Medio Ambiente

Trash Peak: tablas de surf para la ola de la economía circular

  • Dos jóvenes fundan una empresa para fabricar tablas recicladas con plástico recogido en las playas de la provincia de Cádiz

  • La iniciativa, premiada por la Fundación Campus de Algeciras

Javier Villanueva y Pablo Osuna, fundadores de Trash Peak.

Javier Villanueva y Pablo Osuna, fundadores de Trash Peak. / TP

A cualquiera que tenga un mínimo de aprecio por el medio ambiente se le revuelve la conciencia al ver una botella de plástico en la orilla de la playa, agitándose a merced de la corriente. Sacar ese envase de la costa y transformarlo en una tabla de surf para cabalgar sobre las olas es la misión que se ha marcado Trash Peak, una joven empresa gaditana que ha encontrado en la impresión 3D un aliado para contribuir a la economía circular.

Pablo Osuna y Javier Villanueva, amigos desde la infancia y aficionados al surf, han unido sus conocimientos, su espíritu emprendedor y su vocación por la conservación del medio ambiente para construir tablas de surf a medida reciclando plástico tipo PET, el mismo con el que se fabrican las botellas de agua y otros envases, que encuentran en las costas de la provincia de Cádiz.

Ambos son fundadores de Trash Peak, una jovencísima compañía que da sus primeros pasos en la incubadora de empresas del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Rota. Su idea les ha valido la Mención Especial a una iniciativa vinculada a la economía circular en la última edición de los Premios I+D+i de la Fundación Campus Tecnológico de Algeciras, entregados el pasado diciembre.

“Más de 8 millones de toneladas de botellas de plástico llegan anualmente a los océanos. El 80% procede de la tierra y el 20% de los barcos. Nosotros intentamos que la gente se dé cuenta de la cantidad de residuos que hay en las costas creando un producto reciclado y reciclable con ellos”, explican Osuna y Villanueva.

Los antecedentes de Trash Peak hay que buscarlos en Alemania, donde Pablo Osuna, sevillano de 29 años, estudiaba Diseño y Comunicación. “En Alemania, la cultura del reciclaje está muy implantada en la población. Tenía que hacer un Trabajo Fin de Grado y decidí crear una tabla de surf con placas de plásticos recogidos de las playas junto con un documental que gustó mucho”, explica. “Era un prototipo para la carrera. Yo no pretendía hacer un producto viable”, apunta.

Osuna le siguió dando vueltas a la idea hasta que su amigo Javier Villanueva, gijonés de 27 años y máster en Dirección de Empresas, le animó a asociarse y emprender. “Cuando Pablo estaba con el trabajo de la carrera le ayudamos. Y, viniendo de Dirección de Empresas, yo tenía la inquietud de establecer algo. Cuando me lo comentó, lo vi viable y así empezamos la andadura. De una conversación informal a una empresa constituida”, resume Villanueva. Cuentan en la empresa con Lara Vives, jerezana dedicada al marketing y la publicidad como tercera implicada en el proyecto. “También le tenemos mucho que agradecer a Mariluz, del CADE de Chiclana, quien ha sido clave en la tutorización del proyecto empresarial”, reseñan.

La forma de construir tablas de surf ha cambiado muy poco en los últimos años. Básicamente, se recorta y pule un bloque de material con otros elementos compuestos. Ahora, la impresión 3D podría considerarse como la artesanía del siglo XXI, según comparan los socios de Trash Peak en su página web. Los 500 euros del premio de la Fundación Campus les permitirán amortizar parte de la inversión inicial, consistente principalmente en una impresora de gran formato y otra especial para piezas complementarias como las quillas.

Las tablas de Trash Peak no solo son singulares por su concepción, material y proceso de fabricación. Además, son translúcidas y permiten infinitas posibilidades de personalización. Desde grabar las coordenadas de la playa en la que se recogió el plástico al nombre de su propietario.

Un surfista con una tabla de plástico reciclado de Trash Peak. Un surfista con una tabla de plástico reciclado de Trash Peak.

Un surfista con una tabla de plástico reciclado de Trash Peak. / TP

Para imprimir una tabla es necesario consumir una bobina de tres a cinco kilos de plástico, que a su vez procede de decenas de kilos de envases sometidos a un tratamiento por el que las botellas se transforman en pellets (pequeñas bolitas) con las que se fabrica el filamento que luego consume la impresora para “tejer” la tabla y sus refuerzos interiores.

“Ya aceptamos reservas y hemos visto que al ser translúcidas tienen mucha aceptación porque es algo poco visto, muy novedoso”, explican los jóvenes emprendedores, quienes ya tienen una treintena de pedidos.

Trash Peak también ha nacido con una vocación de educación ambiental, con la organización de recogidas de plástico en las playas de la provincia. “Hemos recogido basura, de todo tipo, en Punta Paloma en Tarifa, Costa Ballena, El Palmar, La Barrosa, Cabo Roche o La Batería. Nos llevamos todo lo que encontramos, nos sirva luego o no para reciclarlo en bobinas”, destacan Osuna y Villanueva. Hasta el momento, los creadores de Trash Peak han efectuado la limpieza de diez enclaves, con 368 kilos de basura recogidos, de los que han reutilizado 54.

Detalle de la quilla y plano más cercano de la tabla. Detalle de la quilla y plano más cercano de la tabla.

Detalle de la quilla y plano más cercano de la tabla. / TP

Para una escala de producción mayor que la actual, aún en los compases iniciales de la empresa, Pablo Osuna y Javier Villanueva ya están en contacto con empresas dedicadas al reciclaje de plástico. “Nuestra intención sería poner nuestros propios contenedores en las playas para que quien quiera colaborar, deposite allí sus botellas y otros residuos plásticos”, destacan.

“Trash Peak surge de la obligación moral de cada surfista por cuidar y mantener el medio en el que es feliz, el océano. Nuestras playas se encuentran asoladas por toneladas de plásticos, los cuales destruyen nuestro litoral. Se estima que a partir del año 2050, el peso de los plásticos en los océanos superará el peso de los peces que viven ellos”, explican Osuna y Villanueva en su página web, donde ya se pueden ver algunos de los prototipos y también referencias a las limpiezas costeras.

Tampoco se cierran las puertas a que la impresión 3D les permita fabricar otros productos deportivos. “Actualmente estamos centrados en el surf. Pero en el futuro no descartamos tablas para otros deportes acuáticos o de skateboard”, aventura Villanueva. La tecnología y la idea ya las tienen. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios