Los linenses optaron ayer por la devoción en la mañana veraniega del primer domingo de junio. Cientos de personas se congregaron en el Santuario de la Inmaculada Concepción y sus alrededores para asistir a la misa del Corpus Christi y participar después en el desfile de la Custodia Sacramental por el centro de la ciudad.

La parroquia estaba literalmente abarrotada para oír la misa concelebrada por todos los sacerdotes del Arciprestazgo de la ciudad. Muchos fueron también los niños que participaron en el festejo religioso y volvieron a ponerse sus trajes de Primera Comunión para asistir a la eucaristía infantil que tuvo lugar, como es tradición, en los salones parroquiales de la calle Sol. Una vez terminadas ambas misas, que se celebraron de manera simultánea, y pasadas las 11:30 comenzó a organizarse la comitiva. Poco antes, empezaban a oírse las bandas de música, la de Cornetas y Tambores de Santa Bárbara, que llegó tocando por la calle Real, y la Banda de Música Municipal de La Línea, que venía del otro lado, desde su local habitual de ensayos.

Alrededor de las 11:45 comenzaron a salir del Santuario de la patrona linense los primeros estandartes y señoras ataviadas con mantillas blancas. Poco después, salió a la calle la Inmaculada Peregrina, que también formó parte del cortejo mientras sonaba el himno de España. La pequeña imagen era llevada por jóvenes sobre una carroza a ruedas de la parroquia San Pedro Apóstol.

La Custodia Sacramental tardó algo más en pisar la calle. Pasado el mediodía, el incienso embriagaba la plaza cuando volvió a sonar el himno nacional y comenzaba a verse por la Custodia. Iba sobre unas andas carroza llevada a ruedas y decorada con hojas de esparraguera, claveles y gladiolos blancos.

Comenzó así su desfile por la Plaza de la Iglesia, Padre Rodriguez Cantizano, Sol, Clavel, Plaza de la Constitución, Real y Plaza de la Iglesia para recogerse en el Santuario. La comitiva la abría la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Bárbara y cerraba la municipal.

Durante el recorrido, la Custodia pasó por cuatro altares preparados por las distintas hermandades locales en honor al Santísimo. Tres de ellos estaban en la calle Real.