Real Balompédica Linense - CD Castellón

La Balona derrota al Castellón y llega al Clásico en lo más alto (1-0)

  • Un gol de Coulibaly en el 55’ decide el encuentro ante una afición volcada

Koroma ataca en el Balona-Castellón.

Koroma ataca en el Balona-Castellón. / Jorge del Águila

La Balona llega en lo más alto (colíder del grupo II de la Primera RFEF) al Clásico del próximo domingo. Los albinegros han doblegado (1-0) este domingo a un rival colosal como el CD Castellón y han completado un arranque de liga excepcional, en el que ha sometido a tres de los equipos que aparecen en la nómina de favoritos. Tan importante como eso es que a los de Romerito le han bastado 270 minutos de competición para matrimoniarse con una afición que achucha hasta la extenuación para que los suyos consigan la victoria.

El primer tiempo, intensísimo, acabó sin goles y con el público ya enfadado con Conejero Sánchez, que hizo una interpretación de lo que sucedía en el césped a ratos muy particular. Los dos conjuntos habían disfrutado de algunos acercamientos, pero sobre todo con una ocasión por bando que abortaron los porteros, con dos espectaculares intervenciones.

La primera de esas oportunidades llego en el 33’ cuando, por dos veces, Álvaro Campos se interpuso en primero un cabezazo y más tarde un disparo casi a bocajarro de Gerard Oliva. Tres después una entrada de Coulibaly, que se pasó un poco de frenada, acabó con el parisino amonestado y con el segundo entrenador albinegro, Fernando Niño, expulsado. Se entiende que por hacerle alguna observación fuera de lugar al colegiado.

En el 42’ la grada, que ya estaba calentita, solicitó con insistencia penalti tras una caída de Gerard Oliva en el área de esas que se producen un montón en cualquier partido y cuando el cronómetro ya había sobrepasado el 45’ Mario Barco soltó un trallazo raso y con toda la intención desde fuera del área al que respondió Nacho Miras con una parada al alcance de muy pocos.

Nada más arrancar la segunda mitad Colibaly, que le está cogiendo gusto a esto de marcar, adelantó a los de casa en medio de una explosión de júbilo de una grada entregada. Y poco después el atacante castellonense Mario Barco se autoexpulsó al soltar un cabezazo a Fran Miranda, que le reprochaba que fingiese un penalti.

Sergi Escobar, pese a la inferioridad numérica, introdujo cambios ofensivos, pero en ventaja la Balompédica supo administrar su renta, que se jugase lo justo. Los de casa no permitieron que aquello se convirtiese en un duelo de ida y vuelta, no hicieron concesiones atrás, pero tampoco consiguieron dar la puntilla, así que hubo que esperar hasta el pitido final para saber que se habían llevado un triunfo celebrado a lo grande por el Municipal.

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