Antonio Cortés o la ilusión del que regresa a casa

Real Balompédica Linense

El analista de rivales de la Balona, convencido de la importancia de su labor

"Algunos de los goles que el equipo encajó de córner la pasada liga eran evitables", sostiene

Los veteranos de la Balona, clasificados para la semifinal del Campeonato de Andalucía

Antonio Cortés, junto a su mesa de análisis
Antonio Cortés, junto a su mesa de análisis
Rubén Almagro

15 de junio 2024 - 20:30

Antonio Cortés vuelve al cuerpo técnico de la Real Balompédica Linense después de un paréntesis de algo más de cinco años. Lo hace convencido de que desde su labor de analista de rivales podrá ayudar a que el equipo de La Línea alcance su objetivo de pelear, esta vez sí, por el ascenso a Primera Federación, pero sobre todo envuelto en una enorme ilusión.

Cortés, un futbolero apasionado, solo ejerció de primer entrenador en las bases del Atlético Zabal. Después de pasar por varias entidades, ya realizó esa labor de escudriñar a los rivales durante tres años con el jerezano Manolo Ruiz y con el extremeño Julio Cobos al frente de la balona. Y, de forma más breve, con Juan Mari Sánchez y con Pedro Sánchez de la Nieta. En todos los casos, bajo la presidencia de Alfredo Gallardo. Ahora le corresponde emprender la aventura con Miguel Rivera al frente del cuerpo técnico, como parte de esa campaña pro-linensismo iniciada tras la finalización de la pasada andadura por el propietario, Andrés Roldán.

Antonio Cortés, que se sentía cansado, porque el encargo implica más dedicación de la que pueda parecer -obliga a ver muchísimos partidos en muy poco tiempo- aprovechó el momento de cambio que se produjo con el desembarco de Raffaele Pandalone en la presidencia para abandonar la entidad. Ahora no ha sido capaz ni de dudar cuando el director deportivo, Mario Galán, le propuso el regreso. “Estoy súper ilusionado”, repite con insistencia.

“La labor de un analista consiste en tratar de que el cuerpo técnico conozca las situaciones que su equipo se van a encontrar en cada partido”, explica. “Al final lo que intentamos es facilitar las cosas al futbolista, para que éste tenga que pensar lo menos posible. Que ya sepa situaciones que se va a encontrar”.

“Está claro que al final el jugador es el que decide, porque es el que tiene el balón, pero sí hay circunstancias, o al menos así sucedía en la etapa en la que yo estuve, en la que el propio futbolista es el que pregunta cosas, el que quiere saber, para evitar que haya situaciones que le hagan dudar”, detalla.

“Él quiere saber si debe salir a una marca. En general el jugador se incomoda cuando tiene que tomar decisiones, lo que es entendible, porque va a muchas revoluciones”, abunda.

Preguntado por los once tantos que encajó la escuadra albinegra la temporada pasada en su paso por el grupo IV de la Segunda Federación en acciones que nacieron directamente de saques de esquina, replica: “La verdad es que yo he analizado algunos de esos y en mi opinión más de uno hubiese sido evitable”.

“Son errores que se cometen, pero se puede trabajar para que no sucedan”, insiste.

El entrenador no deja pasar la oportunidad de elogiar y agradecer a Manolo Ruiz y Julio Cobos. “Ellos fueron los que comenzaron a formarme en cómo se debe analizar a los rivales. Me dieron las pautas y me gustó”.

“La verdad es que es una parte del fútbol totalmente distinta a la de un entrenador, que es más pasional”, analiza. “Mi trabajo se puede decir que es más teórico y reconozco que me gusta y que además entiendo que puede ser muy útil para el equipo”.

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