Reclamación de cantidad por las obras en su chalé

El pleito de Fekir y el constructor

El pleito de Fekir y el constructor El pleito de Fekir y el constructor

El pleito de Fekir y el constructor / antonio pizarro

Escrito por

· Jorge Muñoz

Redactor jefe / Tribunales

Quien no recuerda aquel chiste que se repetía constantemente en la película "Esta casa es una ruina" cuando Tom Hanks preguntaba por el tiempo faltaba para terminar las obras de aquella vivienda. "Dos semanas", era la respuesta que siempre recibía mientras los meses pasaban y pasaban, y las obras seguían sin acabar. El recuerdo de aquella excelente comedia viene muy bien para arrancar el relato del litigio que ha enfrentado al jugador del Real Betis Nabil Fekir con el constructor que se encargó de la reforma de su chalé en Alcalá de Guadaíra y que ha terminado con la condena del futbolista a pagar 91.512,40 euros al empresario por los trabajos realizados y que dejó de abonar al no estar de acuerdo.

Como explica el abogado Manuel Salinero, CEO Socio Director y presidente de Nertis ETL Global, su cliente es el propietario de una pequeña constructora de obras menores que fue contratada por el centrocampista bético para realizar los trabajos de reforma del chalé que había comprado en esta localidad sevillana. Cuando la obra estaba prácticamente finalizada y con las dificultades añadidas de que los trabajos se desarrollaron en la época de la pandemia del coronavirus, en concreto, entre los meses de enero y octubre de 2021, Nabil Fekir "decidió dar por terminado el contrato y no les permitió seguir".

El constructor presentó entonces una demanda en la que reclamaba más de 117.000 euros, mientras que el futbolista defendía que no debía pagar nada y que era el contratista quien debía abonarle a él 51.782,88 euros por defectos en las obras y otros 57.750 euros por "penalidad por retraso en la ejecución", lo que hacía un total de 109.532,88 euros.

La sentencia dictada ahora por el juzgado de Primera Instancia número 27 de Sevilla ha fallado a favor del empresario demandante, condenando a Fekir a pagarle esos más de 91.000 euros. La sentencia declara que aunque existen algunos defectos, como ocurre en todas las obras y que se reparan posteriormente, no cabe ninguna compensación para el futbolista por un retraso que, en este caso, no fue de dos semanas ni de meses, sino exactamente de 28 días. "El fallo es satisfactorio y demuestra el buen hacer y la correcta actuación de una pequeña constructora para la cual un impago como éste ha supuesto una catástrofe personal y económica", ha explicado Manuel Salinero.

Nabil Fekir no se presentó al juicio, que se celebró a principios de diciembre y para excusarse presentó un certificado del Real Betis en relación con la concentración en Almería para un día antes de la vista, a pesar de que el jugado no se desplazó a disputar ese partido porque se encontraba lesionado. El juez permitió a la representación jurídica del demandante dejar constancia de las preguntas que iban a planterarle y rechazó la excusa del jugador, recordando que el futbolista debía cumplir las citaciones judiciales como cualquier ciudadano.

¿Y qué dice la sentencia?

El fallo recoge que el empresario ejercitó una acción de responsabilidad contractual en reclamación de cantidad después de que Fekir ampliara la obra que había sido contratada y que ascendió a un total de 663.672,39 euros, IVA incluido.

La defensa del jugador alegó en la contestación a la demanda que no se había acreditado que contratase la ampliación de obra alguna porque para ello debían de seguirse una serie de formalidades, según lo estipulado en el contrato, y añadía que no se había respetado el plazo de ejecución, por lo que reclamaba una compensación según la "cláusula penal pactada".

El contratista respondió que "nunca" existió por parte del propietario queja por defecto alguno  "más allá de un azulejo y la ducha de un cuarto de baño, toda vez que los problemas de las ventanas y persianas son cosa del fabricante". Añadió asimismo una relación de las causas que motivaron el retraso "por culpa de la propiedad y los problemas de envío con los suministradores, sobre todo en el Estado de Alarma" del Covid-19.

Esas ampliaciones de los trabajos, según enumeró el demandante, consistieron en la construcción de un cuarto de la depuradora de la piscina, el alumbrado exterior de la vivienda, un descalcificador y trabajos varios para instalar un sistema de seguridad por videovigilancia. "Ninguno de estos trabajos formaban parte del presupuesto detallado que dio lugar a la firma del contrato y la parte demandada ni tan siquiera pone en duda este extremo, cuestón de la que además su perito no se pronuncia, disintiendo únicamente del aspecto formal relativo a su contratación pues la actora (según la versión del demandado) no acredita que la propiedad pidiera tales trabajos y las facturas y presupuestos que se acompañan son unilaterales", recoge la sentencia.

El juez aprecia un "claro intento de enriquecimiento injusto" por parte del jugador

El juez descarta el alegato de Nabil Fekir porque, asevera, "estamos ante trabajos que fueron solicitados por la propiedad y ejecutados al margen del presupuesto de obra", por lo que tratar de eludir su pago "con el argumento puramente formal que se ha expuesto representa un claro intento de enriquecimiento injusto por el promotor de la obra sabedor de que dichos trabajos no forman parte de los inicialmente contratados, pues ni tan siquiera se ha puesto en duda esta premisa y, por tanto, no incluidos en ese precio alzado que se convino en la firma del contrato y sin que por otro lado se haya acreditado por el demandado que dicho precio no sea acorde con lo pactado o en su caso con los precios de mercado". 

Sobre el retraso en las obras, el fallo explica que en el contracto se pactó que la fecha de finalización sería el 1 de octubre de 2021 y, en este sentido, "no es cierta la afirmación del demandado de que la obra esté sin finalizar. El hecho de que haya remates de fin de obra pendientes no implica que la misma no esté finalizada y menos aún que no pueda ser ocupada como de hecho así ha sido por demandado", dado que la obra finalizó "el 14 de noviembre que es cuando se entregó por el constructor toda la documentación necesaria, cuando fecha pactada para este evento fue el 1 de octubre".

La razón de ese retraso vino dada por las "demoras en la elección de materiales o acabados por el cliente y por el hecho de haber añadido variaciones y/o modificaciones respecto del proyecto aprobado inicialmente" y también influyó "en parte la situación de la pandemia" como reconoció el proyectista de la obra. 

El retraso de la obra estuvo "plenamente justificado"

De las declaraciones de los testigos y peritos "se deduce, sin ambages, que el retraso en la finalización de la obra, además de ser menor, estuvo plenamente justificado por todos estos cambios, dilación en la toma de decisiones por la propiedad o ampliaciones de obras que se iban acometiendo y que, con todo, la obra se concluyó en la fecha indicada a salvo de los repasos finales".

De ahí que el "retraso de 28 días que experimentó la obra se debió a causas ajenas al constructor y dependientes de la esfera de actuación de la propiedad como son las nuevas partidas de obras contratadas y el retraso en la toma de decisiones sobre los materiales o el diseño como ha quedado ampliamente acreditado con la cadena de correos aportados en la contestación a la reconvención, por lo que no resulta posible aplicar penalización alguna y sin que se haya acreditado que ese retraso fuera excesivamente dilatado como ha manifestado también la dirección facultativa".

Por último, el juez rechaza la afirmación del jugador bético respecto a que la constructora había iniciado "una campaña de acoso y derribo" contra él o los problemas de salud de su esposa por este motivo, cuestiones sobre las que "no cabe hacer ninguna valoración al respecto dado que ninguna petición reconvencional se asocia con este presunto hecho".

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