Javier Sánchez Rojas | Presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz

"Con el tren de Algeciras no quiero que se nos trate con igualdad, sino con equidad"

  • El presidente de la patronal gaditana reivindica la mejora de la conexión de la línea férrea

  • "Valencia aspira a la quinta salida por ferrocarril y Andalucía tiene que estar rampando por la única salida para que se le ponga el tercer hilo", afirma

Javier Sánchez Rojas, presidente de la CEC, durante la entrevista celebrada en la sede de la patronal en Jerez.

Javier Sánchez Rojas, presidente de la CEC, durante la entrevista celebrada en la sede de la patronal en Jerez. / Miguel Ángel González

Javier Sánchez Rojas (Jerez, 1961) inicia su tercer mandato al frente de la Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) con el objetivo de dar voz al tejido empresarial en medio de la crisis económica más dura que se recuerda en varias generaciones y liderar la transformación digital de la patronal para adaptarla a los nuevos tiempos.  

–Acaba de ser reelegido para un tercer mandato. ¿Qué retos se plantea? 

–El primer reto ha sido previo a la asamblea y era decidir dónde. Afortunadamente nuestra ejecutiva aceptó la propuesta de celebrarla en Algeciras. Fui elegido en Cádiz en 2013 y reelegido en Jerez en 2017. Celebrar esta reelección en Algeciras me hacía mucha ilusión en la personal, y también es un valor estratégico para una organización que lleva a gala el apellido “de la provincia de Cádiz”. Esta provincia tiene más población que cuatro estados de la UE y hay que hacer un esfuerzo de capilaridad y cercanía.

–La necesidad de esos equilibrios demuestra la dificultad de que la provincia tenga una voz cohesionada.

–Ese es uno de los lastres que afronté en mi intervención en la toma de posesión. Las organizaciones de ámbito provincial tenemos que darle una vuelta a cómo sumamos más y mejor los altísimos talentos que tenemos, y cómo llegar a los centros de decisión con el peso que nos corresponde por ser la octava provincia en población cuando somos la 34 en territorio, con ocho municipios de más de 25.000 habitantes... Éste es uno de los retos fundamentales de este mandato.

"Lo que ocurre en el Campo de Gibraltar con la OPE o con la paralización de 400 contenedores no llega a Jerez"

–Hay iniciativas que no terminan de cuajar, como la mejora del ferrocarril de Algeciras.   

–Ese es el ejemplo más paradigmático de periferia y reivindicación después de más de un siglo.Yo no quiero que se nos trate con igualdad, sino que se nos trate con equidad. Valencia aspira a la quinta salida por ferrocarril y Andalucía, que es dos veces Valencia, tiene que estar rampando por la única salida para que se le ponga el tercer hilo. El primer puerto de España y el primer polo industrial de Andalucía no puede tener esas conexiones.

–¿Achaca a ese carácter periférico que la única planta de Airbus que se vaya a cerrar en Europa sea la de Puerto Real

–Espero que pregunta sea errada en su planteamiento y que en un tiempo pueda decir que no se cerró. Estamos peleando por eso. Añado un matiz importantísimo, porque a veces se hacen analogías con cierres anteriores como el de Delphi. La diferencia es que Airbus no es una empresa al uso. Es una compañía participada por cuatro estados de la UE y anuncia beneficios empresariales. Poca gente encontrará más sensible para entender una situación difícil que lleve a una empresa al cierre. Pero no es el caso. Además, viene la providencia a poner a la compañía ante el espejo de que el mismo día que está celebrando una inversión multimillonaria en Getafe de la que yo me alegro, coloca las nubes negras encima de nuestra planta. Yo me alineo con el Consejo Aeronáutico de Cádiz, que hizo un magnífico artículo que se titulaba lacónicamente Al menos, que se sepa. Esa planta era un ejemplo de excelencia en 2019, que a efectos de pandemia, es ayer. Tiene una alta capacitación tecnológica y profesional reconocida por la propia Airbus, que la ponía como ejemplo. No veo justificación. Lamento no poder ayudar más, pero Airbus tampoco ha sido una empresa especialmente vinculada a las organizaciones empresariales.

–¿No es sospechosamente similar el planteamiento del centro 4.0. en Airbus Puerto Real al Centro de Fabricación Avanzada (CFA), que no termina de arrancar?   

–Eso me lleva a hacer una distopía. Cuando nosotros levantamos la voz de alarma sobre la posible pérdida del CFA, lo hacíamos porque entendíamos que podía servir de anclaje al territorio tanto a Navantia como a Airbus. Ahora nos encontramos con que Navantia ha hecho su propio Navantia Training Center y que Airbus habla de un centro tecnológico. A mí me gustaría que tengamos los tres, pero no a costa de cerrar la planta. Cerrar la planta o no no es una posición empecinada. Los empresarios podemos entender que haya que hacer ajustes de plantilla por la caída de la actividad , pero que se pueda recuperar mañana, a poco que se cumplan los vaticinios de recuperación. Lo que es difícilmente recuperable es una planta que se cierra y se desmantela.

–Las administraciones no acompañan. La inversión en el aeropuerto de Jerez para crear un centro de mantenimiento de aviones se frenó por una planta fotovoltaica de AENA. ¿Cuesta que la voz de Cádiz llegue a los centros de decisión?

–Llega lo que interesa. Sí llegó a Madrid la expresión desafortunada de “cementerio de aviones”. Pues ese cementerio que no era tal sino un centro de mantenimiento está ahora en Ciudad Real, donde ha creado 120 empleos, según me dicen. No nos damos cuenta de que tanto lo bueno como lo malo como lo regular llega pero juega en contra de nuestros intereses. Echo en falta que no lleguemos tarde. Valoro la foto en Puerto Real de todas las administraciones pero me habría gustado hace seis meses. El Consejo Aeronáutico empezó a advertir hace año y medio de que con la caída del A380 se había desviado nuevos encargos a otras plantas. Hay un factor institucional que en esta provincia tenemos que engrasar para que lleguemos a acuerdos fundamentales en las cosas que nos lastran.

–¿Qué necesita la provincia para tener esa voz unida?   

–Trabajar el zapato, el kilometraje, para conocernos más y mejor. Hacer un “erasmus gaditano”, y lo digo entrecomillado para que se me entienda. Individualmente los municipios son muy importantes, pero podemos hacer más si nos conocemos mejor para colaborar y sumar.

Javier Sánchez Rojas, presidente de la CEC. Javier Sánchez Rojas, presidente de la CEC.

Javier Sánchez Rojas, presidente de la CEC. / Miguel Ángel González

–¿El carácter periférico de Cádiz hace también que ni se plantee ayudar al Campo de Gibraltar por la cancelación de la Operación Paso del Estrecho?   

–Pero es que hay gente que sí lo está sabiendo hacer. Más en la periferia está Canarias y ha ganado peso político en los últimos tiempos. O Galicia. Recuerdo esa disyuntiva cuando había nubarrones sobre Navantia y Núñez Feijóo dijo que si había que cerrar alguna planta se mirara al sur. En el sur no oí una voz igual de potente que dijera que se mirara al norte. Los dirigentes sociales tenemos que engrasar nuestro peso. Y en cuanto al Campo de Gibraltar, es una demostración más de cómo encapsulamos los problemas. Lo que ocurre allí con la OPE o con la paralización de 400 contenedores no llega a Jerez. Cuando hablábamos de la liberalización de la AP-4, parecía que en el Campo de Gibraltar no se usaba la autopista. El que los vecinos dentro de la provincia compartamos nuestros problemas tiene un peso económico. Si competimos por una inversión sin ver cómo atraerla entre todos, lastramos el desarrollo económico.

–Hemos sufrido la mayor depresión desde la Guerra Civil. ¿Cómo ve a la economía provincial?   

–Con una fatiga pandémica de caballo y con una gran disparidad. Durante el confinamiento estábamos todos llenos de miedo y de vértigo. Ahora tenemos una parte de la población vacunada, otra semivacunada y otra que no sabe cuándo se va a vacunar. Hay sectores a los que les ha ido aceptablemente bien, como logística, nuevas tecnologías, comercio on-line... Y hay otros, como el pequeño comercio y el turismo, que están en la situación más grave que se recuerda. Las ayudas directas anunciadas en febrero por el Gobierno central están empezando a llegar ahora. La Junta también anunció ayudas en las que hemos participado pero son paliativas. Y ahora hay esperanzas fundadas en una reactivación general. Pero no podemos creer que esto ha terminado.

"El Campo de Gibraltar es una demostración más de cómo encapsulamos los problemas"

–¿El turismo volverá a salvar la economía de Cádiz?   

–Las expectativas apuntan a que va a ser un verano mejor que el pasado. Pero el verano terminará y vendrá el otoño. Vamos a tener que afrontar el fin de los ERTE y de los aplazamientos de los concursos de acreedores y la devolución de los créditos ICO. Ahí es donde nos tocará hacer un sobreesfuerzo, desde lo público y desde lo privado.

–El tejido empresarial gaditano está formado por fundamentalmente por pequeñas empresas. ¿Qué necesitan?   

–Hay una idea que quiero subrayar y es transversal a todos los ciudadanos. Esto no ha terminado. No hay que bajar la guardia. El bicho sigue campando y en otros sitios del mundo está habiendo marcha atrás, algo que no nos podemos permitir ni sanitaria ni económicamente. La quinta ola sería tremanda. ¿Ayudas? Mientras que países como Alemania ha dedicado el 3% de su PIB a ayudas directas, en España no han llegado al 0,6%. Las ayudas tienen que ser directas, porque si van a través de las comunidades autónomas, ya no lo son. Igual que Hacienda me tiene localizado para cobrarme, me debería tener localizado para decirme que ahí está la ayuda que fuera menester. Hemos generado unas expectativas que no hemos sido capaces de ejecutar.

–Expectativas que también se han generado con los fondos Next Generation.   

–En función de como gestiones las expectativas, te lleva a la más absoluta decepción o a un estado de euforia. Me explico. Ha habido dos anuncios que nos han alegrado a todos. Sólo con que después del encuentro de Biden con los líderes europeos se anunciara el fin de la guerra de aranceles, ha traído paz a muchísimas empresas andaluzas y gaditanas. Ahora nos toca llevar eso a los papeles. En cuanto a los fondos europeos, es una magnífica noticia que la presidenta Ursula Von der Leyen venga a España y firme el inicio de las ayudas. El punto crítico está ahora en la ejecución, que es a donde iba su pregunta.Pero de entrada, las expectativas son las mejores.

"Valoro la foto de unión de todas las administraciones en Puerto Real pero llega seis meses tarde”

–¿No corre el peligro de que sea otro Plan E?   

–Eso también nos lo tenemos que hacer mirar.Esto es como el que tiene un fracaso en su empresa y cuando monta otra se pregunta todos los días si va a volver a fracasar. Tenemos que pensar que nos puede y nos va a salir bien.

–¿No resulta incongruente que el Gobierno presente en Cádiz un plan antitsunamis en vísperas de una campaña turística crucial?   

–No. Yo creo que da confort. A todas las empresas nos piden planes de contingencia. Y que Cádiz, casi 300 años después, tenga un plan, me parece hasta positivo. Otra cosa es cómo se quiera contar. Pero es como una población que vive en las faldas de un volcán, que tiene que prever que entre en erupción. Es una cultura preventiva en la que yo particularmente milito. De hecho, las cifras de reservas no se han resentido. Cádiz está de moda. Somos uno de los cinco destinos más buscados.

–¿Qué provincia le gustaría encontrar al final del mandato?   

–No la puedo desligar de Andalucía. Andalucía debe exigir una mirada distinta desde fuera. Y también Cádiz. Me gustaría una provincia más integrada, con más confianza en sus capacidades, y a poco que Andalucía tenga estabilidad, creo que podemos liderar muchos temas. No me baso en el aire. En el último año de Susana Díaz y el primero de Juanma Moreno Andalucía batió todos los récords de creación de empleo, de incremento de planta turística, de pernoctaciones... Somos capaces, tenemos las empresas, tenemos los trabajadores. A poco que se nos ayude y se nos deje, esta provincia puede ocupar perfectamente un sitio similar en economía al que ocupa en población.

–Ya somos líderes en promoción de plantas fotovoltaicas y eso deja poco impacto en empleo.   

–El impacto mayor es en la puesta en marcha y después decae, como al construir un edificio. Pero el reto está ahí. El empleo lo crean las empresas. Como dice un amigo de Puerto Real, las empresas son el centro, no la diana. No es el momento de subir impuestos ni de pedir sobreesfuerzo a quien está debilitado. A poco que los autónomos puedan respirar se crea empleo. Somos capaces. No tenemos taras en el ADN ni hay una maldición bíblica. Tenemos un campo de juego increíble para crecer. Pero tenemos que mejorar el factor institucional y que se nos trate con equidad.

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