Seguridad laboral, un debate necesario ante los nuevos retos
Desayuno-coloquio | Seguridad Laboral 360°: Prevención, Innovación y Bienestar
MOEVE y Grupo Joly impulsan en Sevilla un debate sobre los nuevos retos en seguridad laboral l La jornada aborda cómo la transformación digital exige una nueva cultura preventiva en las organizaciones
El Hotel NH Collection de Sevilla acogió este lunes 30 de junio la jornada Seguridad Laboral 360°: Prevención, Innovación y Bienestar, organizada por Grupo Joly y patrocinada por MOEVE, con el objetivo de abordar los nuevos retos en materia de prevención de riesgos laborales desde una perspectiva integral: cultura organizacional, transformación digital y bienestar. A lo largo de la mañana, representantes institucionales, técnicos y expertos del sector industrial compartieron experiencias y reflexiones sobre cómo anticiparse al riesgo, integrar la seguridad como valor estratégico y garantizar entornos laborales saludables.
La apertura del acto corrió a cargo de Magdalena Trillo, asesora de transformación digital de Grupo Joly, quien enmarcó la jornada en un contexto de cambio estructural para las empresas: “No se trata solo de cumplir normativas o implantar tecnología. Estamos hablando de cultura, de cómo se hacen las cosas dentro de una organización y, sobre todo, de personas”, asubrayando la necesidad de avanzar hacia un enfoque donde prevención, innovación y bienestar no se perciban como conceptos separados, sino como partes de un mismo todo.
A continuación tomó la palabra Antonio Joyanes, vicepresidente ejecutivo de Parques Energéticos en MOEVE, aportando una mirada personal desde la dirección de una compañía que emplea a más de 1.800 personas en entornos industriales complejos. “La seguridad no es un problema técnico, es un problema humano. No se resuelve con normas o KPIs, sino apelando al corazón”, afirmó. En su intervención, diferenció entre problemas simples, complicados y complejos, situando la seguridad laboral en esta última categoría: “Es como criar un hijo. No basta con seguir una receta. Cada día hay factores emocionales, contextuales, humanos”. A modo de ejemplo, relató la implantación en sus centros del programa de las tres “P” —parar, pensar, proceder—, al que recientemente ha añadido una cuarta: planificar. “La seguridad no ralentiza, mejora la eficiencia. Nos hace más humanos y más productivos”.
Desde la administración, la viceconsejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía, Beatriz Barranco, destacó el compromiso institucional con la reducción de la siniestralidad laboral. “Aunque los datos mejoran —una caída del 4% en accidentes y del 17% en accidentes mortales en el primer cuatrimestre de 2025—, cualquier cifra por encima de cero es un fracaso colectivo”, señaló. Presentó las líneas de actuación de la Estrategia Andaluza de Seguridad y Salud en el Trabajo 2024-2028, que cuenta con una dotación de 48 millones de euros y prioriza la implantación de cultura preventiva en pymes y autónomos. y también alertó sobre los riesgos emergentes asociados a la digitalización, la inteligencia artificial o el teletrabajo, y reivindicó el enfoque preventivo en salud mental: “Las bajas por causas psicosociales han crecido un 111%. No podemos dejar fuera la seguridad psicológica”.
Tras las intervenciones iniciales, la jornada entró en su primera mesa redonda, titulada Cultura Preventiva y Gestión Integral del Riesgo, que reunió a expertos de perfiles diversos para debatir sobre los factores culturales que determinan la efectividad de las políticas preventivas. Francisco Álvarez, gestión Integral Sistemas y Mejora Continua en MOEVE, defendió la necesidad de hacer de la seguridad un hábito cotidiano. “No basta con tener normas. Hay que incorporar la seguridad al día a día de los equipos. Empezamos cada jornada analizando riesgos, no como trámite, sino como parte natural del trabajo”, explicó, subrayando la importancia del liderazgo visible y compartido, y recordó la efectividad de las preguntas emocionales: “Cuando dudas de un procedimiento, pregúntate si dejarías que tu hija estuviera en tu lugar. Ahí está la clave”.
Renée M. Scott, CEO de Alianza Preventiva, introdujo la dimensión del bienestar como evolución natural de la prevención: “La seguridad del siglo XXI tiene rostro humano. Ya no se trata solo de evitar accidentes, sino de construir entornos laborales saludables, emocional y relacionalmente”. Scott defendió el paso de una cultura de la obediencia a una cultura del compromiso, con liderazgo participativo y empresas que “se atrevan a evolucionar. El bienestar no es un lujo, es una condición para la sostenibilidad”.
Desde la consultoría técnica, Pablo Navarro, director gerente de INERCO Prevención de Riesgos, insistió en la necesidad de generar “ecosistemas de seguridad” que funcionen en todas las capas de la organización. “No basta con implantar protocolos desde arriba. Hay que conseguir que los equipos los hagan suyos”, apuntando la importancia de trabajar con grupos naturales —como las cuadrillas de trabajo— y de aplicar programas sencillos, pero constantes, que refuercen el valor preventivo como parte del desempeño habitual.
Luis García, experto en la materia de DSS+, propuso un enfoque basado en la metáfora de la rosa de los vientos: “El eje norte-sur representa los sistemas técnicos: normativas, procedimientos, estándares. El eje este-oeste son los valores, las creencias, las actitudes. Sin este segundo, el primero no funciona”, advirtió. Con experiencia internacional, subrayó que muchas organizaciones se frustran al no ver resultados en prevención a pesar de haber desarrollado sistemas formales robustos: “Porque si no hay cultura, no hay eficacia”.
Tras una breve pausa, se celebró la segunda mesa redonda bajo el título Tecnología, Equipos y Nuevos Retos en la Seguridad Laboral. En ella se abordaron los avances en digitalización, inteligencia artificial y automatización, así como su impacto en la gestión de la prevención. Macarena Cabrera, coordinadora delServicio de Prevención de Riesgos Laborales en MOEVE/responsable de seguridad del Parque Energético San Roque de Moeve, compartió cómo la tecnología está transformando la prevención directamente desde el terreno: “La tecnología tiene sentido cuando es útil para quien está a pie de planta”. Detalló cómo el uso de aplicaciones móviles, tablets certificadas para entornos ATEX y redes privadas 5G permiten gestionar en tiempo real aspectos críticos como los permisos de trabajo, facilitando el diálogo entre operarios y empresas auxiliares.
Jesús Gómez, digital development manager en Energy Parks de MOEVE, incidió en la importancia de diseñar soluciones tecnológicas adaptadas al usuario: “No sirve una app que no puedes usar con guantes. La tecnología útil es la que mejora procesos sin añadir complejidad”, para ello puso como ejemplo el uso de software personalizado para control de tareas y seguimiento de condiciones de seguridad, con trazabilidad y alertas predictivas.
Por su parte, Ángel Monzón, presidente de COASHIQ, abordó los desafíos específicos de sectores como la industria química: “Tenemos una alta carga normativa, pero eso no significa que estemos a salvo. La clave está en formar adecuadamente y compartir buenas prácticas. La seguridad no puede ser una ventaja competitiva, sino una responsabilidad colectiva”.
Gabriel Rodríguez del Río, responsable del Área de Seguridad y Sistemas de gestión PRL en Quirónprevención, cerró el panel destacando el papel de la analítica avanzada: “No basta con registrar incidentes. Hay que entender los datos, buscar patrones, anticiparse, pero siempre con un enfoque humanista”.
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