La Real Balompédica (Primera Federación) se empeña en sembrar ilusión entre los suyos. Después de imponerse 3-0 al Al-Arabi de la Superliga catarí en su primer ensayo, los hombres de Alberto Monteagudo han doblegado este sábado (1-0) al Málaga CF de la Segunda división en un amistoso disputado en Estepona. Muy por encima del resultado final, lo valioso de este segundo ensayo es que la Balona ha estado a un nivel notable en dos mitades muy diferentes. En la primera con más balón y proyección ofensiva. En la segunda más sometida, demostrando que sabe defender y sufrir. Óscar Arroyo, Alhassan Koroma y Gerard Oliva jugaron sus primero minutos y también lo hizo el linense Alberto Gomez, el cuarto canterano que desembarca en la pretemporada del primer equipo.

Con las inabarcables reservas que siempre tiene la pretemporada, esta Balona 2022-23 tiene buena pinta. El albinegro es un equipo sólido, compacto, con libro de ruta. Con un nivel parejo, en el que apenas nadie sobresale sobremanera pero tampoco nadie desentona. Ni siquiera los chavales de la cantera, que se vacían y compiten como el que más. Da la (falsa) sensación de que el míster puede mover la coctelera a su antojo, que siempre le va a salir un once equlibrado. Una noticia estupenda, que después la temporada se hace muy larga y toda ayuda es poca.

A pesar del hecho de que el Málaga jugase por la tarde con el Cádiz invitaba a pensar que jugarían ante la Balona los suplentes y la muchachada, Pablo Guere alineó un once “con ciertos tintes de titular y estaba plagado de nuevos”, según la definición empleada por Miguel Ángel Gutiérrez en Málaga Hoy.

Pues bien ese equipo con semejanza a la titularidad se vio desbordado por la Balona. En el centro Masllorens ponía el trabajo sucio y Antonio Moreno las ideas y las medias puntas se incrustaban en el rival, aunque sería injusto obviar que Nacho Heras fue otra vez el que se llevó todas las miradas. Cayó a banda, percutió contra los defensas, bajó a recibir y por si fuese poco dio una asistencia espectacular a Toni García (el otro jugador sobresaliente de este primer tiempo) que éste resolvió con una maestría envidiable, colocando el esférico entre las piernas del meta Yáñez.

El resto del primer tiempo fue de la Balona, que miraba de tú a tú a un enemigo de superior categoría. Los malacitanos lo intentaron un par de veces desde fuera del área y en algún cabezazo, pero sus escarceos solo sirvieron para recordar que los de La Línea tienen un portero solvente en Alberto Varo.

De hecho, hasta el descanso la mejor ocasión fue de los balonos. En el 38' Álex Guti llegó dentro del área y entregó a Omar Perdomo, pero su disparo lo repelió el larguero.

Tras el descanso los dos conjuntos cambiaron de jugadores y de sistema. En este segundo periodo (jugado bajo un calor y con una humedad sofocantes) el Málaga se plantó con tres centrales y dos carrileros largos y la Balompédica, con dos nueves, entre ellos el debutante Gerard Oliva, motivado. Alhassan Koroma, que ha sido coronado con el dorsal 10 y apenas había llegado 24 horas horas antes desde Sierra Leona jugó 30 minutitos (en los que dejó alguna escaramuza) y Óscar Arroyo pudo reaparecer después de su paso por el quirófano para restañar su rodilla.

Óscar Arroyo, en su reaparición como jugador de la Balona

Nada desdeñable es el dato de que en el tramo final llegaron a unirse en el terreno de juego cuatro jugadores de La Línea: los canteranos Javi Méndez, Bola y Alberto y el centrodelantero de la primera plantilla Manu Toldano. No es precisamente frecuente en los últimos años.

En estos segundos 45 minutos el balón fue para el Málaga. Pero la nota positiva para la Balona es que fue entonces cuando tuvo la oportunidad de que sabe defender y sacrificarse. Pero no solo el paquete defensivo, sino del primero al último.

La mejor opción de los malacitanos fue un cabezazo de Luis Muñoz tras una mala salida de Ángel de la Calzada que pegó en el larguero y que solo Dios sabe si llegó a entrar o no, una acción que tuvo su respuesta en una acción de Javi Méndez (que siempre deja alguna pinceladita) que se fue de nuevo a la madera.

En la misma medida que no hay que dejarse deslumbrar, tampoco es cuestión de ocultar lo indiscutible. La Balona lleva dos victorias en otros tantos amistosos ante rivales de superior categoría y (un dato que no debe pasar desapercibido) alcanza los 180 minutos de pretemporada sin haber encajado un gol. “Hay que seguir mejorando” decía al final el siempre exigente Carlos Guerra. De acuerdo, pero es tranquilizador palpar que saben cuál es el camino.