José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación | Entrevista

"La emigración es impulsada por el cambio climático y la inseguridad alimentaria"

José Manuel Albares, durante la entrevista

José Manuel Albares, durante la entrevista / Julio González

Cádiz ha acogido esta semana la sexta Cumbre euroafricana de migración y desarrollo, en la que se han fijado las políticas en esa materia hasta 2026.

-¿Qué contenidos tiene el Plan de Acción de Cádiz 2023-2026?

-Es un plan muy ambicioso que persigue estrechar la colaboración entre los países receptores de emigración y los países de origen y tránsito. Buscamos luchar de la manera más eficaz posible contra las mafias que trafican con seres humanos, fomentar las medidas de migración regular y fortalecer la protección de aquellas personas que necesitan de nuestro asilo y refugio. Y hacerlo conjuntamente porque los desafíos son comunes a todos los países. Por eso, además, hemos aprobado una nueva Ley de Cooperación que pone al Sahel en el centro de nuestra acción.

-¿Qué balance hace del Plan de Marrakech, que acaba de concluir? Da la impresión de que contenía objetivos muy genéricos.

-Bueno, la prueba de que esto sí sirve es que nos seguimos reuniendo y que aquí se cede el testigo a Marruecos. Evidentemente, las circunstancias de la emigración irregular se van transformando. Con respecto a ese plan nos encontramos con dos cosas acuciantes, que ya existían: la emergencia climática, que empuja a muchas personas a ser emigrantes climáticos, y la inseguridad alimentaria, que ha traído la guerra en Ucrania por el encarecimiento de los cereales y de los fertilizantes.

-Usted alertaba días atrás del uso de la población civil, de los desplazados, como arma arrojadiza contra los países y ponía el ejemplo de lo que ha hecho Bielorrusia con Polonia. ¿Hay riesgo de que ese fenómeno se extienda?

-Por supuesto. Ese fue uno de los motivos por los que la emigración entró a formar parte de los objetivos estratégicos de la OTAN, a petición de España. Los desafíos que hoy estamos viendo en el flanco este los podemos encontrar en el sur o en cualquier otro punto del planeta. La instrumentalización de los alimentos, de la emigración para atentar contra la soberanía de un país o la que está llevando a cabo Rusia con el gas y de los recursos energéticos puede ocurrir también en el sur. Esto es un desafío global.

"El compromiso del Gobierno con los derechos de los trabajadores está fuera de toda duda. Lo que deseo es que este Mundial sirva de puente entre culturas y continentes"

-Usted es consciente de la polémica generada sobre la celebración en Catar del Mundial de fútbol, donde los derechos de los inmigrantes son tan precarios. ¿De haber dependido de usted, habría celebrado el Mundial en ese país?

-Yo no hago política ficción, las relaciones internacionales se basan en hechos, no en suposiciones. El compromiso del Gobierno de España con los derechos de los trabajadores está fuera de toda duda. Lo que deseo es que este Mundial, que es el primero que se celebra en un país árabe, sirva de puente entre culturas y continentes.

-En cualquier caso, son preocupantes las denuncias que conocemos sobre cómo se han construido los estadios y las vidas que se han cobrado.

-Lo que le puedo decir es que el Gobierno de España tiene entre sus máximas el respeto a los derechos de los trabajadores.

José Manuel Albares. José Manuel Albares.

José Manuel Albares. / Julio González

-Las relaciones con Marruecos han mejorado notablemente en el último año. Entre otras cosas, se ha reanudado el tráfico de personas entre las dos orillas. ¿Están del todo restablecidas las relaciones con el vecino del sur?

-Tenemos una hoja de ruta que se está cumpliendo punto por punto. Yo me he reunido ya en ocho ocasiones con mi homólogo, Naser Burita, y aquí mismo vamos a pasar a Marruecos el testigo del Proceso de Rabat. Para una provincia como Cádiz, este nuevo escenario de las relaciones es especialmente beneficioso y se comprende todavía mejor el interés de tener una buena relación con Marruecos. Los puertos de Algeciras y Tarifa han recuperado la plena conectividad marítima y se benefician mucho de esta nueva etapa. El hecho de que se haya recuperado la Operación Paso del Estrecho (OPE) deja 1.300 millones de euros, que fundamentalmente se concentran en la provincia de Cádiz. En cuanto a los flujos comerciales, se han incrementado en un 30%, con un récord histórico de 7.000 millones de euros en lo que llevamos de año, que será mucho más al final, ya que llevamos más de 2.000 millones más. Eso beneficia por su cercanía a Andalucía y a Cádiz, particular. Los flujos migratorios en toda Europa están creciendo de forma exponencial… Las rutas migratorias que tienen como destino las costas de Andalucía o de Canarias son las únicas que están cayendo, con mucha fuerza, además. Todo eso sería difícil lograrlo sin esa relación mutuamente beneficiosa entre Marruecos y España.

-¿La situación en las Aduanas de Ceuta y Melilla se va a normalizar en 2023?

-Sí, ya lo hemos anunciado conjuntamente mi colega marroquí y yo en los márgenes de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La reapertura de esas aduanas se producirá en los días previos a la cita de alto nivel que se celebrará en Marruecos a finales de enero o principios de febrero. Es una cita que hacía muchísimo tiempo que no se celebraba y que implica a muchos miembros de los dos gobiernos.

"A veces hay que proveer de medios técnicos a Marruecos para que desarrolle su labor"

-La muerte de una treintena de personas en Melilla el pasado mes de junio demuestra que no todo pasa por incrementar las medidas de seguridad en la frontera.

-Estamos hablando de una tragedia humana que nos conmueve a todos y que indica dos cosas: que reuniones como esta que celebramos en Cádiz sobre el Proceso de Rabat son más importantes que nunca, porque tenemos que reforzar la cooperación con los países de origen y tránsito, y que tenemos que atacar las causas profundas de esos movimientos migratorios irregulares, como prevé el Plan de Acción de Cádiz. Es el subdesarrollo, el legítimo deseo de las personas a mejorar su situación el que les lleva a abandonar sus hogares y a hacer peligrosas travesías y que el Mediterráneo sea año tras año la tumba de cientos y cientos de personas explotadas por las mafias.

-En noviembre pasado, el Gobierno aprobó una ayuda a Marruecos de 30 millones de euros para contener la emigración. ¿Comparte la idea de que Marruecos es un dique de contención a esos efectos?

-Marruecos es un país que siempre ha tendido su mano para establecer un partenariado en materia migratoria. E insisto: los flujos migratorios irregulares presionan tanto a los países de destino final como a los de paso. España y la UE saben que tienen en Marruecos a un socio en materia de lucha contra la inmigración irregular. Pero hay que ir más allá: saber favorecer las vías de emigración regular y luchar contra las causas de la emigración, a cientos de kilómetros de los puestos fronterizos de Europa.

-Marruecos pone sobre la mesa cada vez que puede la necesidad de que Europa le dé más dinero para poder contener todo ese flujo migratorio. ¿Es una demanda que hay que atender o se está atendiendo ya?

-Hay un grupo de asuntos migratorios hispano-marroquí donde se aborda este problema de forma global; esto no es un asunto de dinero. A veces hay que proveer de medios técnicos a Marruecos para que desarrolle su labor.

-Sobre el Sáhara Occidental, Pedro Sánchez ha sostenido en la ONU que España quiere "una solución política mutuamente aceptable". Eso es un giro respecto a la defensa que hizo para que sea un territorio autónomo dentro de Marruecos.

-La posición de España está claramente establecida en la declaración hispano-marroquí del 7 de abril.

-¿El Sáhara Occidental debe ser un territorio autónomo dentro de Marruecos?

-Naciones Unidas es quien debe poner también una solución. Hay un enviado personal, que es Stefano de Mistura, con el que me he reunido en muchas ocasiones y que cuenta con todo nuestro apoyo.

-¿Puede especificar en qué se resume eso? ¿Debe ser el Sáhara Occidental esa autonomía?

-La posición de España está claramente establecida en la Declaración del 7 de abril.

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