La pintora algecireña Blanca Orozco inauguró ayer en la galería Manolo Alés de La Línea la exposición Cartas a Eolo. La muestra representa una suerte de resumen de lo que ha supuesto para la trayectoria artística de la autora su estancia durante una temporada en Berlín, además de constatar igualmente la evolución que ha experimentado su obra en el proceso del regreso al Campo de Gibraltar. La colección se podrá visitar hasta el 10 de julio.

Orozco explica los múltiples factores y elementos que encontró en Berlín que han influido en ella de manera personal y en su creación. "Está todo lo bueno, que casi se da por supuesto", detalla. "Sobre todo en cuanto a la motivación que supone estar allí, por la gran oferta cultural y artística -y tan asequible- en todos los sentidos". "Además -añade- de todo eso y de todo lo que conlleva vivir en una capital así, con otro idioma, otra idiosincrasia, otras culturas y otro clima, hay algo importantísimo, sobre todo para un pintor: la luz".

"De una manera brutal este cambio de luz influyó en mi pintura", remarca la algecireña. "Con Cartas a Eolo he querido, sobre todo, mostrar ese paso de mi obra berlinesa, mucho más negra, más dramática, hacia la luz-regreso a mi tierra".

Como es habitual en la pintura de Orozco, la muestra está dotada de una elevada carga lírica. La hija del viento escribe a su padre, Eolo, desde Berlín añorando el aire y la luz de su lugar de procedencia. "Vengo a contar que es el viento el que me ha traído aquí de nuevo", indica la autora, establecida ahora en una residencia-estudio en el campo en Tarifa.

Algunos cuadros son trozos de cartas auténticas, antiquísimas -de la época del muro- y manuscritas, compradas en mercadillos de antigüedades. En las obras también se aprecian partituras antiguas, cartas de racionamiento, trozos de carteles cogidos de la calle y asimismo cartas adquiridas en España ("quizá -cuenta la artista- forma parte de mi pretensión de unir los dos países, mundos tan distintos").

En el montaje de la exposición Orozco también ha pretendido trasvasar su búsqueda de la originalidad, de algo personal. "Que ese interés poético sea patente", razona. Para ello ha escrito una frase en una de las paredes de la galería, que "de alguna manera resume el contenido, dotando a la muestra quizá también de más sentido". "Es una frase que oí por boca de Camarón: 'La luz vence a las tinieblas".