Rayo Majadahonda - Real Balompédica | La crónica

La Balona se olvida dos puntos en Majadahonda (1-1)

  • Los albinegros, muy superiores en la primera mitad, sobreviven a un pésimo arbitraje y se marchan por delante al descanso

  • Tras el intermedio los linenses dan una sensación de exceso conservadurismo y dejan el punto conquistado en manos de un colosal Alberto Varo

Alberto Varo, el mejor de la Balona, atrapa un balón

Alberto Varo, el mejor de la Balona, atrapa un balón / Federico Titone

La Real Balompédica echa el telón al 2022 con un empate a domicilio ante un rival directo en la angustiosa pelea por salvar la categoría. Un empate que le permite cerrar el sábado fuera de los puestos de descenso y con un partido aplazado en la recámara. Dicho así suena muy bien. Pero el Rayo Majadahonda-Balona deja una sensación a que la escuadra de La Línea se dejó dos puntos en El Cerro de esos que habrá que esperar que no tenga que echar de menos. Los albinegros afrontaron el encuentro con valentía, sortearon un arbitraje calamitoso y se fueron con renta al descanso. Pero se transformaron tras el intermedio en un conjunto defensivo, que se contentaba de parar el juego y aunque en algún chispazo pudo decantar el resultado, al final necesitó dos paradones de Alberto Varo para no venirse de vacío de la Comunidad de Madrid.

Los clásicos escribirían aquello de resultado justo porque hubo un tiempo para cada equipo. Y es muy posible que en este caso lo emplearan con acierto. Lo que sucede es que queda la sensación de que la segunda parte fue más del Rayo por decisión de la Balona que por los méritos del equipo majariego. Y eso siempre siembra un poco de desazón.

En medio del estudio inicial de fuerzas la primera oportunidad fue para los locales. Jeisson se metió entre los centrales y se quedó en lo que antes se decía una situación inmejorable, pero su disparo se marchó fuera por muy poco en medio del resoplido de los hinchas visitantes (la mayoría unidos a través de Balonos por el Mundo).

Desde ese minuto once mandó la Balona. Y mandó con buen criterio de balón, con personalidad, con Joao Pedro haciéndose ver y justificando la decisión de Escobar de mantenerle en el once... pero con la misma falta de siempre de este tan necesario último pase. De hecho la única escaramuza destacable la protagonizó el propio banda brasileño (17') pero su disparo encontró buena ráplica en el argentino Lucha García.

Parecía que era cuestión de tiempo que los linenses se pusieran por delante, pero otra vez concedieron una ocasión a los locales, un remate en difícil posición de Mario García que se fue a una cuarta de la escuadra.

Fue entonces cuando comenzó el recital de desatinos del árbitro calabazón Antonio Sánchez. En el 34' Borja López fue objeto de un penalti de libro por zancadilla y el colegiado mandó seguir. Cuatro más tarde el propio futbolista catalán acabó por mandar el balón dentro después de un córner. El trencilla utilizó esa generosa cuartada que le concede el reglamento y pitó falta en ataque por carga al portero. Una carga que por más que se vean las imágenes no se ve por ningún lado.

En el 39' Nacho Heras remató mal un buen centro de Connor Ruane. El juez decretó un córner inexistente. Y en ese se cruzaron Jeisson y el lateral de origen británico y Sánchez, que seguramente tenía en la cabeza que se había comido un penalti como un castillo, decretó éste, que dejaba infinitamente más dudas. Antonio Romero resolvió con solvencia (0-1).

A la vuelta del vestuario todo cambio. Alfredo Santaelena, con el marcador en contra, hizo tres cambios de una tacada y su equipo dio un paso adelante. Total, no tenía nada que perder. La Balona aprovechó la coyuntura y dio dos atrás.

Era el típico partido en el que todo indicaba de que antes o después iba a llegar la igualada. Y lo hizo en el 70' en un córner mal defendido por Antonio Romero, que envió el balón junto al balcón del área, y en el que Alayeto enchufó un disparo durísimo. En su camino hacia el marco un compañero saltó para evitar que el cuero le tocase. Los balonos reclamaron fuera de juego posicional. El árbitro no atendió sus peticiones.

Para lo que quedaba de partido el mensaje inequívoco de la Balona era que daba por buena la igualada. Entraron jugadores para aportar contundencia (Masllorens, Víctor Mena, Papa Cámara) en detrimento de otros como Omar Perdomo y Antonio Romero.

Los visitantes se sujetaban en las cuerdas. En el 75' Alberto Varo hizo su primera gran aparición, en un mano a mano con David Rodríguez. Y a renglón seguido un centro de Nando se paseó por el área pequeña sin que el mismo delantero local llegase a rematar por milímetros.

Es cierto que en el 76' Alhassan Koroma llegó al área con peligro y se topó con el portero, pero casi se puede decir que fue el único acercamiento albinegro en toda la segunda mitad.

Quedaba lo peor. Ya con el tiempo cumpliéndose tuvo que aparecer Alberto Varo para frustrar una derrota que hubiese escocido y mucho. Primero voló para sacar un disparo de Néstor Albiach que se quería colar por la escuadra y casi sin tiempo para reponerse del susto hizo lo propio para sacar un cabezazo de Alayeto en el segundo palo.

El pitido final sonó a indulto. La Balona conquista uno de esos puntos que saben mejor a largo plazo que en el momento. Un punto que le permite acabar el año con una sonrisa. Pero también un punto que sabe a poco, porque si el rival hilvana un punto en sus cuatro últimos duelos como local será por algo.

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