Recuerdos, risas y lágrimas
Cinco mayores de Los Barrios escriben su propia historia gracias a un taller
"Nací el 19 de agosto de 1926 en el campo, porque antes no había médicos para ayudar a las mujeres a traer al mundo a los niños", comienza a contar uno de los mayores de Los Barrios que cada semana acuden a la Casa de la Juventud. Las sesiones de La historia de mi vida, dentro del programa Recuperando nuestra memoria están ayudando a estos cinco abuelos del pueblo a hacer historia con sus vivencias.
Todos tienen que contar y mucho por escribir en los tres meses que durará la fase de recogida de información para inmortalizar sus recuerdos. Juan Lobato, Miguel Villatoro, Juan Montedeoca, Josefa Acosta y Nicolás Zamora son los integrantes del grupo, aunque aún está abierto a nuevas incorporaciones.
"En mi casa no había una perra gorda, pero había que comer", relata Juan Montedeoca. Hoy le toca hablar a él y a Josefa, que trae sus recuerdos escritos en un cuaderno con una redacción que mucha gente de su edad ya quisieran. Lágrimas al recordar las penurias de épocas de represión y de injusticias vividas, pero también risas, al revivir situaciones cómicas de las que fueron partícipes e incluso compartieron entre ellos.
Una grabadora lo recoge todo y la coordinadora del taller, Beatriz Díaz, intenta dar turnos de palabra para que sus voces se oigan claras, pero las ansias de hablar o de corregir en algo a sus compañeros son más fuertes. Fotos y más fotos, "de mi abuelo, de mi hija, de mis nietos", todo vale para ilustrar sus vidas y también el libro, que es el fin del taller, donde en cada sesión surgen nombres, motes y lugares muy conocidos en Los Barrios.
Beatriz ya tiene experiencia en estas lides. De hecho, ha escrito ya un par de libros sobre las vivencias de personas de Facinas y Tarifa. Juan Quero, labrador, pastor y escritor, es uno de ellos. Todos los abuelos de Los Barrios tienen un ejemplar para conocer cómo pueden quedar sus historias, pero la escritora también es autora de Hambre, gracias a Dios, nunca pasamos, que son las memorias de seis mujeres tarifeñas.
Las tareas para casa son terminar de construir el árbol genealógico, buscar fotos y continuar su vida desde donde dejaron de contar el miércoles. El próximo lunes, la historia continúa.
También te puede interesar
Lo último
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Una línea en la pared
Lotta Continua
Francisco Silvera
Yo sí
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Grandes palabras