Cd Estepona FS - Real Balompédica Linense | La crónica

La Balona recupera crédito (1-1)

Los aficionados y los jugadores balonos intercambian aplausos al final del partido

Los aficionados y los jugadores balonos intercambian aplausos al final del partido / Andrés Carrasco (Estepona (Málaga))

Más méritos que recompensa. La Real Balompédica sumó un empate a un tanto en Estepona, donde posiblemente cuajó la mejor segunda parte de toda la temporada. Al menos a domicilio. Los albinegros vieron como el árbitro invalidó una acción que acabó con gol de Aridane Santana que vista en la tele no deja dudas de que mereció subir al marcador. Los linenses sí compitieron esta vez (lo dicho, sobre todo después del descanso), acabaron el partido en el campo rival y firmaron unas tablas en el recinto de uno de los gallitos. Un resultado que le mantiene a dos puntos de la quinta plaza. Un marcador que no es malo, sino todo lo contrario. Lo chungo es que le deja por detrás en el golaveraje y que viene después de unas tablas en el Ciudad de La Línea que si fueron fueron tristes. Esa igualada es la que impidió a los linenses celebrar el punto del Muñoz Pérez como se hubiese merecido. Porque le mantiene en la pelea y por la imagen ofrecida.

Si algo tiene esta Balona 2023-24 es que es una auténtica artista en pasearse por el alambre. Ya lo demostró en la primera vuelta después de perder precisamente ante el Estepona en casa. En medio de la tempestad fue a Cádiz y sacó la cabeza del lodazal en el que andaba metida. Ahora, después de patinar frente al Manchego (en la forma y en el tanteo) afrontaba poco menos que un partido de play-off. Uno de esos en los que se piensa en caso de perder..

Sin embargo la centenaria escudra linense no solo arañó un punto ante un rival directo (directísimo), sino que ofreció la imagen que quiere su gente. Ésa afición que nunca renuncia. Ésa que despidió a sus futbolistas con aplausos y al grito de “sí se puede”. Ésa tan añeja como sabia. La que detecta enseguida cuando le dan gato por libre y se enfada; pero que premia hasta generosamente a los suyos cuando se comportan como lo hicieron en la primera de sus dos visitas a la Costa del Sol.

En el comienzo los anfitriones salieron con una marcha más. Ganaban los duelos individuales. Miraban más a la meta rival. El choque adquiría tintes de derbi de toda la vida. Tensión, empujones... pero a la Balompédica le faltaba un puntito.

Y después de dos o tres advertencias de los esteponeros, otra jugada a balón parado que acaba en gol (13'). Y van... Esta vez no fue un córner, sino una falta. Mal defendida. Bueno, nada defendida. Nacho Goma (jugador de nivel) disparó en el área casi sin oposición y Facundo Ackerman acertó a meter la mano. El balón se fue a un lateral y la zaga permitió un nuevo centro para que el exalgecitista Robin Lafarge anotase a bocajarro. Ya da hasta un poquito de grima ver lo mal que administra el equipo de La Línea esas acciones.

Menos mal que los de Baldomero Hermoso Mere encajaron bien el golpe. Seis después Javi Pérez ejerció de listo de la clase, vio a Fran Carbià haciéndose el despistado en el área, sacó una falta desde el semicírculo con precisión y el pichichi de la Balona añadió otro tanto a su cuenta. Ya son seis.

En los 25 minutos que restaban de primera mitad no sucedió nada o casi nada. Si acaso, que el árbitro -que había empezado sacando tarjetas a cascoporro y luego las olvidó en la caseta- le perdonó la segunda amarilla a Aridane Santana, que estaba volviendo al mejor Aridane Santana, pero que estaba un tanto revolucionado. No hubo un solo acercamiento al área. Ni por un lado ni por otro. La Balona echaba en falta a Antonio Romero, cuya incidencia en el juego era nula.

Cuando el primer periodo estaba para expirar Nando Copete se pegó una de esas carreras que protagonizan los extremos, que era de lo que él estaba haciendo. Pero que no saben dar los que juegan en otros puestos. No llegó a pelear por el balón. Se lanzó al suelo con señales inequívocas de haberse lesionado. Parece que da para un mes.

Los que ejercían de forasteros fueron a más a lo largo de una segunda parte accidentada, porque también se quedarían por el camino Sergi Monteverde y Joao Pedro, con problemas físicos. Dicen que es cosa del césped sintético. Pero sería bueno que le fueran dando una vueltecita a tanto problema muscular.

Los locales llevaron a cabo un par de escaramuzas al comenzar el segundo tiempo y poco a poco los de Mere fueron dando pasos adelante, metiéndose en el campo rival. Queriendo ganar, porque eran conscientes de lo que había en juego.

No admite debate que la Balompédica mejoró con la entrada de Pitu, objeto de un banquillazo después de sus grises últimas actuaciones. Bueno, él y un Moi Parra que tiene tufillo a futbolista interesante. Con ellos la Balona ganó en frescura, en verticalidad. Y llegaron las ocasiones. Fran Carbià (74') y Javi Pérez (75') se estrellaron en Razak, como también lo hizo Pitu (81') en un golpe franco muy bien intencionado. Claro, tanto desnudarse en busca del 1-2 se produjo el lógico desajuste. Tahiru (menos mal que tenía molestias y no pudo jugar desde el comienzo) la puso desde la línea de fondo, pero el remate de Sergio Moreno lo atenazó Facundo Ackerman (84')

De por medio, la acción polémica del partido. Un balón al área. Salió Razak a interceptar un centro y fuera del área pequeña se encontró con Aridane Santana. El balón se le fue de las manos. Es cierto que el trencilla hizo sonar su silbato cuando la pelota aún no había entrado. Así que legítimamente no se puede hablar de gol anulado. Pero la televisión demuestra ue el meta perdió el esférico, cometió un error colosal y que no existió falta del atacante canario. Vaya, que el tanto debió subir al marcador.

El final del partido, con varios jugadores albinegros lazándose al suelo, desencantados por no haber podido alcanzar el triunfo demuestra dos cosas. Una que esta vez la Balona quiso, que es muy importante, aunque se quedase sin premio. Y otra que el empate deja un regusto agridulce porque el tiempo pasa y cada vez queda menos. Pero si los de Mere juegan en las once jornadas que restan como lo hicieron en el Muñoz Pérez durante la segunda mitad (más específicamente en la última media hora) tienen el legítimo derecho a creerse aspirantes a todos. Así sí Balona. Así sí.

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