la otra mirada

Ruth García Orozco

Defender nuestra salud

LA industria farmacéutica y la agroindustria, en escandalosa connivencia con las autoridades gubernamentales de la Unión Europea, han conseguido algo que quizá a todos los que lean esta columna les parezca inimaginable: ilegalizar los productos de la medicina natural a partir del día 30 de abril de este año.

Sí, como lo oyen. Desde esa fecha, todo aquél que quiera vender una planta que pueda considerarse con efectos positivos para la salud, ya sea la manzanilla o un cápsula de ajo, deberá someter a la hierba en cuestión a un proceso que se equipara al de un producto farmacéutico, que por su naturaleza química y sintética no es comparable en absoluto con las cualidades de una planta natural.

Además, hay que tener en cuenta que los gastos para conseguir esta aprobación pueden llegar a los 200.000 euros por cada hierba; así, en compuestos herbales, cada hierba deberá ser ensayada por separado, independientemente de que haya sido utilizada de forma segura y sin perjuicios durante miles de años (¡!)

Detrás de esto se mueven intereses nada casuales. La industria farmacéutica quiere a toda costa reforzar su posición dominante, que está siendo seriamente cuestionada por escándalos como los del Vioxx, Avandia, Mediator o el Buflomedil. Se calcula que deberían retirarse cientos de medicamentos del mercado, pero de esta manera se garantiza que se corta cualquier alternativa de tipo natural a los pacientes que padezcan enfermedades.

Así, se garantizan billones de beneficios a esta industria, ya que desde que se aprobó la Directiva tan sólo 200 plantas en toda Europa han conseguido ser aprobadas en procesos que duraron de dos a tres años por cada una de ellas. Se calcula que sólo en Francia hay más de 1500 plantas medicinales, y más de 20.000 en todo el mundo. ¿Cómo van a poder costear este carísimo proceso pensado para las multinacionales farmacéuticas, que manejan beneficios astronómicos?

Si no hacemos nada para evitarlo, miles de años de conocimientos sobre fitoterapia y medicina natural se perderán, además de vernos en manos de productos químicos que van a deteriorar nuestra salud. Es bien sabido que el que calla otorga. Por eso, les invito a firmar la petición en contra de esta Directiva en http://www.savenaturalhealth.eu. Se están emprendiendo acciones legales para tratar de detener esta sinrazón interesada. Por favor, no piensen que esto no tiene importancia o que no puede hacerse nada al respecto. Hagamos oír nuestra voz y actuemos ahora, aún estamos a tiempo.

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