Coronavirus

Jimena y Castellar estudian cómo abrir con seguridad las piscinas este verano

La piscina municipal de Jimena de la Frontera.

La piscina municipal de Jimena de la Frontera. / E. S.

Los ayuntamientos de Jimena y Castellar de la Frontera estudian estos días cómo afrontar con garantías de seguridad la apertura de sus piscinas municipales este verano. Los técnicos municipales de los dos consistorios analizan la viabilidad de la aplicación de las medidas y condiciones de higiene antes de tomar una decisión sobre si prestarán este servicio esta temporada. No sería antes de julio, según ambos municipios.

El plan de desescalada trazado por el Gobierno central para la normalización de los servicios establece en la fase 2 unas normas de uso para las piscinas que van desde un aforo limitado al 30% a unas condiciones de higiene y limpieza que requieren de un esfuerzo en materia de desinfección, especialmente en barandillas, vestuarios y zonas comunes. No se conoce aún si el porcentaje de aforo subirá en la fase 3 o en la llamada "nueva normalidad", prevista para finales de junio si los indicadores sanitarios lo permiten. 

En Jimena, el Ayuntamiento está estudiando "todas las posibilidades", según detalla su alcalde, Fran Gómez. En este municipio hay dos piscinas públicas: una en el núcleo urbano y otra en San Pablo de Buceite. "Las normas hasta el momento son muy estrictas y duras. Lo estamos valorando todavía", reconoce Gómez. En caso de abrir, sería a partir de julio

El alcalde de Jimena apunta que una gestión directa del servicio sería "complicada" a día de hoy por cuestiones de personal. "Estamos valorando y pidiendo presupuestos para ver si es factible un contrato de gestión cerrado para este año. Para el control de los aforos, limpieza y demás necesidades. Está claro que hay que ofrecer alternativas a las playas en los municipios de interior. Más aún este verano con las limitaciones que también va a haber en la costa, pero las piscinas deben ser seguras", detalla Fran Gómez. 

Adrián Vaca, alcalde de Castellar, también analiza estos días junto a sus técnicos todos los escenarios posibles antes de abrir las instalaciones ubicadas junto al campo de fútbol. "Sabemos de las limitaciones de aforo. Pero nos preocupan el resto de requisitos", reconoce. 

En 2019, Castellar reforzó la seguridad de la piscina municipal (con un vaso para adultos y una piscina de chapoteo infantil) con vigilantes para los viernes, sábados, domingos y festivos. La limpieza se efectuaba habitualmente con empleados municipales. "Ahora estamos estudiando cómo se puede hacer y en qué condiciones. La seguridad debe estar por encima de todo antes de tomar una decisión", apostilla el regidor chisparrero. Al igual que en Jimena, de reabrir sería para los meses de julio y agosto

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