Economía circular

El alga invasora del Estrecho, material para fabricar envases de alimentos

Presentación de las bandejas fabricadas con el alga invasora

Presentación de las bandejas fabricadas con el alga invasora / REDACCIÓN

Tras cinco años de investigaciones y pruebas, el sueño de dos investigadores gaditanos de crear envases sostenibles hechos con el alga invasora del Estrecho de Gibraltar, para eliminar plástico de la cadena de la alimentación, está más cerca de convertirse en realidad. 

Las toneladas de arribazones de algas invasoras que se han convertido en los últimos años en un gran quebradero de cabeza para la pesca y el turismo en la costa de Cádiz pueden pasar de ser un problema en el mar a ser una solución en tierra.

La idea de hacer estos nuevos envases cien por cien biodegradables fue de Sofía Tristanchoque y Víctor Manuel Pérez, que estudiaron Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz. "Las algas nos sirven el futuro en bandeja", bromeaba este martes el rector de la UCA, Francisco Piniella, en la presentación del primer prototipo. Ahora, se han marcado el objetivo de tener una serie cero en los mercados en abril de 2024.

Con su conocimiento de las algas, miraban las inmensas arribazones de algas "Rugulopteryx okamurae", una especie asiática que al llegar al Estrecho de Gibraltar se ha convertido en invasora y, desde hace años, en una pesadilla para los pescadores de Cádiz, que ven arruinadas sus redes, y para los Ayuntamientos, que cada poco deben retirar toneladas de las orillas de las playas, para no arruinar el turismo de la zona.

"Las mirábamos y nos decíamos 'seguro que se pueden utilizar para algo'", ha recordado Sofía Tristanchoque. La siguiente "luz" se encendió cuando visitaron una feria internacional de frutas y hortalizas y se fijaron en la incongruencia de que productos que se vendían como ecológicos se presentaran y comercializaran en bandejas y envases hechos con derivados del petróleo.

Cuando preguntaron, les dijeron que no tenían una alternativa para un envasado sostenible. Y a partir de entonces se marcaron el reto de lograr uno, hecho con las algas invasoras. El camino lo empezaron en las cocinas de sus casas: "Nos decían que estábamos locos. Nadie creía en nosotros", ha contado Sofía.

Pero ellos no se dieron por vencidos, crearon la empresa Futuralga, y pronto recibieron el espaldarazo de reconocimientos nacionales e internacionales como el de mejor proyecto de economía circular de los Premios Andalucía de Economía Social.

El primer cliente

Ahora se arropan dentro de proyecto de investigación, financiado con fondos FEDER, y en el que además de la Universidad de Cádiz y la Diputación Provincial de Cádiz, cuentan con el apoyo de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG) y la cooperativa agrícola Nuestra Señora de las Virtudes de Conil.

Esta cooperativa de verduras será su primer "cliente" y, a través de sus productos, sus novedosos envases viajarán con sus verduras y hortalizas por toda España y Europa, cuando los envases lleguen a esta fase. Cada año utilizan entre un millón y 1,5 millones de bandejas de poliespan, una cifra que puede dar idea del impacto ambiental que podría ahorrar el nuevo envase.

"Es una idea magnífica", ha apuntado Bartolomé Ramírez, presidente de la cooperativa, que ha puesto como condición que estos envases 100 % biodegradables no cuesten más que los que ahora utilizan.

Sofía Tristanchoque cuenta que, pesa a haber tenido ofertas para desarrollar este proyecto fuera de España, ellos han optado por quedarse a desarrollarlo en su tierra. En ella tienen, además de agricultura, toneladas de arribazones de algas que ahora los ayuntamientos llevan a los vertederos. En un futuro, las llevarán a una planta en el que se lavarán y secarán, antes de ser procesadas de forma natural para convertirse en las planchas con las que se fabricarán los envases para las frutas y verduras.

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