Betis Deportivo - Real Balompédica | La crónica

Y se formó la gozadera (1-2)

  • La Balona profana el Villamarín, logra su primer triunfo fuera y es segunda

  • Gerard Oliva y Leandro Martínez ponen los goles a una victoria más que merecida

  • Más de 300 aficionados llevan en volandas a los de Romerito

Gerard Oliva y Leandro Martínez los autores de los dos goles de la Balona

Gerard Oliva y Leandro Martínez los autores de los dos goles de la Balona / José Ángel García

Una decena larga de valientes dentro del terreno de juego y más de 300 en las gradas. Con ese arsenal humano le bastó a la Real Balompédica para profanar el Benito Villamarín y lograr su primera victoria como visitante desde que desembarcó en la Primera RFEF. Un resultado que le permite ver amanecer el sábado anclado en la segunda posición. Una victoria que le obliga a ir desposeyéndose de sus ropajes humildes para empezar a asumir que, sin perder un ápice del discurso futbolístico de la modestia que le ha traído hasta aquí, igual puede hacer algo más que soñar con algo más. Con mucho más. Igual no es una casualidad que cada vez que juega en el coliseo bético acabe jugando una fase de ascenso.

La Balompédica, respaldada por una afición que parecía legión, planteó el partido para ganar. Con mucha presencia en campo contrario, con posesión, presionando sobre la salida del balón del rival. Sin tapujos. Como el equipo grande que la clasificación demuestra que es. Ya en el seis un centro atrás de Víctor Mena estuvo cerca de permitir a Gerard Oliva romper el cántaro, pero llegó muy forzado.

No hubo que esperar mucho. En el 14' un Colulibaly que estuvo sencillamente imperial robó el esférico, mandó a Antoñito y éste vio como Oliva se buscaba el sitio en el segundo palo y le entregó el esférico para que el catalán apenas tuviese que hacer otra cosa que empujarlo. Pero hasta eso hay que saber hacerlo.

No existía más equipo que el de La Línea, que en el 20' tuvo la oportunidad de dejar el choque visto para sentencia. Un balón a la espalda de la defensa de Fran Morante dejó a Gerard Oliva en situación de redondear su noche. Pero el nueve controló mal y después quiso solucionar con un picadito que se quedó enganchado en las manos del meta local Rebollo.

El error pasó factura a los visitantes porque a reglón seguido una circulación mal iniciada por Nacho Miras llevó a Bandaogo, que tampoco es que estuviese muy lucido, a perder el balón cerca del área. El cuero buscó a Raúl García y el atacante bético demostró toda la calidad que atesora, burló la vigilancia de Fran Morante y mandó al fondo de la red. Vuelta a empezar (1-1).

Pero si algo ya tiene demostrado esta Balona es que no se deja amedrentar por las adversidades. Lejos de amedrentarse tomó del nuevo el mando y en el 33' en otra acción en la que tuvo mucho que ver Coulibaly, Leandro ponía por delante de nuevo a los de Romerito.

Para que no faltase ninguno de los ingredientes habituales, en el 35' llegó la habitual intervención salvadora de Nacho Miras, en un disparo de Lara desde la frontal del área que se envenenó tras pegar en un desfensa y que el meta balono sacó a córner en una acción de reflejos.

Tras el intermedio la Balona cambió el guión. Y se vino a jugar como le gusta cuando está en ventaja. Más atrás. A verlas venir, a buscar la contra para la sentencia. Con ese fútbol con el que ya puso al borde del ridículo al Albacete minimizó al Betis Deportivo, que era un ejemplo continuo de impotencia. Un querer pero no tener ni idea de cómo meterle mano al partido.

A la Balompédica no le faltaba nunca el resuello, pero por si acaso allí estaba su gente para empujar. Qué bonito resulta escuchar en un estadio como el Villamarín a capela el “yo es que me quiero morir” que lleva impreso el sentimiento balono. Qué grande es una afición capaz de poner la banda sonora en campo contrario. Y eso que era viernes por la noche, que si llega a ser a otra hora...

En el 70' Romerito dio descanso a un Antoñito que había cuajado un partidazo, pero al que ya no le quedaba más gasolina. Leandro Martínez se colocó por el centro. Y el Betis Deportivo viendo como el reloj corría y como lo hacía para colocar a la Balona segunda. Ahí, a tiro de piedra del líder.

El sprint final solo sirvió para paladearlo aún más. La Balona manejó el alargue para disfrute de los suyos. Que lo celebraron como un triunfo de estos se merece. Los albinegros están casi en lo más alto y esperan al líder en el Municipal. Esta Balona no para de callar bocas.

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