de aire con los gases que estaban en el interior del tanque de nafta del buque, de bandera panameña y con tripulación oriental, que estaba casi vacío. La segunda explosión fue en el Camponavia, un barco español de la compañía Campsa. La nafta y el combustible ardieron provocando las llamas y gran columna de humo. Un tercer buque, el Camporubio, pudo soltar amarras y alejarse del lugar del accidente.

Una mujer observa el incendio de los buques Petrogen y Camponavia en la Bahía de Algeciras Una mujer observa el incendio de los buques Petrogen y Camponavia en la Bahía de Algeciras

Una mujer observa el incendio de los buques Petrogen y Camponavia en la Bahía de Algeciras / José Luis Roca

Hubo momentos de heroísmo, recuerda Barroso. Como el de un joven de Puente Mayorga que no dudó en salir con su barca a rescatar a los marineros que habían saltado al agua para salvarse y que con el tiempo acabó trabajando en la refinería. O un policía nacional que se tiró al agua para ayudar a escapar a un tripulante que no se atrevía a saltar del barco. 

Cada uno ayudó en lo que podía, "todos tuvimos que ejercer funciones que no eran las nuestras, pero todos teníamos formación como bomberos". El fuego pudo ser controlado pronto prácticamente con medios propios, la refinería contaba con fuertes medidas de seguridad. De hecho, podría haber sido apagado completamente, pero el entonces director, José Luis Pons, "dijo que no, que sería mejor dejar que se quemase el combustible para evitar una marea negra. Probablemente esa decisión evitó una catástrofe medioambiental añadida". La refinería siguió produciendo con normalidad; había quedado completamente aislada del incidente por los sistemas de seguridad del pantalán.

Una vez controlado el fuego quedaba la tarea más difícil, el recuento de las bajas. "Era un día de primeras comuniones y había gente que se había cambiado el turno", una decisión que marcaría sus vidas para siempre. "Me encargaron comprobar quién faltaba de aquellos que efectivamente habían entrado a trabajar en refinería". A una sala iban llegando los familiares de los trabajadores, "recuerdo con terror cada vez que pasaba por aquella sala y nos miraban buscando información que no teníamos". La refinería "era una familia, fue muy dura la pérdida de los compañeros". Hasta 33 perdieron la vida, muchos de ellos desaparecidos.

El accidente marcó un antes y un después en la refinería. Hasta entonces "todos los incidentes los habíamos cubierto sin bajas y esto nos afectó a todos. También aprendimos muchísimo. Nuevos sistemas de seguridad, nuevos procedimientos".

El día después del incidente el rey Juan Carlos I visitó a los heridos ingresados en la Residencia Sanitaria Guerra Zunzunegui, viajando en un helicóptero de la Fuerza Aérea Española que aterrizó en el Estadio Municipal de La Línea. Junto al monarca viajaron el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, y el presidente de la Junta de Andalucía, José Rodríguez de la Borbolla.

El Juzgado número 1 de San Roque instruyó el caso por la explosión en el petrolero. El proceso judicial posterior, tras más de 10 años de actuaciones, concluyó sin emitir sentencia, archivándose el procedimiento. Las razones que llevaron a la catástrofe de la Bahía de Algeciras siguen siendo desconocidas.

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