Andalucía

El Parlamento de Andalucía da la réplica a la investidura en el Congreso

Juanma Moreno en la Sesión de Control del Parlamento de Andalucía.

Juanma Moreno en la Sesión de Control del Parlamento de Andalucía.

Pocas sorpresas. La simultaneidad con la que se han desarrollado la intervención de Pedro Sánchez en su discurso de investidura y la Sesión de Control en el Parlamento de Andalucía, hicieron imposible, materialmente, distinguir una de otra, al menos en sus contenidos. Todas las preguntas eran lo suficientemente abiertas como para permitir un debate sobre lo que se hablaba en el Congreso de los Diputados. Desde la "acción en el actual contexto político", a las "medidas para garantizar la igualdad en Andalucía" o los "problemas de la población andaluza", permitieron a todos los portavoces referirse a la investidura y a los pactos alcanzados para conseguirla y su repercusión en la comunidad autónoma.

Ninguno de los portavoces, ni el presidente de la Junta, se movieron de lo que se esperaba de ellos y de unas posturas que llevan protagonizando el debate político en Andalucía desde hace semanas, si no meses. Juanma Moreno ha repetido en más ocasiones de lo que se recuerda, la acusación de "mentiroso" a Pedro Sánchez. Comenzó en el paseíllo que le lleva desde sus dependencias en el hospital de las Cinco Llagas hasta el salón de plenos y terminó en la respuesta que le dio al portavoz de su propio partido que ha cerrado la Sesión de Control.

"Estoy convencido de que otra vez vamos a tener una sarta de mentiras por parte del señor Sánchez y mucha impunidad", criticó Moreno, quien expuso que el "epicentro" del gran acuerdo entre el PSOE y el resto de los partidos es "la amnistía y la autodeterminación" en Cataluña. Según el jefe del Ejecutivo andaluz, al final Sánchez "se ha tragado todo lo que le ha impuesto Puigdemont", además de hacer "algo que no se ha hecho nunca, que es ceder y rendir nuestro Estado de Derecho a un prófugo de la justicia", algo que calificó  de "vergonzoso, que le va a condicionar el resto de su vida política".

Moreno quiso ejemplificar las consecuencias que, a su juicio tendrán las cesiones hechas "a los independentistas", con que "si alguien tira de la manta de un lado, al final, siempre hay alguien que pasa frío y mucho me temo que serán los andaluces" y eso "es algo que no voy a permitir". Especialmente contundente fue su réplica al secretario general del PSOE, Juan Espadas, en las que aludió nuevamente, a las manifestaciones de Felipe González y más recientemente de Rodríguez de la Borbolla, o a la moción del ayuntamiento almeriense de Antas donde el propio PSOE aprobó una moción en contra de la amnistía.

Incluso ha llegado a aventurarles un mal futuro electoral, porque a su entender, "los ciudadanos no entienden esas cesiones y eso se lo van a hacer pagar en las urnas, acuérdese de lo que le digo, al tiempo que le pedía la vuelta a un "sentido de estado que el PSOE tenía y ha perdido", ya que a su entender hoy es poco más que "un altavoz de Pedro Sánchez". La "ruptura de los fundamentos del Estado de Derecho", el "ataque a los principios constitucionales" o el llevado a cabo contra la "separación de poderes" o "el principio de igualdad entre todos los españoles", han sido recurrentes en las respuestas del presidente de la Junta.

Juan Espadas ha acusado al presidente de la Junta de "justificar los ataques violentos a las sedes socialistas" y en su intervención ha recurrido a los gobiernos de Mariano Rajoy e incluso de José María Aznar para recordar como uno "recortó las inversiones en Andalucía" y otro "amnistió a terroristas de Terra Lliure y llamó a los terroristas de ETA, movimiento de liberación nacional, cuando todavía había asesinatos", para exponer que "entonces no se rompió España, ni se acabó con la Constitución, ni con el Estado de Derecho".

El presidente de la Junta fue especialmente duro con la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto, a la que identificó como "portavoz del Gobierno de Sánchez" y de "haber perdido su identidad", después de que la primera le acusara de "estar fuera de control" por "no condenar el asedio a las sedes socialistas", algo que le ha servido para recibir el aplauso del PSOE e incluso el agradecimiento de su secretario general.

Desde Adelante Andalucía, su portavoz José Ignacio García, le ha animado a conseguir un nuevo acuerdo de financiación autonómica y ha expuesto la contradicción "que viven  muchos ciudadanos en Andalucía, que no les gusta la amnistía, ni las cesiones a la oligarquía catalana, pero que les gusta todavía menos lo que hay enfrente". En cualquier caso, fue el único que ha pedido "sosiego y seriedad en el debate". Con poco éxito.

Nuevamente, el discurso más apocalíptico ha llegado de la mano de Vox. Después de la lectura en uno de los patios del Parlamento de una declaración institucional que no ha apoyado ninguno de los partidos con representación parlamentaria, su portavoz, Manuel Gavira, ha insistió en lo ya apuntado en las últimas semanas de que a su juicio "lo más importante es la amnistía y no la financiación". Además, ha recordado que "lo que hay ahora mismo en marcha es un golpe de Estado, una capitulación vergonzosa" que ha dado paso "a unas actuaciones que son solo el comienzo y que no sabemos dónde van a terminar". 

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