Acuerdo fantasma y Verja fluida: la verdad del Tratado sobre Gibraltar

Crónicas de la prosperidad compartida

Durante la pandemia y el confinamiento quedó claro que la colonia depende de Andalucía para subsistir, mientras que España financia su prosperidad aparente

El llamado acuerdo de prosperidad compartida no tiene garantías: lo único tangible es que no se aplicará el SES en la Verja

Gibraltar y la prosperidad compartida: una absoluta falacia

La Aduana de La Línea.
La Aduana de La Línea. / Francisco J. Olmo / Europa Press
Teófilo Morón

La Línea, 19 de octubre 2025 - 04:01

Cuando uno empieza a sentirse como una rara avis, un monje predicando en el desierto del contencioso, siempre es de agradecer encontrarse con argumentaciones con las que coincidir plenamente, aunque solo sean argumentaciones de otro anacoreta. El martes 14, nos regalaba Europa Sur un artículo de Juan Carlos Juárez Arriola, alcalde de La Línea de la Concepción entre 1999 y 2009, bajo el título Gibraltar y la prosperidad compartida: una absoluta falacia. Me adhiero y suscribo hasta la última coma del texto y quisiera aprovechar el contenido para glosar algunos párrafos.

Aparte del cierre de la Verja en los años 60, hay un episodio más reciente en el tiempo, en que se puso en evidencia la total dependencia que tiene la colonia con relación a esta comarca a la que parasita. Me estoy refiriendo a la pandemia/confinamiento.

Durante el confinamiento, el Reino Unido hizo gala del cariño que prodiga a sus colonos cuando les viene mal dadas y tuvo que ser la mancillada Corea del Norte la que aplicara un trato particularizado a la Verja permitiendo transitar a cientos de camiones diarios que posibilitaron la subsistencia de colonos y colonia. Hasta 600 camiones a la semana, según reconoció públicamente una de sus autoridades locales.

El favor vino de vuelta a la llegada de las Navidades, cuando la relajación en la normativa sanitaria aplicada a la Verja adelantó la llegada de la variante británica del Covid a través de los jóvenes universitarios y demás gibraltareños residentes en el Reino Unido que durante sus navideñas vacaciones en Gibraltar tuvieron a bien celebrar las Navidades en La Línea de la Concepción. Consecuencias, los colegios de La Línea quedaron desiertos durante meses, debido a que los padres no se fiaban de los altos índices de contagios que había. Un claro ejemplo de las consecuencias de relajar las normas fronterizas a la colonia. Cría cuervos…

El señor Juárez nos daba un esbozo del importante esfuerzo inversor por parte del Estado español tras el cierre de la Verja que propició un fuerte desarrollo en la comarca campogibraltareña. Si quieren ampliar datos a este respecto les invito a leer, en Europa Sur, la serie de artículos del profesor Pérez de Vargas al respecto en las que se detallan minuciosamente todas las inversiones realizadas, de la manera en que solo puede hacerlo quien las ha conocido de primera mano.

La propaganda del cierre de la Verja

Se viene prodigando un relato con el que se pretende reescribir la historia sobre el cierre de la Verja. Según este relato, la Verja se cerró de la noche a la mañana por capricho del Gobierno español y la comarca se sumió en una estrepitosa crisis económica y social, mientras que Gibraltar se convertía en el Mónaco del Estrecho. Nada más lejos de la realidad. Desarrollar esto nos daría para un suplemento dominical completo. Lo que sí se quiere transmitir es que no habrá solución al contencioso gibraltareño que no pase por la implicación del Gobierno español mediante inversiones en la comarca campogibraltareña, cercenando cualquier influencia económica de la colonia en ella.

Mientras la política no se acompañe de inversiones, no se solucionará nada. El problema reside en que nuestros políticos parecen no haber aprendido esta lección y pretenden que la inversión para la solución del problema la haga el que ha creado los problemas, Gibraltar. Y se fuman un puro esperando que así sea. Van dados.

Siempre me sorprendió que la propaganda de lo bien que se estuvo en Gibraltar durante el cierre de la Verja chocaba abiertamente con lo que transmiten todos aquellos que visitaron Gibraltar tanto durante el cierre de la Verja, como poco tiempo después de la apertura, y que transmiten lo escrito por el señor Juárez de un Gibraltar gris, sucio, pobre y triste.

La Calle Real de Gibraltar.
La Calle Real de Gibraltar. / Manu Romero

Turismo en Gibraltar

Del análisis sobre la factoría turística de Gibraltar que realiza el señor Juárez quisiera poner el foco en el bulo del número de turistas que visitan la colonia. Lo curioso de este asunto es que por parte española no se aporten cifras más exactas, no ya por el simple hecho de desmentir el relato, sino por tener certeza sobre la entidad del turismo y las posibilidades que aporta tocar esa tecla para hacer bailar a los genoveses.

Refería el señor Juárez que "la práctica totalidad del turismo de Gibraltar proviene de las personas que están pasando sus vacaciones en Andalucía y hacen una visita en el día al Peñón". Si se contara con datos fiables de estos turistas de un día, se podría constatar como la mayor parte de ellos son ciudadanos de la Unión Europea, que viajan con su carné de identidad por Europa y se alojan en hoteles de las costas españolas, por ello lo de la visita de un día.

La amenaza de las autoridades del Peñón cuando se habla de aplicarles plenamente la normativa Schengen es responder obligando a llevar el pasaporte a todo aquel que quiera entrar en Gibraltar. A los turistas europeos les pasa como a los españoles, si pueden viajar con DNI no se sacan pasaporte, ya que cuesta dinero y caduca pronto. ¿Alguien se cree que en Gibraltar van a obligar a todos esos turistas europeos a que se saquen pasaporte para visitar la reserva de macacos de Berbería?

Los turistas europeos tendrán que invertir un dinero en pasaportes que se verá superado, con creces, por el coste de la entrada a la reserva de primates. Si eso llega a pasar, ya les digo yo que cambian la visita al parque temático del Imperio por un viaje a Mijas, con paseo en burro incluido. El día que se aplique íntegramente el Código de Fronteras Europeo en la Verja, en Gibraltar se tragarán sus amenazas; eso sí, siempre lo harán en beneficio de los trabajadores que a diario transitan la Verja, para eso son los buenos de la película. Gibraltar buena, España mala.

Verja abierta y fluida

La conclusión del señor Juárez es la piedra angular del acuerdo fantasma. Gibraltar necesita una comunicación terrestre con España y una Verja abierta y fluida. Si no fuera así, en el medio plazo quebraría. Esto es lo único que persigue la colonia de ese acuerdo no escrito. El británico quiere fluidez para que los colonos le puedan mantener la base militar low cost y los genoveses quieren fluidez para seguir viviendo con los niveles de vida que tienen.

Tengan en cuenta que Gibraltar no tiene recursos naturales; es una población de 40.000 habitantes, con algunos viviendo con niveles de vida de petromonarquías árabes. El dinero para mantener ese nivel de vida sale de sus negocios, algunos opacos, y de lo que no le pagan a la mano de obra que importan de extramuros. Si generan problemas de contrabando, bunkering, defraudación fiscal, blanqueo de capitales, rellenos marinos, etc., es porque contribuyen a mantener el nivel de vida gibraltareño. Y si no atajan los problemas medioambientales, como vertidos al mar o reciclaje de basuras, y prestaciones sociales a los trabajadores, es porque no pueden soportar su coste. Ya saben lo de la tostada untada por los dos lados.

Mientras, nuestro Gobierno piensa que el nonato acuerdo va a solucionar todos los problemas que se vienen arrastrando. Lo que no nos explican es por qué con el acuerdo se van a solucionar todos estos problemas, que no se han solucionado con anterioridad. ¿Por qué ahora sí, y antes no?

Control de fronteras

El mismo día del artículo del Sr. Juárez, Europa Sur nos regalaba otro titular: Gibraltar espera que el nuevo control de fronteras no se aplique "ni ahora ni en el futuro" en la Verja. Si se dan una vuelta por este artículo se encontrarán con afirmaciones del gobierno gibraltareño como “la intención, como demuestra el acuerdo político alcanzado el 11 de junio de 2025, es que no se aplique el SES en la frontera entre Gibraltar y España, ni ahora ni en el futuro". Únanle la afirmación del Sr. Juárez de que “Gibraltar necesita una comunicación terrestre con España y una Verja abierta y fluida. Si no fuera así, en el medio plazo quebraría”, y aquí tienen el santo grial del acuerdo fantasma.

El tiempo dará y quitará razones, y para que no se me acuse de oportunismo voy a mojarme, aquí van mis dados: lo único tangible que saldrá del acuerdo nonato es que no se aplicará el SES en la Verja, a Gibraltar le va la vida en ello; el precipitado anuncio del acuerdo sin texto y las prisas porque esté resuelto cuanto antes tienen su origen en los plazos de puesta en marcha del SES.

Se ha utilizado a propósito el término tangible, ya que no será una solución legal, no habrá manera de conjugar las veleidades del Gobierno español con la normativa europea, así que nos venderán que se incumplirá la normativa europea de fronteras con los gibraltareños como medida transitoria hasta que salga el acuerdo. Doctrina esta emanada directamente de algún consigliere legal de los genoveses.

Por el contrario, todo aquello de interés para el Gobierno español, como tirar la Verja, las prestaciones sociales de los trabajadores, rellenos marinos, contrabando, bunkering, blanqueo de capitales, etc., etc., se tratará en siguientes negociaciones. Hoy no, ¡mañana! En el Palacio de Santa Cruz no pueden ser tan ineptos como para que no se hayan dado cuenta de esto. ¿Y por qué siguen en esta farsa? Pues puede ser que la cosa vaya de folios, lechugas y chistorras perfumadas de diésel. Aproveche estos días en que realiza su trimestral para preguntarse quienes son los pagafantas de esta fiesta. Tú sabes.

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