La Bahía de Algeciras: El abandono de la puerta logística de Europa

Tribuna abierta

Una región estratégica condenada al olvido por la desidia política

Andalucía Bay 20.30 insiste en Bruselas en que la mejora del tren debe ser una cuestión de Estado

Vista aérea de la bahía de Algeciras, con el Puerto de Algeciras a la derecha y Gibraltar, al fondo.
Vista aérea de la bahía de Algeciras, con el Puerto de Algeciras a la derecha y Gibraltar, al fondo. / A.C.G.
Juan María de la Cuesta

Algeciras, 27 de mayo 2025 - 04:01

En el extremo sur de Europa, en la confluencia de dos mares y dos continentes, se encuentra una de las regiones más estratégicas del mundo: la Bahía de Algeciras. Bendecida por la naturaleza, clave en el tránsito internacional de mercancías y energías, con una posición envidiable en el mapa geopolítico y económico, esta tierra debería ser un motor de desarrollo y un eje de innovación para Andalucía, España y Europa.

Pero la realidad es bien distinta. Décadas de desinterés político, mala gestión institucional y falta de inversión han convertido esta comarca en una de las grandes olvidadas del sur de Europa. Mientras el mundo se mueve hacia una economía descarbonizada, interconectada y eficiente, aquí siguen pendientes conexiones ferroviarias básicas, infraestructuras logísticas modernas y planes energéticos coherentes.

¿Cómo es posible que una de las principales puertas de entrada y salida de Europa siga atrapada en un aislamiento injustificable? ¿Qué lógica sostiene este abandono sistemático?

La respuesta duele, pero es evidente: indolencia ciudadana, políticos sin visión y una falta alarmante de liderazgo institucional. Las oportunidades se escapan porque nadie en los centros de decisión se atreve a poner esta tierra en el lugar que le corresponde.

Sin embargo, hay esperanza. Hay quienes no se resignan. Grupos de ciudadanos comprometidos —en su mayoría ni siquiera nacidos aquí— viajan a Bruselas, invierten su tiempo y sus recursos personales para denunciar este olvido ante las instituciones europeas. Presentan propuestas, buscan alianzas, reclaman lo que esta tierra merece: justicia, equidad, inversión y respeto.

Y lo hacen sin apoyo, sin focos, sin propaganda. Mientras tanto, cuando algún alto representante europeo pisa por fin suelo andaluz, los mismos que nunca han movido un dedo se apresuran a figurar en la foto y a silenciar a quienes llevan años luchando por esta causa.

La Bahía no necesita compasión. Necesita visión, compromiso y acción. Europa no puede permitirse el lujo de ignorar este nudo logístico, tecnológico y humano que es clave para su propio futuro.

No hablamos de privilegios, sino de corregir una injusticia histórica. La Bahía de Algeciras no pide más que lo que le corresponde por derecho: la oportunidad de ser parte activa del futuro, y no seguir anclada en el pasado por culpa de la desidia.

Quede escrito, quede dicho: esta tierra aún no se ha rendido.

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